Es uno de los actores que más sabe de redes sociales y así lo demuestra cada día. Ashton Kutcher (40 años) ha vuelto a sorprenden -aun más si cabe- a sus seguidores con una nueva acción. Y es que el actor, lejos de verse afectado porque se filtre su número personal, ha sido él mismo el encargado de publicar su teléfono móvil en su cuenta de Twitter, donde cuenta con más de 18 millones de seguidores. 

"Echo de menos tener una conexión real con las personas, con mi comunidad", ha explicado en el mismo tuit en el que aparecía su número. "A partir de este momento podéis mandarme mensajes al móvil. No podré responder a todos, pero al menos podremos ser auténticos entre nosotros. Me parece una buena forma de compartir noticias sin filtro sobre mí", concluía en el mensaje. Esto, provocó miles de reacciones a los pocos segundos de hacerse público.

El actor recibió tal aluvión de mensajes -cosa que era de esperar dada su repercusión mediática- que no le quedó más remedio que borrar el teléfono. Eso sí, no sin antes prometer que pronto volvería a ponerlo. "Los sms son una bestia muy frágil", admitió. Los seguidores que optaron por escribir un mensaje al carismático intérprete, aseguraban a través de Twitter que Ashton les había contestado, pero lejos de lo que algunos pensaban, lo hizo de forma automática: "Este es el único mensaje automático que te voy a mandar. A partir de ahora, todo lo escribiré yo". 

Muchos se siguen preguntando si esto formará parte de otra de sus bromas, dado que todos conocen su peculiar sentido del humor. Pero hay quien admira esta faceta de Kutcher, y aseguran que con acciones como esta lo que pretende es ir más allá de lo habitual, y dar un paso más en la comunicación online con su público, que le lleva siguiendo desde hace más de 15 años. 

En el ámbito nacional, será difícil olvidar el momento en el que la cantante Rosalía (25) 'regaló' el número de Pablo Alborán (29), o cuando Paula Vázquez (44) publicó por error su teléfono. Esto es algo que suele traer muchos quebraderos de cabeza a los famosos, ya que, consciente o inconscientemente, ven invadida su intimidad. 

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