Publicada
Actualizada

Carlos III (76 años) y Camila (77) han puesto fin a su viaje de Estado a Italia. Una travesía histórica de cuatro días que ha coincidido con la celebración de sus 20 años de matrimonio. Ha sido su primera visita al país transalpino desde que se convirtieron en Reyes de Inglaterra y ha estado cargado de anécdotas.

Al margen de sus compromisos institucionales, Carlos y Camila han llevado a cabo una serie de actividades que son más propias de dos turistas que de dos monarcas. Eso sí, siempre escoltados y guiados por quienes mejor conocen Roma.

El pasado martes, 8 de abril, un día después de aterrizar en la capital italiana, los Reyes británicos visitaron las inmediaciones del Coliseo. Además de posar frente al histórico anfiteatro y ante la mirada de cientos de seguidores, Carlos III y Camila hicieron un tour por su parque arqueológico, guiados por el paleontólogo y presentador italiano Alberto Angela (63).

Los reyes Carlos III y Camila en su 'tour' por las inmediaciones del Coliseo. Gtres

"El rey Carlos y la reina Camila mostraron un gran interés por los matices de la historia. Me impresionó su fascinación por los detalles", contó el comunicador a la edición italiana de Vanity Fair.

"Me impresionó ver a un Rey tan apasionado, tan implicado en los detalles que te hacen viajar en el tiempo y te acercan a la vida de personas que vivieron hace más de 2.000 años. Carlos III posee una mente viva, siempre curiosa, que nunca deja de querer aprender, a pesar de los numerosos compromisos institucionales en los que está inmerso a diario. Esta gran curiosidad suya me llamó profundamente la atención y sentí una auténtica conexión con él", confesó Alberto Angela.

En aquel tour, mientras Carlos se maravillaba de la historia que esconden las ruinas romanas, su mujer vivía un momento fan. Y es que, según reveló el citado televisivo, la Reina es seguidora de sus programas. El paleontólogo, cabe puntualizar, conduce un espacio en la cadena pública, dedicada a la historia, el arte y la cultura.

En su faceta de turistas también protagonizaron un momento anecdótico en una de las heladerías más famosas de Roma y, curiosamente, con una historia royal detrás. Se pararon frente a Giolitti, antigua lechería que vendía sus productos a la extinta Casa Real italiana.