Las autoridades sanitarias de Estados Unidos han declarado la alerta tras confirmar cinco casos de malaria transmitida de forma autóctona en los estados de Florida y Texas, y en un periodo de dos meses. Se trataría de las primeras transmisiones locales en dos décadas de una enfermedad considerada como erradicada en el país.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) ha puesto sobre aviso a la población y los profesionales sanitarios de ambos estados del sur. Sin embargo, recalcan que la preocupación se centra en "un potencial aumento de los casos importados de malaria asociados con el incremento de los viajes internacionales en verano de 2023".
Los CDC explican que están investigando los casos en colaboración con las autoridades locales de Texas y Florida. Se ha confirmado "la transmisión local de casos de Plasmodium vivax", el parásito causante de la malaria, pero "no hay pruebas que sugieran que los casos en los dos estados están relacionados", según precisan.
Los casos identificados en Florida han sido cuatro, con "proximidad geográfica" entre ellos, mientras que se mantiene "una supervisión activa por posibles casos adicionales" según los CDC. Asimismo, la zona en la que se detectó el único caso en Texas se encuentra también bajo supervisión.
"Todos los pacientes han recibido tratamiento y están mejorando", comunican los CDC. Según la información que manejan los centros, "no se habían registrado casos locales de malaria en Estados Unidos desde 2003, cuando se identificaron ocho casos de Plasmodium vivax en el condado de Palm Beach, Florida".
En este sentido, las autoridades sanitarias insisten en que a pesar de estos casos, "el riesgo de sufrir un contagio de malaria a nivel local sigue siendo extremadamente bajo en Estados Unidos". El riesgo se encuentra en "los vectores del mosquito anopheles, que se encuentran en muchas regiones del país", explican. Y estos insectos "son capaces de transmitir malaria si se alimentan de una persona infectada".
Por ello, recomiendan a los profesionales sanitarios "considerar un diagnóstico de malaria para cualquier persona con fiebre de origen desconocido, independientemente de su historial de viaje". De forma rutinaria, se seguirá considerando la malaria como una causa de una enfermedad febril entre pacientes con un historial de viaje internacional a lugares donde se transmite de forma prevalente.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca que la malaria, también conocida como paludismo, "es una enfermedad potencialmente mortal transmitida a los humanos por algunos tipos de mosquitos", especialmente en "países tropicales".
"Se trata de una enfermedad prevenible y curable", destaca la OMS, que especifica que "los síntomas leves son fiebre, escalofríos y dolor de cabeza", mientras que "los síntomas graves incluyen fatiga, confusión, convulsiones y dificultad para respirar".