Chyknell Hall Estate, una lujosa mansión situada en Shropshire, Inglaterra, ha despertado el interés de la Fiscalía suiza que investiga las cuentas del rey Juan Carlos (82 años) y Corinna Larsen (55). Y es que, la amiga entrañable del emérito adquirió este palacete en 2015, tres años después de que recibiera 65 millones de euros del padre de Felipe VI (52). Se trata de una vivienda que fue comprada por seis millones de libras (6,7 millones de euros), mediante un préstamo de su sociedad panameña Solare -última beneficiaria de la donación del que fuera Rey de España- en favor de Honeybird Group Corporation, otra sociedad instrumental inscrita en el registro de Panamá el 12 de marzo de 2015. Pero esta vivienda esconde mucho más que una polémica judicial ya que pesa sobre ella una curiosa leyenda que no ha pasado desapercibida a lo largo de los siglos.

Chyknell Hall Estate, en Inglaterra. Gtres

Corinna adquirió esta propiedad, ubicada el corazón de la campiña inglesa y con una peculiar historia de infidelidad detrás, a través de la fundación Jade Trust, cuyo beneficiario es su hijo Alexander (18), fruto de su matrimonio con el príncipe alemán Casimir zu Sayn-Wittgenstein. Una opaca estructura que ella misma creó, que permite ocultar la identidad de los beneficiarios de los fondos que administran en cuentas bancarias, y tras la que figura su vástago, entonces de 13 años. De ahí que la Fiscalía suiza también esté investigando la compra de este palacete, en el que la examante del Rey emérito invirtió otros seis millones de libras más en reformas porque, a su juicio, no estaba en buen estado.

El palecete mantiene su estilo histórico. Gtres

La vivienda fue construida en 1814 y cuenta con 81 hectáreas de terreno, en las que también hay otras cinco casas de campo. En concreto, la mansión de la examante del Rey emérito cuenta con 11 habitaciones, bodega, biblioteca y sala de billar. Además, varios baños y salas de estar, piscina, pista de tenis y los establos.

La piscina de Chyknell Hall Estate. Gtres

Chyknell Hall Estate no solo genera interés por ser una propiedad de Corinna Larsen. También despierta curiosidad porque sus paredes esconden una historia de infidelidad que ocurrió hace dos siglos atrás. En 1872, esta mansión pertenecía a Henry Cavendish Taylor, un jugador de críquet cercano a la Corona. Con él vivía su mujer, Selina Gage, a quien sorprendió una mañana en uno de los salones del palacete engañándole con un militar. Lo que provocó que este echara rápidamente a su esposa, quien escapó con su amante, y que la vivienda cambiara de nuevo el apellido de sus propietarios, tras pasar por varias familias aristocráticas.

Esta propiedad cuenta con 81 hectáreas de terreno. Gtres

El apellido Taylor quedó borrado de las escrituras del palacete, ya que Selina Gage puso el apellido materno a las tres hijas que tuvo con Henry Cavendish Taylor. Por lo que, una vez fallecido el deportista, la mansión quedó como propiedad de las hermanas Gage.

Según ha informado un vecino de la zona a The Times, Corinna no suele hacer vida en esta propiedad, pero durante las semanas más difíciles de la pandemia la alemana permaneció allí. Y es que su piso en Mónaco le quedaba pequeño para estar confinada durante tantos días. De acuerdo con las declaraciones a las que ha tenido acceso el diario inglés, Corinna Larsen también suele acudir al palacete para hacer juegos de tiro. 

Reformas millonarias (y sospechosas)

La vivienda forma parte del catálogo de bienes de Inglaterra. Lo que significa que el Estado tiene todos los datos sobre las remodelaciones y los cambios que se hacen en ella.

Uno de los salones de la mansión de Corinna. Gtres

Según los documentos del Estado, fue en 2011 cuando se hizo la última reforma en Chyknell Hall Estate. Entonces, se le agregó un sistema de fontanería parecido al de los hoteles y un nuevo sistema eléctrico. Además, se le hizo una reforma casi al cien por cien, conservando, eso sí, los elementos ornamentales más característicos de la mansión, para mantener el estilo histórico.

El comedor de la mansión de Corinna Larsen. Gtres

"Es correcto que la adquisición se hizo vía un préstamo de Solare a favor de Honeybird Corporation. Adquirí esta mansión a través de un trust, cuyo beneficiario era mi hijo. Recurrí a una estructura como esta porque estimaba que mi hijo, una vez que fuera mayor de edad, no tendría la madurez suficiente para administrar este bien", comentó Corinna a la Físcalía suiza. Una declaración a las que ha tenido acceso El País y que se completa con la explicación sobre el cambio en la estructura administrativa de la sociedad, después de que Alexander adquiriera la nacionalidad británica. "Creamos Jade Trust, que reemplazó a Solare, como prestador para la compra del inmueble. En otras palabras, el préstamo inicial de Solare deberá ser reembolsado a Jade Trust, cuyo beneficiario es mi hijo", dijo. Según aseguró la examante del Rey emérito, fue el abogado suizo Dante Canónica, director de la fundación Lucum de Juan Carlos I, quien le creó las estructuras panameñas para comprar la mansión en la que Corinna no suele estar.

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