El Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) fue la medida a la que se acogieron un buen número de empresas durante el estado de alarma como consecuencia del coronavirus. Se estima que en torno a tres millones de trabajadores españoles se vieron en situación de ERTE al inicio de la pandemia.

Poco a poco, y a medida que se han ido eliminando las restricciones impuestas para frenar el virus, muchos de estos trabajadores han podido volver a sus empleos de origen. Sin embargo, hay otros que continúan en ERTE, una situación que, en muchos casos, puede demorarse incluso hasta el próximo mes de septiembre.

Las vacaciones de verano según el tipo de ERTE

No obstante, la pregunta que ahora mismo sobrevuela sobre todos estos trabajadores que estuvieron o aún están en ERTE es la siguiente: ¿cómo afectará esto a las vacaciones de verano? Las respuestas son diferentes en función del ERTE al que se acogiera cada empresa.

Suspensión de contrato

La suspensión de contrato fue uno de los tipos de regulación temporal de empleo a los que se acogieron muchas empresas de nuestro país. En esta situación, los trabajadores no acudieron a trabajar durante un determinado número de días o de meses como consecuencia del estado de alarma que estábamos viviendo.

¿Qué sucede en esta situación con las vacaciones de verano? Pues, sencillamente, que los trabajadores deberán restar fechas a su periodo de descanso. La forma de hacerlo es restando los días acumulados por cada mes trabajado que no se ha empleado, es decir, si hay que restar tres días por mes y ha estado dos meses en ERTE, el trabajador tendrá que restar seis días a sus vacaciones.

La reducción de jornada

Si la empresa se acogió a una reducción de jornada en el ERTE, los trabajadores tendrán los mismos días de descanso que en condiciones normales. Quiere decir que el ERTE no les afectará en lo que respecta a sus vacaciones de verano. Sin embargo, sí que repercutirá en la nómina, que se verá reducida.

Esto se debe a que las retribuciones por las vacaciones son proporcionales a las horas trabajadas. Y, claro, estas durante el ERTE se han visto reducidas, por lo que la nómina también lo hará. Pero, ¿de cuánto dinero de menos estamos hablando?

Para calcularlo, hay que dividir primero el salario bruto mensual del trabajador entre las 12 pagas (si cobra 1200 euros brutos al mes, el resultado es 100). A continuación, se multiplica la cifra resultante por los meses trabajados sin reducción de jornada (si se estuvo dos meses en reducción de jornada se multiplica por 10, dando como resultado 1000).

El siguiente paso será multiplicar el dinero mensual que va destinado a pagar los días de descanso (los 100 euros del primer cálculo) por los meses en los que la jornada se ha reducido (si fueron dos meses, 100x2 = 200), aplicando el porcentaje de reducción de jornada (si fue una reducción al 50%, se quedaría en 100).

Por último, se suman los resultados de la segunda y la tercera operación (1000 + 100) para saber lo que se cobrará durante el mes de vacaciones (es decir, 1100 euros).

Tal y como se puede ver, en este último caso todo dependerá del sueldo bruto, los meses trabajados sin reducción de jornada y el porcentaje de la reducción que la empresa haya tenido en el ERTE. Pero el número de días de vacaciones serán los mismos que un año tradicional.

Vacaciones durante la aplicación del ERTE

Hay un grupo de trabajadores a los que la aplicación del ERTE de su empresa les cogió en periodo vacacional. O también puede darse el caso de que haya alguna empresa que decida en los próximos meses de verano acogerse al ERTE (se puede hacer hasta el 30 de septiembre) con trabajadores de vacaciones. ¿Qué sucedería en estos casos?

Aquí el ERTE no va a afectar a los días de descanso que le corresponden al trabajador. Además, este cobrará el salario normal sin que haya ningún tipo de reducción en su nómina. Una vez que el trabajador vuelva a su puesto, estará regulado en las mismas condiciones de siempre, pero no podrá disfrutar de los días de libranza.

Si la empresa negociara un nuevo calendario, las vacaciones podrían ser más cortas. No obstante, las fechas de las vacaciones deberán ser comunicadas con al menos dos meses de antelación antes de su disfrute.

Fin del ERTE durante las vacaciones de un trabajador

Sí hay que prestar especial atención a esta circunstancia que atañe a todas aquellas empresas que finalicen el periodo de ERTE. Es muy probable que haya trabajadores que estén disfrutando de sus vacaciones justo en el instante en el que concluya el periodo de ERTE.

Si la empresa solicitara la incorporación del trabajador, este tendría que regresar a su puesto de trabajo de forma obligada. Si se negara, la empresa estaría incluso en su derecho de despedir al empleado con un despido disciplinario por rehusar a sus condiciones laborales.

Todos los anteriores son los supuestos en los que puede verse un trabajador que haya estado o siga en ERTE y se esté planteando qué pasará este año con sus vacaciones de verano. Todo dependerá del tipo de expediente de regulación de empleo al que se haya acogido la empresa y la fecha de sus vacaciones.

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