Meghan Markle (37 años) vuelve al centro de la polémica después de que su segunda asistenta en menos de ocho meses decida dejar su puesto de trabajo. Tal y como informa el dominical Sunday Times, Samantha Cohen (50), la secretaria privada de los duques de Sussex, Harry (34) y Meghan de Inglaterra, ha comunicado que tiene su intención de abandonar su cargo una vez que nazca el primer hijo en común del reciente matrimonio, en la primavera de 2019. 

Samantha Cohen es de origen australiano y lleva 17 años junto a la Familia Real británica. En un principio, se encargó de ejercer funciones como secretaria de comunicación y asistente de la reina Isabel II (92). La boda de Harry y Meghan ha cambiado por completo las bases de la casa Windsor por lo que a principios de año, Cohen, más que preparada para gestionar este tipo de eventos, pasó a realizar labores para el hijo pequeño de Diana de Gales y su entonces futura esposa de cara al gran acontecimiento que tuvo lugar en Windsor el pasado mes de mayo: la gran boda real. 

Meghan Markle, la reina Isabel II de Inglaterra y Samantha Cohen, al fondo entre las dos.

Desde entonces, Cohen ha permanecido junto a Markle. Una situación laboral de la que ha decidido prescindir voluntariamente. Según la información que publica el citado medio británico, la duquesa de Sussex suele despertar a las 4:30 horas de la madrugada para hacer yoga, momento en el que empieza a enviar correos electrónicos y peticiones a su personal de servicio. La marcha de Cohen no hace más que avivar los rumores en relación al difícil carácter de la que fuera protagonista de Suites. Además de Cohen, Melissa Touabti dimitió hace algunas semanas como asistente personal de Meghan Markle tras seis meses en su puesto de trabajo. Según desvelan medios locales, su relación era tensa. Exactamente igual que sucede con su cuñada, la duquesa de Cambridge Kate Middleton (36), sobre quienes han llegado a publicar que existe una guerra interna erigida dentro de los muros de Buckingham Palace. 

Por su parte, el palacio de Kensington informó el mes pasado de noviembre de que los duques de Sussex, Meghan y Harry, se mudarán en 2019 a una casa ubicada en los terrenos del castillo de Windsor -donde se casaron-, después de vivir todo este año en un chalé cercano a Kensington, donde precisamente tienen su residencia oficial los duques de Cambridge, William (36) y Kate. ¿Casualidad?

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