La jubilación de Barack Obama (55 años) comenzó con un helicóptero sobrevolando Capitol Hill. Era 20 de enero y el ya expresidente exhausto se disponía a disfrutar de unos días de descanso junto a su mujer, Michelle (53). Lo que comenzó como una breve pausa para desconectar de ocho años al frente de una de las mayores potencias del mundo se ha convertido en un largo exilio dorado que continúa a día de hoy y no parece tener fin. Son las vacaciones eternas -y sin escatimar lujos- de los Obama, que están recorriendo varios continentes y decenas de miles de kilómetros.

[Lea aquí: Así ha envejecido Obama durante su presidencia]

La primera parada era California, concretamente Palm Springs. Allí les esperaban James Costos (54), exembajador de Estados Unidos en España y su pareja, el decorador Michael S. Smith (53). Los cuatro son grandes amigos. De hecho, Smith se está encargando de decorar el rancho que se ha comprado Obama muy cerca de la residencia estival de Costos en California en la que ha estado el expresidente de Estados Unidos y su mujer. No es la primera vez que trabajan juntos, pues Smith rubricó también el diseño de la Casa Blanca y la mansión del matrimonio Obama en Washington. 

En Palm Springs descansaron unos días, los justos para desconectar del trasiego gubernamental. Pero si muchos pensaban que las vacaciones de Barack y Michelle terminarían ahí estaban equivocados. El viaje no había hecho más que empezar. Aún quedaban cerca de 20.000 kilómetros por recorrer, aunque la siguiente visita también era de cortesía, exclusiva y lujosa, pero de cortesía.

Un avión privado, propiedad del magnate de Virgin Richard Branson (66), se encargó de trasladarles hasta las Islas Vírgenes Británicas, en el Caribe. Allí el empresario dispone de una propiedad de 300.000 metros cuadrados llamada Necker Island, en la que se encuentra uno de los complejos más lujosos y exclusivos de toda la zona. El precio de la habitación más lujosa no baja de los 6.577 euros por noche, y únicamente 34 personas tienen cabida en el resort, que cuenta con jacuzzi privado, snacks y bebidas las 24 horas, piscinas, spa, azoteas con privilegiadas vistas y la posibilidad de practicar deportes acuáticos.

[Lea aquí: Así son las lujosas vacaciones de Obama: a 6.500 euros la noche]

Barack Obama no lo dudó ni un segundo y rápidamente se lanzó a practicar kitesurf, algo que tenía prohibido durante su etapa de presidente por razones de seguridad. El propio Branson desveló que el exmandatario había disfrutado como un niño y por si alguien no se creía la aventura marítima de Obama decidió dejar constancia en un vídeo que ha circulado como la pólvora por las redes sociales.

Barak Obama surfea en las Islas Vírgenes británicas

El mes de febrero transcurrió en Necker Island entre el relax y el lujo. Pero aún quedaba el plato fuerte. Con la llegada de marzo, los Obama se dirigieron a la Polinesia francesa, dispuestos a hacer un tour por varios puntos estratégicos de la zona: Tahití, Bora Bora, Tahaa, Moorea, Vanilla Island y, finalmente Teriatoa. Pero, ¿cómo llegaron hasta allí?

Aunque podría parecer que el jet privado de Branson iba a ser el transporte más lujoso y exclusivo del que gozaron los Obama durante su periplo por medio mundo, nada más lejos de la realidad. El desplazamiento por las islas de la Polinesia francesa tuvo lugar a bordo de un yate valorado en 238 millones de dólares propiedad del empresario David Geffen (74). 138 metros de eslora convierten al Rising Sun en uno de los barcos más grandes del mundo.

Pero el matrimonio Obama no han estado solo. Si Phileas Fogg se hizo acompañar de un séquito de compañeros de viaje, Barack ha hecho lo propio rodeado de celebrities. Así, el barco se llenó de rostros conocidos como Oprah Winfrey (63), Bruce Springsteen (68), Tom Hanks (60) y el empresario Larry Ellison (72) que disfrutaron a bordo con Michelle y su marido antes de recalar en el resort ecológico The Brando, en Teriatoa. Se trata de un lujoso complejo adquirido en los años 60 por el actor Marlon Brando (de ahí su nombre), en el que el matrimonio pernoctó varias semanas y cuyo precio por noche ronda los 3.000 euros.

Los paseos por la playa y la práctica del paddlesurf han copado la mayor parte de su tiempo estos meses de marzo y abril. El relax ha sido tal que hasta Michelle se ha dejado ver, por primera vez en casi una década, con su pelo natural rizado.

El exilio dorado de los Obama no parece tener fin. Mientras tanto, el matrimonio ha comenzado a escribir sus memorias. La editorial Penguin Random House compró los derechos por 60 millones de dólares, todo un récord teniendo en cuenta que Bill Clinton y George Bush (70) cobraron 15 y 10 millones, respectivamente. Aún no se conoce en qué fecha verán la luz las memorias de los Obama y, a juzgar por sus largas vacaciones, no será de forma inminente.

[Lea aquí: Los Obama escribirán sus memorias en la Casa Blanca por 60 millones de dólares]