Las manchas de aceite, y de grasa en general, tienen fama de ser muy difíciles de eliminar. Aunque esto es parcialmente cierto, no hay que desanimarse y de entrada hay que evitar hacer cualquier cosa que pueda empeorar la situación, como frotar y extender la mancha en las fibras. A continuación os damos unos consejos de como eliminar sin demasiado trabajo estas temidas manchas.

Ya vimos en cómo quitar manchas de vino, los pasos para eliminar las manchas difíciles de este líquido en la ropa. Ahora os mostramos cómo hacer con el aceite.

¿Por qué mancha el aceite?

Los aceites son ácidos grasos que son líquidos a temperatura ambiente. La forma líquida implica que son muy fáciles de absorber por las fibras de los tejidos. A esto se añade una particularidad de estas sustancias que agrava considerablemente la situación: no son solubles en agua.

Por suerte para nosotros, el ingenio humano ideó una solución al problema: los detergentes. Estos productos se conocen en química como tensoactivos o surfactantes y tienen la propiedad de actuar sobre la tensión superficial entre dos líquidos que no se mezclan.

Quitar manchas de aceite en unos sencillos pasos

  • Es vital la limpieza de la mancha antes que se seque o se adhiera a la tela. Hay que actuar rápido y eliminar las manchas de aceite tan pronto como ocurran. 
  • Para aprovechar el estado líquido de la grasa, utilizaremos como primera medida la capacidad de los líquidos para ser absorbidos, empleando primero un simple papel de cocina. De esta manera, el exceso de grasa quedará adherido al papel.
  • En una segunda etapa utilizaremos unos trucos de nuestras abuelas, el bicarbonato sódico, un producto presente en muchos hogares y que tiene múltiples utilidades, tanto en la cocina como para la limpieza. Cubriremos la mancha con una capa gruesa y dejaremos reposar alrededor de una hora.
  • A continuación utilizaremos un cepillo de dientes viejo para restregar la mancha con el bicarbonato. Veremos que empiezan a formarse grumos, señal de que el bicarbonato ha absorbido parte del aceite. 
  • Pondremos un poco de lavavajillas sobre la mancha y el bicarbonato que haya quedado adherido a la ropa y frotaremos con el dedo. El jabón lavavajillas es más efectivo con las grasas que el detergente de lavadora y unos de los remedios caseros más utilizado. La mancha debe estar bien impregnada de jabón.
  • Pondremos la pieza en la lavadora y utilizaremos un programa de agua caliente, siempre que las instrucciones de lavado de la pieza no indiquen que se debe utilizar sólo agua fría.
  • Tras el lavado, inspeccionamos la pieza para ver si la mancha ha desaparecido. No utilizar la secadora salvo que estemos seguros de que no quedan restos de aceite, ya que el calor y podría hacer que cualquier mancha residual que haya permanecido sea aún más difícil de eliminar.

En el caso de que la mancha persista, puede repetirse el proceso las veces que hagan falta. Como última opción, podemos utilizar un disolvente para limpieza en seco como los que emplean las tintorerías, aunque estos productos son tóxicos y es preciso utilizarlos con mucho cuidado y en un espacio bien ventilado.

Cómo quitar manchas de aceite en prendas de lana

A diferencia de las fibras de origen vegetal, como el algodón, o sintético, las fibras de la lana son de origen animal y mucho más delicadas. Aparte de otros agentes como algunos insectos, dos cosas perjudican especialmente la ropa de lana: la humedad y el calor. Dado que ambos son utilizados habitualmente para limpiar manchas, estas piezas son lavadas normalmente en seco. Sin embargo, podemos evitar un viaje a la tintorería siguiendo estos pasos:

  • Tras utilizar el bicarbonato como en otra prenda cualquiera, llenaremos el fregadero con agua fría. Añadimos unas gotas de jabón lavavajillas y utilizamos la mano para mezclarlo bien con el agua. Sumergimos entonces la prenda procurando que quede bien extendida y sin arrugas y dejamos reposar durante unos pocos minutos.
  • A continuación, vaciamos el fregadero y enjuagamos el jabón con el agua del grifo, escurriendo el agua de la prenda, evitando, sobre todo exprimirla o retorcerla para acelerar el proceso.
  • Una vez el agua salga completamente clara, dejamos escurrir y enrollamos la prenda en una toalla completamente seca y limpia, sin apenas ejercer presión. Esto ayudará a eliminar el exceso de agua.
  • Extendemos la prenda sobre otra toalla seca, procurando que no queden arrugas y estirando cuanto sea preciso para que vuelva a su tamaño original (podemos utilizar otra prenda similar como referencia). Una vez mojadas, las fibras de lana se deforman muy fácilmente y si nos saltamos este paso puede que la prenda nos quede holgada, estrecha o corta una vez se seque.

El bicarbonato se puede sustituir por almidón de maíz. También se puede añadir agua oxigenada (peróxido de hidrógeno) al bicarbonato, lo que creará una reacción química similar a la provocada por los detergentes de oxígeno activado.

En el caso de manchas combinadas, como por ejemplo aceite y salsa de tomate, es mejor ocuparse de eliminar primero el aceite ya que las manchas de esta sustancia, una vez secas y asentadas, son muy difíciles de quitar al ser absorbidas de forma prácticamente permanente por las fibras, tomando una coloración oscura. En el caso de prendas de piel u otro tejido especialmente delicado y que requiera lavado en seco, siempre podemos utilizar papel absorbente y bicarbonato como medida de choque para facilitar luego la limpieza en la tintorería.