La sociedad de la información ha puesto al alcance de nuestra mano de todo. Con nuestro teléfono móvil podemos tener en pocos minutos en la puerta de casa nuestra comida preferida, unas flores, cualquier producto del supermercado e, incluso, medicamentos. Y es que a través de la app Glovo es posible adquirir fármacos, una actividad irregular que ha sido denunciada por varios organismos, que la empresa sigue realizando y que puede poner en riesgo la salud del usuario: se venden medicamentos que necesitan receta sin ella y sin control farmacéutico.

Glovo vende irregularmente medicamentos y así puede afectar a tu salud

La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) dictó el 1 de junio de 2018 una resolución en la que ordenaba a Glovo cesar su actividad de venta y entrega de medicamentos a través de la plataforma. La empresa presentó un recurso que fue desestimado. A pesar de ello, la Federación de Asociaciones de Farmacias de Cataluña ha denunciado recientemente ante la Generalitat que la plataforma continua con esta actividad

En EL ESPAÑOL hemos hecho la prueba y hemos adquirido dos fármacos a través de Glovo: ibuprofeno 600 mg y Nolotil 575 mg. Se trata de dos medicamentos que, como indica en la propia caja, están "sujetos a prescripción médica", por lo que no deberían venderse de ninguna manera sin la receta del facultativo. A pesar de ello, los dos glovos que hemos encargado (cada medicamento lo ha transportado un repartidor distinto) han llegado a nuestra redacción sin ningún tipo de problema, ni interacción con el farmacéutico, ni -por supuesto- receta.

Medicamentos que necesitan receta adquiridos a través de Glovo Macarena Chamorro

Esta forma de acceder a los medicamentos puede suponer un gran riesgo para los ciudadanos, según señala Juan Pedro Rísquez, vicepresidente del Consejo General de Colegios Farmacéuticos (CGCF), a EL ESPAÑOL. "Sin que medie la intervención del farmacéutico, evidentemente, se está poniendo en riesgo tanto la seguridad como la calidad de estos medicamentos", señala el especialista al tiempo que afirma que es un tema que "preocupa altamente" al CGCF.

El Real Decreto 870/2013 (establece las formas de dispensación a distancia de medicamentos no sujetos a prescripción) no contempla la asistencia de un intermediario en la dispensación de fármacos que no sea el farmacéutico; y, por supuesto, no recoge la venta de medicamentos que precisen receta sin ella. Por esto, "se dan situaciones que quedan fuera del control y del amparo de las garantías sanitarias mínimas", explica Rísquez. "Podrían darse situaciones peligrosas para los pacientes al estar fuera de la cadena de distribución del medicamento e, incluso, se podrían estar adquiriendo falsificaciones", destaca el farmacéutico.  

Las posibles falsificaciones y la automedicación no son los únicos problemas que preocupan al farmacéutico sobre esta forma de adquirir medicamentos: "Esta situación es mucho más grave si, además, no hay prescripción y se están adquiriendo ilegalmente medicamentos que precisan receta médica". 

"El medicamento tiene una serie de características que afectan a la salud de los pacientes, por ello, hay que tener mucho cuidado en su toma y el autoconsumo de manera irresponsable", señala el vicepresidente del consejo de farmacéuticos. "La mejor forma es que medie la actuación del farmacéutico, que es el especialista, y para eso existe una regulación muy clara y específica que hay que hacer que se cumpla", añade.

Responsabilidad de las farmacias

Cuando hemos adquirido los medicamentos que precisan receta a través de Glovo, la app muestra que estos han sido recogidos en una farmacia madrileña. Este punto de la cadena es vital para que el servicio irregular continúe. De hecho, presumiblemente, los farmacéuticos que dispensan a los repartidores son conscientes de que lo están suministrando al intermediario de la plataforma, ya que en el ticket figura la palabra "Glovo" en el apartado de "nombre". 

Al preguntarle a Rísquez sobre la responsabilidad que tienen las boticas que, presuntamente, participan en esta cadena para que lleguen a nosotros los medicamentos (también los que necesitan receta), el especialista señala que "los primeros que deben ser exigentes con la normativa son los propios farmacéuticos". 

En este sentido señala que "los colegios de farmacéuticos de cada zona tienen su propio código deontológico y procedimientos para poner remedio a las irregularidades en el momento que se detecten". "Pero para ello hay que tener documentada y certificada una mala praxis por parte de las farmacias", matiza.

Asimismo señala que "se puede actuar de oficio contra estas actividades irregulares, denunciado desde las instituciones o, incluso, los propios usuarios pueden denunciarlo", explica el vicepresidente. 

Precios considerablemente altos

Además de que la actividad se está realizando de manera irregular (según la Aemps), los precios son mucho más altos. Sin contar con el transporte (que cuesta 2,50 euros), por la caja de ibuprofeno nos han cobrado 4,50 euros, frente los alrededor de dos euros que suele costar una caja de este medicamento genérico en una botica. 

Recibos de la adquisición a través de Glovo de medicamentos que precisan receta E.E.

En concreto, la farmacia desde la que nos han enviado esta caja de pastillas indica que si nos acercásemos al propio establecimiento a comprarla costaría un euro menos. Este incremento de precio va a parar a la plataforma.

Al explicarle esta situación al farmacéutico, el especialista se extraña ya que "el precio de estos medicamentos está meridianamente establecido". 

Desde EL ESPAÑOL nos hemos puesto en contacto en repetidas ocasiones con la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, para conocer si tomarán nuevas medidas y saber su posición, pero no hemos obtenido respuesta.

La versión de Glovo

Por su parte, la compañía nos remiten a un comunicado en el que se lava la manos:"La actividad de Glovo se limita a poner en contacto a usuarios, farmacias y a repartidores independientes mediante la aplicación tecnológica". Igualmente señalan que "las compras se realizan con consejo farmacéutico y siempre de forma presencial en las farmacias", algo que no ha sucedido en nuestra prueba, ya que hemos comprado medicamentos sin ningún tipo de consejo facultativo. 

Igualmente indican que los usuarios "solicitan medicamentos no sujetos a prescripción médica". En este caso nosotros hemos podido acceder a dos medicamentos que precisan de prescripción, como claramente indica el propio envase.

Por otro lado, la plataforma señala haber desarrollado "mecanismos para facilitar al farmacéutico el contacto directo con el usuario a través del repartidor con la finalidad de reforzar y potenciar el consejo del farmacéutico, permitiendo un contacto fluido y directo". En el caso de los dos medicamentos que hemos adquirido, en ningún momento se ha puesto en contacto ningún especialista

[Más información: Ibuprofeno: por qué a partir de ahora te pedirán receta en la farmacia].

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