En los meses de verano el consumo de frutas es mucho mayor porque aportan líquidos, nutrientes y sobre todo, frescor. Ya vimos cómo afrontar una ola de calor, con remedios caseros para que no se resienta nuestra salud

Se dispara especialmente el consumo de frutas de verano como la sandía, el melón, las ciruelas, las paraguayas, las nectarinas…y para mayor comodidad nada mejor que llevarlas al trabajo, o a una excursión peladas, enjuagadas cortadas.

Si sobran, hay que conservarlas de la mejor forma posible para que no se oxiden. Aquí facilitamos una serie de trucos y consejos para saber cómo conservar fruta y que esté siempre en perfectas condiciones para su consumo.

Cómo conservar frutas: las frutas enteras y su conservación

La fruta lista para comer es muy cómoda, aunque su principal inconveniente es que dura menos en perfectas condiciones. Las macedonias y ensaladas de frutas es necesario consumirlas cuanto antes, porque duran bastante menos tiempo en buenas condiciones que la fruta entera. En cualquier caso, la fruta en general, es más delicada en lo que respecta a su conservación en perfectas condiciones, por lo que se hace necesario aprender unos trucos para saber cómo conservar frutas para que no se pasen y estén siempre listas para consumirlas.

Por lo general, las frutas enteras de temporada han de conservarse en la nevera, puesto que son frutas que están en su mejor momento de madurez y sabor en temporada. También hay algunas frutas, que suelen estar disponibles en todas las épocas del año y que aún no han madurado bien, que conviene mantener primero a temperatura ambiente hasta que maduren, para después meterlas en la nevera. De esta forma estarán deliciosas y les sacaremos el mayor provecho.

Las frutas de temporada que han de conservarse en la nevera desde el momento de la compra son las siguientes: albaricoques, cerezas, fresones, manzanas, uvas, melocotones y fresas. Ten en cuenta que muchas de estas frutas no tienen mucha durabilidad y deben consumirse lo antes posible para que aporten todos sus nutrientes, vitaminas y sabor. Por ejemplo, las fresas conviene consumirlas hasta tres días después de su compra.

Otras frutas como los aguacates, ciruelas, kiwis o melocotones, por ejemplo, se deben conservar a temperatura ambiente para que vayan madurando, y pasados un par de días, pueden meterse en la nevera.

Para conservar las frutas en las mejores condiciones, aquí van algunos trucos y consejos:

  • Guárdalas siempre en bolsas de plástico o bien conserva las que te han dado en el supermercado, haciéndoles unas perforaciones a la bolsa para que respiren. En las neveras siempre hay cajones para guardar frutas, que son siempre los menos fríos.
  • Separa frutas de verduras porque algunas frutas producen gas etileno que pueden dañar a las verduras.
  • No tardes mucho en consumir las frutas frescas para que no pierdan sus propiedades, y cuando vayas a hacerlo, enjuágalas bien.
  • Saca siempre la fruta de la nevera un rato antes de consumirla porque a temperatura ambiente tendrá un mejor sabor, aroma y textura.

Frutas y verduras para conservar fuera de la nevera

Hay una serie de frutas y verduras que se deben conservar siempre fuera de la nevera puesto que la refrigeración no les sienta bien. Lo mejor es evitar el frío, y guardarlas en un frutero, en un lugar fresco y seco, y que además no reciba luz directa que pueda dañarlas. También puedes meterlas en bolsas perforadas para que respiren. Las frutas que deben conservarse fuera de la nevera para que conserven todas sus propiedades a la hora de consumirlas son los plátanos, las granadas, las limas, limones o naranjas.

El limón, que se consume para aderezar platos, deberá introducirse en la nevera una vez cortado, y sin envolver para que no se acabe secando. Los kiwis son muy duros de madurar, sobre todo los verdes, por lo que deberemos esperar unos días para que estén en perfectas condiciones antes de poder consumirlos, y lo mismo ocurre con la piña.

Cómo conservar frutas peladas y cortadas

No debemos dejarlas en la fuente en la que las hemos servido, o en un recipiente de cristal o loza. Debemos guardarlas en una fiambrera de plástico que tenga el cierre hermético. Antes de cerrar la fiambrera, un buen truco de conservación es exprimirles encima un poco de zumo de limón, porque el jugo de limón las mantiene blancas, y su acidez puede neutralizar durante algún tiempo los efectos de la oxidación de la fruta cortada.

Para que la fruta pelada y cortada tenga un efecto fresco a la hora de consumirla, también podemos envolverla en papel absorbente de cocina antes de meterla en la fiambrera, se conservará mucho mejor y estará fresca a la hora de consumirla. El papel tendrá un efecto protector sobre la fruta, que evitará que ésta se quede muy seca o que se oxide. Por el contrario, si hemos comprado fruta que no es de temporada y por tanto no ha alcanzado su madurez, lo mejor es conservarla a temperatura ambiente fuera de los focos de luz hasta que madure, para después no tardar demasiado tiempo en consumirla, pues cualquier tipo de fruta es siempre delicada de conservar y caduca o se pudre en un corto espacio de tiempo, una vez que está madura.