Un luminoso en Casalpusterlengo avisa de las medidas frente al coronavirus.

Un luminoso en Casalpusterlengo avisa de las medidas frente al coronavirus. FLAVIO LO SCALZO Reuters

Salud Salud pública

Coronavirus: las siete incógnitas que arroja el brote que paraliza Italia

Ya son 76 los afectados por coronavirus en Italia y dos personas han fallecido por la enfermedad, mientras que el virus ha llegado a Milán y Turín. 

23 febrero, 2020 02:22

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Hay varios escenarios lúgubres cuando aparece un nuevo virus. En esta ocasión, el surgimiento del coronavirus COV-19 en China pasó de preocupar muchísimo en un principio a rebajarse ligeramente el nivel de alerta. La razón: los casos en China de COVID 19, la anteriormente llamada neumonía de Wuhan, donde se originó el brote, estaban empezando a reducirse y, si bien es verdad que la cifra de afectados en todo el mundo es muy elevada (77.794 casos según la OMS al cierre de esta edición), la mayoría de los casos se centraban en China, donde las autoridades sanitarias parecen haberse tomado muy en serio el control de la enfermedad. 

Este viernes, sin embargo, las alarmas volvían a saltar. El responsable, aunque no el único, es el brote de coronavirus que tiene casi paralizado parte del norte de Italia, una situación que no parece estar muy controlada, a tenor de los nuevos casos que se han ido diagnosticando durante este sábado y que han confirmado la llegada de la nueva enfermedad a ciudades emblemáticas como Turín y Milán. Ya son 76 los afectados por la COVID 19 y dos las víctimas mortales, que muy probablemente no sean las únicas.

El jefe del Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Clínic de Barcelona, Antoni Trilla, declaraba a este periódico que las medidas preventivas que se han tomado en el país alpino son las "adecuadas, si se hacen bien". Pero por mucha confianza que se tenga en el buen hacer de los expertos italianos, no hay más que leer los periódicos del país para ver que la situación no parece estar bajo control. Lo que está claro es que este brote, que ha convertido a Italia en el país de Europa más afectado por coronavirus, plantea ciertas incógnitas sobre el futuro de la enfermedad y su extensión. 

Retraso en el diagnóstico

Con los medios de comunicación hablando del coronavirus desde hace casi dos meses, parece difícil de entender que una persona con síntomas respiratorios graves que ingresa en un hospital regional no recuerde o indique que ha estado varias veces en el último mes con un amigo recién regresado de China. Sin embargo, es lo que ocurrió en el caso del llamado paciente uno. Fue cuando empeoró y tuvo que ser ingresado en la UCI cuando su mujer recordó que el joven había pasado a principios de este mes bastante tiempo con un amigo que había vuelto recientemente del foco principal de la enfermedad. El problema es que ese hombre, un joven de 28 años que vive más tiempo en el país asiático que en Italia, estaba completamente sano. Ni síntomas, ni rastros del virus en su organismo. 

¿Dónde está el origen?

Así, para Trilla lo más importante ahora es confirmar que ese fue el contacto. Aunque todo parece indicarlo no hay pruebas, aunque sí indicios. Además del paciente 1, entre los confirmados de coronavirus se encuentra una cuñada del paciente cero, que es como se denomina a este hombre, cuyo nombre no se ha hecho público, aunque sí su cargo, gerente de MAE, una empresa italiana de fibras sintéticas. El hombre es de Fiorenzuola d'Arda, en Piacentino y nada más ser identificado los servicios sanitarios acudieron a su casa y, como ha denunciado su padre, se lo llevaron en plena noche y cubiertos con equipaciones protectoras a un hospital especializado, donde sigue ingresado, a pesar de estar estar sano y no tener indicios del coronavirus. En las últimas horas cobra más peso la teoría de que él no haya sido el responsable de la transmisión ya que, además de no presentar síntomas ni haber dado positivo al coronavirus, no se han encontrado anticuerpos del patógeno en su cuerpo. 

Tiempo de incubación

Otro dato preocupante del brote italiano es que se abren dudas sobre el tiempo de incubación del virus. Según la prensa del país, el paciente cero regresó a Italia el 21 de enero y en los días siguientes, tres veces, se encontró con su amigo, el hombre de 38 años de Codogno. Se vieron para cenar y en el pub con otras personas, la última vez el 4 de febrero. Puesto que el periodo de incubación aceptado por la comunidad científica es de 15 días, surgen dudas. ¿No contagió el coronavirus en los primeros encuentros y lo hizo sólo en los últimos? ¿Lo transmitió la primera vez y el paciente 1 lo incubo durante más de esos 15 días? Lo que se sabe hasta ahora es que no fue hasta el 10 de febrero cuando tuvo fiebre, pero tan poca que ni siquiera le dio importancia ni acudió al médico hasta el día siguiente. Trilla explica que la mayoría de los casos estudiados han confirmado que el periodo de incubación es entre 4 y 7 días, aunque se acepte esa ventana de 14. Un estudio chino lo amplió a 21, pero no se tuvo muy en cuenta porque contradecía a la evidencia científica mayoritaria. A pesar de eso, Trilla cree que no se sabe todo sobre el nuevo patógeno y que puede haber casos con un periodo de incubación mayor, otra de las incógnitas de este brote. 

