La diabetes avanza rápidamente. El número de afectados casi se ha cuadriplicado en los últimos 40 años en el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), mientras que en 1980 había unos 108 millones de afectados, en 2017 la cifra se sitúa en 425 millones de adultos.

Algunas de las posibles repercusiones de esta enfermedad sobre la salud: infarto de miocardio, accidente cerebrovascular, amputación de los miembros inferiores, ceguera e insuficiencia renal.

Ahora también se suma un mayor riesgo de morir a causa de la Covid-19, según recuerdan desde la OMS. Pero no son todo malas noticias; la pandemia también ha favorecido que la telemedicina aterrice con fuerza en España, algo que puede favorecer mucho a los afectados con esta y otras enfermedades crónicas. 

En este contexto, el laboratorio Abbott junto con ANDE (Asociación Nacional de Directivos de Enfermería) y SEIS (Sociedad Española de Informática de la Salud) han organizado este lunes el XIV Foro Gerendia bajo el lema Telemedicina como respuesta a los retos de la asistencia sanitaria en diabetes. 

En el encuentro, en el que han participado directivos y responsables del Sistema Nacional de Salud, se ha debatido sobre cómo mejorar la atención de las personas con enfermedades crónicas como la diabetes y pacientes en general en la nueva normalidad. Una situación en la que juega un papel muy importante el binomio atención médica y tecnología. 

En primer lugar, hay que recordar que la diabetes es una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce insulina -hormona que regula el azúcar en la sangre- suficiente o cuando el organismo no utiliza eficazmente la que produce.

Por eso, parte del tratamiento de estas personas consiste en llevar controles frecuentes del nivel de glucosa en sangre. En este sentido, la tecnología puede mejorar bastante su seguimiento, según han coincidido los expertos del foro. Además, como ha señalado Fernando Gómez Peralta, jefe de unidad de endocrinología y nutrición del Hospital General de Segovia, "la telemedicina ha permitido hacer monitorización continua de glucosa a personas con diabetes tipo 1 en el confinamiento y no cerrar la consulta", abogando por la ampliación de la financiación de la tecnología sanitaria a colectivos como los diabéticos tipo 2 insulinizados o los diabéticos en residencias de ancianos.

En los últimos meses la pandemia ha acelerado la implantación de la teleasistencia sanitaria (algo parecido al teletrabajo). Aunque su incorporación ha supuesto un gran reto, ya que había sistemas sanitarios que no estaban preparados, también ha favorecido la implantación de modelos asistenciales que incorporen las nuevas tecnologías. Así lo ha señalado Raquel Yotti, directora gerente en Instituto de Salud Carlos III (ISCIII). "Es muy importante incorporar las nuevas tecnologías para avanzar en el diagnóstico y tratamiento de pacientes, así como para su autocuidado", ha dicho. 

Coincide con este punto de vista María Luz de los Mártires Almingol, directora general de Sistemas de la Información y Equipamientos Sanitarios de la Comunidad de Madrid, que ha hecho hincapié en cómo la pandemia ha impulsado las tecnologías en la sanidad. 

Aunque hasta ahora era posible pedir citas, acceder a recetas o a resultados de forma telemática entre otras opciones, la crisis sanitaria ha potenciado la atención no presencial, "algo que puede beneficiar mucho a pacientes con patologías crónicas como la diabetes", ha señalado De los Mártires. Para impulsar la aplicación de las tecnologías, desde el Servicio Madrileño de Salud se está trabajando en el desarrollo de consultas a través de videoconsulta en la Tarjeta Sanitaria Virtual de cara a 2021, según esta experta.

Oportunidades

Pero, ¿cuáles son efectivamente las ventajas de la telemedicina? Juan José Gorgojo Martinez, jefe de servicio de endocrinología de la Fundación Hospital de Alcorcón, ha destacado algunas: posibilidad de aumentar el horario de atención médica, reducción de las listas de espera, también de la brecha geográfica de pacientes que viven lejos, disminución de los costes de traslado, reducción de la contaminación ambiental, una atención más continuada, se evitan ingresos, se favorece la distancia social...

Según Gorgojo pueden ser candidatos a la telemedicina los pacientes con hipotiroidismo, con diabetes tipo 2 de larga evolución, con diabetes tipo 1 que necesitan seguimiento riguroso al principio (ya que con la telemedicina se puede hacer un seguimiento más frecuente)... como conclusión, este experto considera que hay que avanzar hacia modelos que promuevan la visita física al centro "solo cuando sea necesaria". Sobre aquellos profesionales y usuarios preocupados por la humanización, Gorgojo considera que esto no lo da el medio, sino la relación del médico y el paciente. 

Celia Gómez González, directora gerente del Servicio Cántabro de Salud, es otra gran defensora de la telemedicina. "Hemos visto que la brecha digital no es tan grande como pensábamos, la pandemia la ha roto. En estos meses hemos visto cómo los mayores han utilizado la tecnología para hablar con sus familias", ha señalado. Aunque en este sentido aún hay bastante que trabajar, Gómez considera que ya hemos constatado que hay opciones para atajar esta brecha.

Para Lourdes Aizpeolea San Miguel, enfermera educadora del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (Santander), la teleasistencia sanitaria permite pasar del autoanálisis del paciente con diabetes al autocontrol, es decir, se "promueve la autonomía del paciente". También es posible un seguimiento más constante, de las 24 horas del día, lo que permite hacer ajustes más precisos del tratamiento, se evitan desplazamientos y se favorece la optimización del tiempo de los pacientes y de los profesionales.

Coincide con este punto de vista María Ángeles Cisneros Martín, directora general en Dirección General de Infraestructuras y Tecnologías de la Información de Castilla y León, que considera que la tecnología favorece una mayor participación del paciente con diabetes y una asistencia más eficaz. "Nos encontramos ya en un camino sin retorno, ilusionante, y esperanzador", concluye.

Pero la implantación de la telemedicina se ha hecho de forma acelerada por la irrupción de la crisis sanitaria, ¿existen barreras que entorpezcan su pleno aterrizaje? Según los expertos preguntados, por un lado están los profesionales que no están a favor de la telemedicina, la barrera tecnológica de los usuarios más mayores o la resistencia de los pacientes entre otros factores. Pero, según considera Antonio Pérez Pérez, director de Unidad del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital de Sant Pau y Presidente de la SED, lo más importante para avanzar es "crear evidencia de que la telemedicina es eficiente", esa será la mejor forma de vencer esas barreras. 

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