Año y medio después de colgar el cartel de 'Se vende', Meryl Streep (70 años) ha conseguido un comprador para su ático de lujo en una de las zonas privilegiadas de la ciudad de Nueva York, Tribeca.

Sin embargo, la venta de esta preciada vivienda no ha sido tarea fácil. La oscarizada actriz ha tenido que rebajar su precio en dos ocasiones. Fue el verano de 2018 cuando decidió deshacerse de la propiedad y 12 meses después se vio obligada a disminuir el coste en un 30 por ciento. Poco después el precio pasó de 24,6 millones de euros a los 14,3 millones finales por los que se ha vendido.

Se trata de una cantidad muy 'asequible' para un vivienda de sus características en una de las ciudades más caras de Estados Unidos y del mundo. Sin embargo, Meryl Streep buscaba decir adiós con bastante urgencia al que un día fue su hogar.

La propiedad está ubicada en uno de los barrios con mejor reputación de Nueva York. Tribeca es un lugar repleto de comercios, de aires bohemios pero también de una tranquilidad inesperada en la bulliciosa Gran Manzana. Además, el edificio al que pertenece el ático está blindado de métodos de seguridad y consta de una privacidad de la que muchos rostros famosos como la actriz requieren.

De hecho, es una de las zonas preferidas de las celebrities para vivir junto al barrio de West Village, donde viven otras famosas como Sarah Jessica Parker (54) o Irina Shayk (34). Pero al contrario que ellas, Streep ha podido disfrutar durante años de unas espectaculares vistas desde la amplísima terraza de su ático porque con solo alzar la mirada podía observar frente a ella la Estatua de la Libertad a distancia y a sus pies el río Hudson, de ahí que el nombre de la zona en la que se asienta el exclusivo apartamento se llame River Lofts.

El ático consta de 370 metros cuadrados y tiene todos los aspectos que exigen los personajes vip de la talla de Meryl Streep para sentirse cómodos en su casa. Y es que el piso está en el rascacielos con mayor privacidad de Nueva York. Esto se debe a que existen varios ascensores en la zona del garaje y en un acceso posterior al edificio que permiten entrar a los inquilinos sin necesidad de pasar por la puerta de entrada y sin que sean vistos por otros vecinos.

A pesar de que el bloque de apartamentos es muy deseado por todos, el ático es sin duda la joya de la corona. Es el piso más luminoso, más grande y con la pieza más ansiada por quienes la visitan: una terraza que ocupa tres de los lados exteriores la vivienda. Esta inmensa zona de chill out o de jardín improvisado se puede observar desde el interior de la casa gracias a los grandes ventanales que rodean el loft.

Aparte de la infinita luz que entra desde las cristaleras, el color blanco en el que está teñido completamente el piso hace que la propiedad deslumbre por su pureza. Además el corte minimalista del diseño de interiores convierte en aún más atractiva su propuesta visual, porque solo deja que brillen los motivos decorativos con líneas rectas y acabados de autor.

Fachada del edificio de River Lofts.

Nada más entrar en la casa queda patente la utilización de los colores neutro y la estela vanguardista que la rige, pero también existen varios toques rústicos o materiales más clásicos -madera, mármol o detalles de lana y seda- que consiguen hacerla más especial. El lujoso piso tiene cuatro dormitorios, un amplio salón, un salón-comedor, una pequeña sala, gran cocina con isla, pasillos con suelo de parqué y techos más altos de lo que suele ser habitual en un ático.

Pero el punto que la famosa inmobiliaria Sotheby's ha remarcado a la hora de la venta de la casa de Meryl Streep es uno: que casi todas las estancias -excepto la salita de estar pequeña y los baños- disponen de una puerta de salida a la terraza enorme conectada. Un factor que teniendo en cuenta las vistas, enamora a cualquier neoyorquino o comprador extranjero.

Aunque no toda la 'magia' está en el interior. Las calles del barrio de Tribeca reúnen la esencia de lo alternativo con el aura más especial de la época dorada de la ciudad que nunca duerme. De hecho, con solo ver la fachada del edificio se puede entender el poder que tiene tras sus paredes: ladrillo rojizo con arcos arquitectónicos y grandes ventanales. Es verlo y saber que ahí solo puede vivir una estrella de Hollywood.

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