¿Un supercontagiador?

Otro de los datos llamativos de este caso es la gran cantidad de personas contagiadas por el paciente 1, incluida su mujer y varios médicos y enfermeras del hospital donde acudió a Urgencias por primera vez. Parece claro que el punto de difusión del brote ha sido el hospital de Codogno, pero éste se ha ampliado. Por ejemplo, una de las afectadas -una mujer de 38 años- parece haberse infectado por un conocido que trabajaba en el hospital, que a su vez lo ha podido llevar a otros enfermos hospitalizados en diferentes centros. Si en alguno de ellos, el diagnóstico también ha sido tardío, se pueden haber amplificado los contactos. Pero, ¿cómo pudo un sólo hombre cercano a la cuarentena y que llegó al hospital la primera vez sin estar demasiado grave haber contagiado a tanta gente directa o indirectamente? Desde el principio de esta situación, se sabe que existen los llamados supercontagiadores, que transmiten el virus a más gente de la que se podría esperar. Es el caso de una mujer en Corea del Sur que ha contagiado a más de 40 personas, entre miembros de su familia y compañeros de su iglesia. De momento, no se ha aclarado si el paciente cero italiano es uno de estos enfermos. 

Casos aislados

Algo que preocupa a las autoridades sanitarias, es que el brote de coronavirus haya surgido a la vez en dos zonas del norte de Italia, cuya distancia se cubre en más de dos horas en coche y que hasta la fecha no tiene explicación. De ahí ha sido la primera víctima mortal, Adriano Trevisan, un hombre de 78 años que no tenía absolutamente ninguna relación con China y que pasaba las tardes jugando partidas de cartas en el bar. Según La Republicca, el alcalde del pueblo de Vò Euganeo, Giuliano Martini, ha explicado que una de las hipótesis conduciría a una actividad empresarial gestionada por ciudadanos chinos que pueden haber tenido contactos recientes con el país de origen. Entre estas personas, según el alcalde, algunas frecuentaban ocasionalmente dos bares en el pueblo, punto de encuentro, entre otros, de los dos primeros infectados. Así habría habido dos orígenes distintos del brote, pero sospechosamente coincidentes en el tiempo. Si esto se confirmara, sería también un signo de descontrol. Nadie hasta ahora había oído hablar de esos chinos y poco se sabe de su actividad. En estos días, además, ha aumentado a 79 el número de contagiados, dos de ellos en ciudades grandes, Turín y Milán. 

¿Y los países pobres?

Aunque por una cuestión de cercanía, los casos de Italia están alarmando a las autoridades sanitarias europeas, la realidad es que hay otros dos países donde la situación es más alarmante, aunque por distintos motivos: Irán y Corea del Sur, que se ha convertido en el segundo país más afectado de Asia y tiene 346 infectados. En Irán son muchos menos, 18, pero se trata de un país mucho más pobre, algo que lleva tiempo preocupando a la OMS, que cree que en naciones con peores sistemas sanitarios, la transmisión será mucho más difícil de controlar. Si parece haber cierto caos en un país como Italia, ¿qué pasa en otros en vías de desarrollo? Además, y dada la globalización, que el virus llegue a un país pobre no significa que se quede ahí: en Canadá se ha detectado un caso de una mujer que llegó al país americano proveniente de la república islámica. ¿Su relación con China? Absolutamente ninguna. 

¿Será pandemia?

Aunque la OMS se ha negado hasta ahora a declarar el COVID 19 una pandemia, sino una epidemia con múltiples focos, la extensión a cada vez más países puede hacer que la situación cambie. Esto es lo que pasó con la pandemia del virus H1N1 -la famosa gripe A, que ya vive tranquilamente entre nosotros- en 2009. Aunque el número de afectados a los dos meses era similar al del coronavirus, había muchos más países con más de 1.000 contagiados. Los nuevos acontecimientos apunta a que la OMS podría llegar a nombrar pandemia al coronavirus, lo que podría implicar medidas más drásticas de protección de salud pública, como controles en los aeropuertos.