Situémonos en el contexto de un emprendedor que acaba de montar un negocio y desea darlo a conocer para tratar de reunir inversores, socios o accionistas. ¿De qué manera puede hacerles llegar su idea? La mejor manera de hacerlo, sin duda, es presentando un proyecto de empresa.

En otro artículo ya comentamos algunos trucos para hablar en público como un auténtico orador. Ahora nos centraremos en el paso previo, la organización de la presentación del proyecto.

Qué es un proyecto

El proyecto de empresa es un documento en el que se explica y se fundamenta la oportunidad y la viabilidad de un negocio. Un documento que tiene una importancia trascendental ya que, de alguna manera, se convierte en la carta de presentación de los emprendedores que buscan financiación o socios para sus negocios.

Es por esta razón por la que hay que cuidar todos los detalles que van a integrar el proyecto de empresa. En él, hay que explicar muy bien las características de la iniciativa que se va a poner en marcha y las principales cualidades que lo hacen ideal para realizar en él una inversión. De ahí que todo proyecto deba incluir algunos apartados bien claros como los objetivos a cumplir. También deberá estar bien fundamentada la estrategia a llevar a cabo y la rentabilidad que se pretende conseguir.

Cómo hacer un proyecto

Cada proyecto de empresa puede ser diferente. Sin embargo, hay una estructura que puede ser general para todos y en la que nos podemos basar.

Un proyecto de empresa debe incluir un resumen ejecutivo en el que se haga una descripción breve del negocio, sus objetivos y la inversión necesaria para llevarlo a cabo. También ha de integrar sus principales características, sus datos de ubicación y la estrategia a seguir para cumplir con los objetivos marcados.

Es muy importante la presencia de un estudio de mercado para conocer la competencia y la audiencia potencial así como el personal necesario para poner en marcha el negocio. Por otro lado, habrá que realizar un estudio de inversión para conocer cuál será el montante que se requiere para poner en marcha la idea.

Por último, no puede faltar una evaluación final en la que se aporten datos para tratar de convencer de la viabilidad del proyecto a los potenciales inversionistas o financiadores.

Cómo presentar un proyecto

A la hora de presentar un proyecto de empresa hay que ser lo más claro y conciso posible. Las características del proyecto deben estar muy bien definidas y organizadas. Sin olvidarnos de incluir de forma pormenorizada todas las ventajas que puede suponer unirse al negocio como socio, inversor o accionista.

Hay diversas fórmulas para presentar un proyecto. Las nuevas tecnologías se han convertido en la plataforma ideal para una exposición en público. Es evidente que hay que recogerlo en papel pero también podéis contar con el formato audiovisual. Por ejemplo, si tenemos que exponerlo en público, hacer una presentación de diapositivas con un proyector nos ayudará a que la explicación sea más creativa y dinámica.

Si hacemos uso de esta tecnología, podemos emplear la regla 10/20/30 de Guy Kawasaki, también conocida como regla del Power Point. Esta sugiere que debemos utilizar 10 diapositivas como máximo para exhibirlas en una presentación de 20 minutos, utilizando como fuente de los textos un cuerpo mínimo de 30 puntos. Aunque esta regla parecen algo rigurosa, en realidad te ayudará a conectar con tu audiencia.

Si seguimos esta regla, las diapositivas que no pueden faltar al presentar tu proyecto son:

  1. Presentación: un vídeo corto o una diapositiva para explicar en qué consiste el proyecto y cuál es su misión. 



  2. Descripción de la compañía: en este apartado hay que mencionar a los fundadores, empleados, inversores o asesores que ya forman parte del proyecto. Si puede ser con una fotografía de cada uno de ellos, mucho mejor.



  3. Los números: este paso consistirá en indicar a través de unos gráficos el balance económico del proyecto desde sus inicios, incluyendo aquí los ingresos y los gastos. También se debe añadir la información sobre el modelo de negocio y las vías de monetización. La finalidad de este punto es dejar muy clara la situación financiera del proyecto.



  4. Las proyecciones e hitos: en esta etapa es muy importante hacer un recorrido en orden cronológico por los principales hitos que se hayan podido conseguir con el proyecto y los que están por llegar.



  5. El tamaño del mercado: a continuación, es necesario explicar el tamaño concreto del mercado en el que encaja el proyecto. Es muy importante que los potenciales inversores y socios sepan cuáles son los principales clientes del proyecto para comprobar si es un plan seguro y de la máxima credibilidad.



  6. Resumen y llamada a la acción: aquí incluiremos un resumen con las prioridades del proyecto y a dónde pretendemos llegar con él. Para finalizar, es importante dirigirnos directamente a los potenciales inversores para hacerles ver en lo que pueden ayudar al proyecto y los beneficios que sacarían con ello.