Una de las principales complicaciones que dificulta el manejo de los pacientes con COVID-19 es la formación de coágulos de sangre que puede provocar eventos tromboembólicos potencialmente mortales, como infartos o ictus.

Una nueva investigación, publicada en The Journal of the American College of Cardiology (JACC), confirma que los anticoagulantes –fármacos que ralentizan la coagulación de la sangre– son capaces de mejorar la supervivencia de las personas hospitalizadas con el virus al prevenir estos posibles eventos asociados.  

Liderado por Valentín Fuster, director del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y del Instituto Mount Sinai Heart de Nueva York, el estudio realizado en casi 3.000 personas podría aportar una nueva visión sobre cómo tratar y manejar a los pacientes con COVID-19 una vez que ingresan en el hospital.

“Los anticoagulantes  pueden desempeñar un papel importante en el cuidado de los pacientes con COVID-19 al prevenir posibles eventos mortales asociados”, afirma Valentín Fuster.

"Los anticoagulantes –administrados por vía oral, subcutánea o intravenosa– pueden desempeñar un papel importante en el cuidado de los pacientes con COVID-19 al prevenir posibles eventos mortales asociados, como ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y embolia pulmonar", asegura Fuster.

"El uso de los fármacos anticoagulantes se debe considerar cuando los pacientes ingresan en Urgencias y han dado positivo por el nuevo coronavirus. Sin embargo, cada caso debe evaluarse de forma individualizada para tener en cuenta el riesgo potencial de sangrado", apunta.

Otro reciente estudio, también publicado en JACC, explicaba que la respuesta inflamatoria que provoca el virus favorece la aparición de trombosis venosa o arterial, así como de lesión miocárdica, miocarditis y arritmia.

Sus autores señalaban que las personas infectadas por el coronavirus tienen un mayor riesgo de padecer una enfermedad tromboembólica venosa (ETV, trombosis venosa y embolia pulmonar). Las razones eran que estos pacientes presentan parámetros de coagulación de la sangre anormales o niveles de D-dímero muy elevados (marcador de riesgo de ETV).

Dosis terapéuticas de anticoagulantes

En este nuevo trabajo, los investigadores del Centro de Informática COVID Mount Sinai han evaluado los datos de 2.773 pacientes confirmados con el virus, ingresados en cinco hospitales en Nueva York entre el 14 de marzo y el 11 de abril de 2020.

En concreto, analizaron las tasas de supervivencia de los pacientes tratados con anticoagulantes y las compararon con las de aquellos sin tratamiento. Antes de evaluar la efectividad de la anticoagulación, se consideraron ciertos factores de riesgo: edad, etnia, enfermedades preexistentes y terapia previa con anticoagulantes.

 

El 62,7 % de los pacientes intubados que no fue tratado con anticoagulantes falleció, en comparación con el 29,1 % de los intubados con tratamiento.

De los pacientes con COVID-19 analizados, 786 (28 %) recibieron anticoagulación en dosis terapéuticas –más altas que las dosis preventivas que se utilizan en muchos pacientes ingresados–.

Los resultados mostraron que el tratamiento con anticoagulantes se asoció con una mejor supervivencia hospitalaria, tanto dentro como fuera de las UCI.

De aquellos que no sobrevivieron, los tratados con anticoagulantes fallecieron después de pasar una media de 21 días en el hospital, en comparación con los pacientes sin tratar que murieron después de una media de 14 días en el hospital.

Además, la terapia con anticoagulación tuvo un efecto más pronunciado en los pacientes que precisaron ventilación asistida: así, el 62,7 % de los pacientes intubados que no fue tratado con anticoagulantes falleció, en comparación con el 29,1 % de los pacientes intubados tratado con anticoagulantes.

Para los autores, esto puede sugerir que los pacientes con enfermedades más graves pueden beneficiarse de esta terapia con anticoagulantes desde los primeros momentos.

Sin mayor riesgo de sangrados

La nueva investigación observó que el tratamiento con anticoagulantes no aumentó de manera significativa el riesgo de eventos adversos en forma de sangrados. 

"Se ha observado un aumento en la cantidad de casos de trombos de sangre entre pacientes hospitalizados, por lo que es fundamental demostrar si los anticoagulantes tienen beneficios", apunta Anu Lala, de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai.

Los anticoagulantes no aumentaron de manera significativa el riesgo de eventos adversos en forma de sangrados.

Los resultados de este estudio abren la puerta a un análisis más extenso que se realizará en 5.000 pacientes con COVID-19 y que evaluará la efectividad de anticoagulantes que se prescriben actualmente.

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