Oviedo va a vivir este viernes, 38 años después, otro debut de un heredero de la Corona en la ceremonia de entrega de los premios que llevan el nombre del principal título aparejado a esa condición, Príncipe o Princesa de Asturias. Casi cuatro décadas han transcurrido desde aquel 1981 que no fue nada fácil. Lo ocurrido en el Congreso el 23 de febrero había hecho contener el aliento a los españoles y obligado al rey Juan Carlos (81 años) a una intervención que marcó en gran medida su reinado.

Así fue el debut del príncipe Felipe en 1981 en los premios Princesa de Asturias JALEOS

Meses después, el 3 de octubre, en el ovetense Teatro Campoamor se vivieron otras palabras para la historia, las de un adolescente Felipe de Borbón (51) que hablaba por vez primera en público coincidiendo también con el estreno de la entrega de esos premios. Quien transcurridos 33 años se convirtió en Felipe VI tras la abdicación de su padre, ostentó la presidencia de ese acto en el que estuvo acompañado por Juan Carlos y Sofía (80), sentados a su izquierda, y el entonces presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, a su derecha.

Un minuto y 24 segundos. Ese fue el tiempo que duró su primer discurso oficial, que pronunció de forma segura y mirando alternativamente al papel que sostenía en sus manos y a los invitados que se habían dado cita en el teatro de la capital asturiana. En el folio, con la corona real en una de sus esquinas, el propio príncipe había escrito de su puño y letra los cinco párrafos a los que dio lectura y en los que comenzaba resaltando que había querido que sus primeras palabras en público fueran en el Principado de Asturias, "cuyo título -dijo- con tanto honor ostento".

El discurso de Felipe en 1981 escrito de su puño y letra.

Alusión inmediata después al hecho de que, por indicación de su padre, era también el primer acto que presidía para, a continuación, felicitar a los premiados y a los jurados encargados de conceder las distinciones. Su principal mensaje, en medio de aquellos meses convulsos, es que la ceremonia albergaba "una gran esperanza de futuro".

Tras otras palabras de apoyo a la Fundación Príncipe de Asturias, resaltó que la labor de esta institución había de tener una significación destacada y eficaz en beneficio de la región. "Esta Asturias querida -enfatizó- que llevo y llevaré siempre en lo más profundo de mi corazón". Casi un minuto de aplausos secundaron ese primer discurso del entonces príncipe de Asturias, vestido con traje y corbata y que ocupó el lugar central de la mesa presidencial de los premios.

Juan Carlos siguió la intervención mirando en reiteradas ocasiones a su hijo y no pudo contener una sonrisa de satisfacción a su término mientras se sumaba a los aplausos cada vez más sonoros y que sólo cesaron cuando el príncipe, atendiendo a un discreto gesto del rey, tomó asiento. Tras él, varias banderas españolas con un escudo, el del águila acompañada por el yugo y las flechas y que estaba a punto de pasar a la historia porque tan solo dos días después de ese acto en Oviedo, una ley determinaba su sustitución por el actual.

Ese fue un elemento del pasado inmediato que, en nombre de todos los premiados en aquella primera edición, el poeta José Hierro invitó a dejar definitivamente atrás en favor de la libertad y la democracia al tiempo que aventuraba al joven príncipe que un día comprendería la importancia de la actitud de Juan Carlos para impedir que se diera un paso más hacia la tiranía. 

Leonor este pasado jueves a su llegada a Oviedo. Gtres

Para Hierro, el "aire de libertad" que se respiraba y que permitiría avanzar hacia la España deseada en ese momento tenía una fecha de inicio, el 24 de febrero de ese año que supuso el fracaso de la intentona golpista. Felipe VI, con 13 años en aquel momento -los mismos con los que se estrenará en la ceremonia la princesa Leonor-, siguió atento las palabras del poeta, que resumió en una frase el respeto mutuo que debe ser la base de la tolerancia y la democracia.

"Consiste -explicó- en que Santiago Carrillo pueda decir lo que antes no podía y que don Blas Piñar pueda seguir diciendo lo mismo que decía". Esa fue una seña de identidad de la Transición vivida por un joven príncipe, que ese día se sintió un poco más mayor: pidió que retiraran el cojín que habían colocado en su silla en el almuerzo previo a la entrega de premios pensando que así podían facilitar que estuviera a la altura óptima. A los 38 años de aquel instante, podrá volver a entonar el himno de Asturias. Lo hizo junto a su padre en aquella ocasión. Esta vez, junto a su hija.

Discurso íntegro del rey Felipe cuando tenía 13 años

"He querido que las primeras palabras en público que pronuncio en mi vida tengan, precisamente como marco este Principado de Asturias, cuyo título con tanto honor ostento. Unas palabras para expresar la satisfacción que siento por encontrarme de nuevo en esta tierra a la que estoy estrechamente vinculado, y presidiendo, también por vez primera, al obedecer la indicación de mi padre, un acto tan significativo como el que estamos celebrando.

Mi enhorabuena a quienes han recibido los Premios que llevan mi nombre y a los miembros de los jurados que han tenido el acierto de elegirlos. Gracias a todos los que habéis acudido hoy aquí para realzar esta ceremonia que contiene una gran esperanza de futuro. Y por último, mi felicitación más sincera también a la Fundación, que inicia ahora una labor importante y que ha de tener una significación destacada y eficaz, en beneficio de esta Asturias querida, que llevo y llevaré siempre en lo más profundo de mi corazón".

[Más información: La felicidad exultante de Leonor en su primer día como futura Reina: 'selfies' con su público de Oviedo]

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