En primer lugar, debes saber que el agua con gas tiene numerosos beneficios. No obstante, se debe tomar con moderación. Esto es debido a que, a pesar de las muchas propiedades del agua con gas, cada persona tiene un metabolismo y unas necesidades distintas.

Además, es cierto que las calorías del agua con gas son inexistentes, pero no puede tomarse como un sustitutivo del agua mineral. Lo ideal es combinarlas, ya que la ingesta del agua con gas no está recomendada para todo el mundo. Te explicamos a continuación las claves para disfrutar de esta bebida.

Recomendaciones para beber agua con gas

Beber más de dos vasos de agua con gas durante las comidas no es recomendable, siempre y cuando se complemente con el agua natural sin gas. Además, no todas las personas pueden disfrutar de los beneficios del agua con gas, pues aquellos que sufren de reflujo esofágico, aerofagia (gases) o hernia de hiato deben abstenerse de tomarla. También deben evitarla los que padecen de colon irritable, úlceras estomacales o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

Fíjate en su contenido en sodio, pues algunos tipos de aguas gasificadas incluyen unos niveles que no son muy aconsejables. Si un agua con gas tiene entre 20 y 100 miligramos por litro, las personas hipertensas o con edemas, incluso las embarazas, deben beber este agua con moderación. Si por el contrario posee menos de 20 miligramos de sodio por litro, podrán consumirla incluso aquellos que siguen una dieta hiposódica. En cualquier caso, si sufres de flatulencias o aerofagia, consumir bebidas con gas empeora los síntomas de esta molesta afección.

Hay muchos tipos y, a pesar de que las calorías del agua con gas son inexistentes, debes leer muy bien su composición para evitar cualquier molestia. Es una bebida refrescante y los beneficios del agua con gas son muchos, pero aporta acidez. Dar una medida de cuánta agua con gas debe tomarse al día es complicado, sobre todo porque cada una tiene una composición diferente. Y también debes considerar que no es lo mismo el agua gasificada de forma natural que aquella a la que se le ha añadido ácido carbónico después para generar el gas.

La carbonatación se refiera a la cantidad de carbónico presente en el agua y va desde la muy baja, a la ligera, clásica y hasta gruesa. La recomendable es la carbonatación natural, pero ten en cuenta que la cantidad presente de CO2, al final, sigue siendo CO2, tanto natural como añadido.

Propiedades del agua con gas

En España, el consumo de agua con gas no es muy habitual, al menos si lo comparamos con otros países europeos. Sin embargo, cada día son más las personas que disfrutan de los increíbles beneficios del agua con gas. Toma nota, algunos de ellos son los siguientes:

  • Hidrata el organismo y el contenido de dióxido de carbono que contiene es expulsado más tarde por tu propio cuerpo.
  • Contiene los mismos nutrientes que el agua mineral natural: calcio, potasio y magnesio. Pero el agua con gas también contiene sodio, como hemos explicado, así que debes tener cuidado con su consumo.
  • Las calorías del agua con gas son nulas.
  • El gas presente en esta bebida provoca un efecto saciante en nuestro organismo, por lo que es ideal para controlar el hambre en las personas que están siguiendo una dieta.
  • El agua con gas facilita las digestiones pesadas, ayudando a estimular la correcta secreción de los jugos gástricos.
  • Otra de las propiedades del agua con gas es que sensibiliza las papilas gustativas, acentuando el sabor de los alimentos.
  • Ayuda a la eliminación de sodio por medio de la orina.
  • Contribuye a controlar los niveles de colesterol, regulando la presión arterial y el azúcar en sangre.
  • Entre los beneficios del uso habitual del agua con gas, también contribuye a reducir el riesgo de enfermedades metabólicas como la obesidad y la osteoporosis.

¿El agua con gas engorda?

Casi con total seguridad habrás escuchado que las bebidas gasificadas engordan y, sí, es cierto. Pero, ¿esto ocurre también con el agua con gas? Como ya hemos comentado, las calorías del agua con gas no son un problema, porque no contiene calorías, y además hay investigaciones que lo corroboran.

Según unos estudios publicados por la Universidad de Florencia, Italia, el agua gasificada o mineralizada hidrata la piel y mejora su aspecto. Y todo ello sin aportar ninguna caloría, por lo tanto, no aumenta la grasa en nuestro organismo. Lo que sí puede suceder es que se te inflame el estómago y los intestinos provocando gases, los cuales pueden llegar a ser dolorosos.

La cantidad de agua recomendable, con o sin gas, es de 2 litros u 8 vasos al día más o menos, teniendo en cuenta el peso de la persona, si realiza actividad física, si suda mucho o si tiene alguna enfermedad renal o cardíaca. Evita las marcas que contienen otros productos añadidos, como edulcorantes, sodio y otros conservantes. También debes valorar que son muchos los beneficios del agua con gas pero, aunque es tan buena como el agua natural, si tienes alguno de los problemas que hemos citado antes no podrás disfrutar de sus propiedades.

Por último, el agua gasificada nunca debe ser la primera opción en la dieta de una persona, y mucho menos de un niño, ya que es importante que el paladar se acostumbre al agua natural mineral para que no deje de beberla.