Marcos Domínguez Eduardo Ortega Socorro

La batalla no está ni mucho menos ganada. Aunque los contagios y la incidencia se están reduciendo a pasos agigantados, este fin de semana se ha reportado un nuevo récord de muertes en la sexta ola. Han sido 601, exactamente 200 más que el anterior pico que dejo ómicron el pasado 1 de febrero.

El Ministerio de Sanidad, en su último informe, especifica que este incremento se debe a un retraso en la notificación de fallecidos por parte de Cataluña, pero eso no importa. Ya son 2.739 las muertes notificadas en los primeros 14 días de febrero, 7.184 en lo que va de año y 9.679 las que ha dejado esta sexta ola, la de la 'ómicron leve'.

Al colocar estas nuevas muertes notificadas según la fecha de registro, el pico de la mortalidad de la sexta ola crece. Si en el último informe se declaraban 188 muertes por Covid el pasado 31 de enero, en este esa cifra alcanza las 202.

Las defunciones notificadas por los informes de Sanidad y de las comunidades autónomas no diferencian la Covid incidental, es decir, las defunciones de personas con PCR positiva cuya causa de muerte es distinta a dicha enfermedad.

Es algo que países de nuestro entorno fuertemente azotados por ómicron, como Dinamarca, se han apresurado a destacar. La nación escandinava no ha dejado de crecer tanto en contagios como en hospitalizaciones y muertes y, a pesar de ello, no ha dado marcha atrás en el levantamiento de restricciones que decretó el 1 de febrero.

El Statens Serum Institute, la agencia del Ministerio de Salud danés encargada de la vigilancia de las enfermedades infecciosas, ha destacado por Twitter que los datos que se reportan internacionalmente no tienen en cuenta esta diferencia que, sin embargo, sí se tiene en otro tipo de informes de consumo interno.

Al diferenciar las muertes 'por Covid' de aquellas 'con Covid', se observa que las primeras se mantienen a lo largo de los dos últimos meses, mientras que las segundas no paran de crecer, lo que implicaría que ómicron está llegando a más gente que muere por otras causas pero que no mata más. No obstante, el nivel de mortalidad actual por Covid en Dinamarca sigue siendo muy superior al que hubo en verano y parte del otoño pasado.

En España, la diferenciación entre Covid incidental y enfermedad grave causada por la Covid se ha hecho en algunas comunidades como Madrid, si bien los datos no se dan diariamente y no se ha trasladado esta discriminación a la mortalidad.

La previsión, no obstante, es que el ritmo de mortalidad siga creciendo durante una o dos semanas más. Las vacunas han hecho una gran labor conteniendo la Covid grave en un alto porcentaje de personas (y así se ve al desglosar los datos de Sanidad por estado vacunal) pero la avalancha de ómicron ha provocado que, en términos absolutos, el número de muertes haya sido mucho mayor al de las últimas olas.

Bajo este panorama, la necesidad de mejorar el arsenal terapéutico actual con los nuevos fármacos antivirales es urgente. Sin embargo, estos todavía no van a estar disponibles, de momento.

El pasado 10 de enero, Pedro Sánchez anunció la compra de 344.000 tratamientos de Paxlovid, la combinación de antivirales de Pfizer que reduce la hospitalización y muerte por Covid en un 88%. Sin embargo, este medicamento sigue sin llegar. El compromiso no se ha cumplido. Estamos a mediados de febrero y España todavía no ha firmado el correspondiente contrato para que Pfizer suministre el esperado medicamento. Mientras, tanto Francia e Italia ya se lo han comenzado a proporcionar a su población

Con todo, a cierre de este artículo, la firma del contrato de suministro podría ser inminente. El Consejo de Ministro de la semana pasada aprobó la partida económica correspondiente para financiar la compra de antivirales (253 millones de euros, aunque también se dedicarán a otro material sanitario). De hecho, fuentes cercanas a la operación indican que es posible que la firma del acuerdo entre el Estado y Pfizer se produzca esta misma semana

La propia Carolina Darias, ministra de Sanidad, reconoció la semana pasada que todavía no se ha llegado a un acuerdo con Pfizer para esta operación. Pero también que "estamos a tiempo y creemos que pronto podamos comunicar la firma" de la compra.

Burocracia

¿Cuáles son las causas de este retraso? Por lo pronto no han sido reveladas, pero la burocracia sería una de ellas. Personas con experiencia en negociar con Pfizer aseguran que la compañía estadounidense es un hueso duro de roer. Sobre todo porque en las negociaciones por Paxlovid, igual que ocurrió en el caso de su vacuna contra la Covid, se está notando la mano de representantes de la sede central.

Por el momento, el suministro del medicamento será limitado, aunque la compañía lleva desde el verano de 2021 preparando la producción de Paxlovid. Fue entonces cuando la multinacional inició el proceso de adquisición de materias primas.

La producción del medicamento "requiere una cantidad significativa de capacidad de fabricación en todos los nodos del proceso de producción, desde la fabricación de los materiales regulatorios de partida hasta el ingrediente activo, el medicamento y el envase", explican desde Pfizer.

Y también inversión. La farmacéutica ha destinado aproximadamente 1.000 millones de dólares para apoyar la fabricación y distribución del antiviral recientemente aprobado por el órgano regulador de medicamentos europeo.

Además, el antiviral llevará el sello de 'made in EU', ya que las principales plantas de fabricación están situadas en Alemania, Irlanda e Italia. De estas instalaciones saldrán 120 millones de dosis a lo largo de 2022, según las previsiones de la propia farmacéutica. 

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