Ibrahima Ndiaye tiene 50 años, es de Senegal y es padre de seis hijos. Dos de ellas comparten hígado, vejiga, sistema digestivo y tres riñones, aunque cada una tiene su propia cabeza -y cerebro-, corazón y pulmones. Se llaman Marieme y Ndeye y son las protagonistas del documental Gemelas siamesas: una decisión imposible, que se emitirá este jueves en la BBC. 

El título hace referencia a la decisión que han tenido que tomar Ibrahima y su mujer, que se trasladó desde su país natal a Londres hace algo más de dos años, cuando las pequeñas tenían ocho meses y el hospital británico Great Ormond Street hospital (GOSH) le ofreció una solución esperanzadora para sus siamesas

El problema es que los estudios posteriores -y que narra con detalle el documental- fueron sólo en parte optimistas, y nunca mejor dicho. Los médicos observaron que el corazón de Marienne era muy débil y su esperanza de vida limitada. Pero su situación hace que si la pequeña muere también lo haga con casi toda probabilidad su gemela

Así, los padres tienen que decidir si separar a Marieme para que Ndeye sobreviva o no llevar a cabo ninguna cirugía y no evitar que, casi con toda seguridad, las dos fallezcan en un corto espacio de tiempo. 

El filme sigue las deliberaciones del comité ético del hospital, durante el cual sus miembros abordan las cuestiones existencial que presentan ciertos avances médicos y científicos. "Las decisiones son mucho más complejas de lo que solían ser", explica en el documental el pediatra Joe Brierley. "Podemos hacer cosas impensables hace 20 0 30 años, pero que podamos no significa siempre que debamos". 

Porque la decisión es todavía más complicada si se tiene en cuenta la edad de las niñas que, lejos de ser unos bebés, tienen ya una personalidad muy desarrollada. Las dos llevan una pegatina en la cara en un momento de la filmación, pero la de Ndeye es una mariposa y la de su gemela una cara verde sonriente. Juegan a intercambiárselas y, en un momento dado, Ndeye decide colocar la suya en el ojo de su padre. "Ndeye es la más viva, le gusta la atención, mientras que la personalidad de Marieme es más tranquila, pensativa y relajada", relata su padre, que define a la primera como "fuego" y a la segunda como "hielo". 

Tiene que pasar gran parte del metraje para que los espectadores sepamos qué decisión han tomado los padres, siempre en acuerdo con sus médicos. Finalmente, Ibrahima y su mujer han optado por no llevar a cabo ninguna cirugía. 

Ibrahima contó al periódico Observer sus motivos: "Estás juntas, son iguales. El hospital ha sido muy honesto y muy claro conmigo durante todo el tiempo. Vinimos como pacientes, pero ahora somos algo más. Considero al equipo como mi familia y nunca me he sentido presionado para acceder a la operación. Jamás se me ha faltado al respeto". 

El pediatra Brierley describe al padre como un hombre "con una dignidad increíble, elocuente, reflexivo y un padre maravilloso". "Ves como quiere a sus hijas y cómo de queridas se sienten las niñas. Es una situación imposible para todos los que estamos involucrados en ella, pero él vivirá con esta decisión para el resto de su vida". 

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