P. Fava
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El proyecto 'Análisis nutrigenómico de dietas suplementadas con cítricos', un estudio pionero impulsado por el Instituto de Investigación Sanitaria Incliva, del Hospital Clínico Universitario de València, y la Fundación Valenciana de Agricultura y Medio Ambiente (Fuvama) de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja), ha confirmado que el consumo de cítricos tiene la capacidad de modificar de manera notable la expresión del genoma.

Las primeras conclusiones, que se han presentado este jueves en la sede de AVA-Asaja en València, abren la puerta a estudios de validación para definir beneficios específicos de estos alimentos en diferentes áreas biomédicas y de la salud humana a partir de la modulación de genes y/o rutas biológicas específicas.

Los resultados obtenidos hasta ahora permiten constatar, por primera vez, que dietas suplementadas con cítricos (naranja o mandarina) son capaces de modular "significativamente in vivo" (en ratones) la expresión génica en diferentes órganos, siendo relevante la identificación de diferencias concretas por cítrico, con efectos que concurren en órganos y rutas moleculares específicas, según han explicado el investigador Arturo López Castel y su equipo.

Se ha establecido "de manera concluyente" la presencia de cambios en los niveles de expresión de un gran número de genes (transcriptómica) y en los niveles relativos de proteínas (proteómica) en los grupos de ratones donde hay llegada importante del cítrico a diferentes tejidos (cerebro, hígado, músculo esquelético, riñón, corazón y tejido adiposo).

Una de las hipótesis planteadas inicialmente era que la naranja y la mandarina provocarían un efecto similar. Sin embargo, el estudio ha revelado que la magnitud de la respuesta tejido por tejido de la dieta suplementada con mandarina es "considerablemente mayor" que la obtenida con naranja en casi todos los órganos analizados.

El pienso suplementado con mandarina contenía una cantidad superior en alcaloides y flavonoides específicos, como la sinefrina o la naringenina, reportados en literatura por relevantes efectos bioactivos.

A nivel de corazón se han identificado correlaciones positivas en cambios de expresión en genes relacionados con un aumento de la respiración celular, de la función mitocondrial, así como con su potencial respuesta al estrés oxidativo y vascularización, que sugieren un potencial efecto positivo sobre el funcionamiento de este órgano.

Un segundo resultado relevante es la reducción significativa de TGF-B, un biomarcador encontrado frecuentemente aumentado en diferentes tipos de cáncer. Asimismo, con el análisis de datos transcriptómicos y proteómicos realizados mediante aproximaciones bioinformáticas integrativas, se han identificado cambios consistentes en la expresión de genes relacionados con el control del establecimiento del ritmo circadiano en el cerebro.

La relevancia fisiológica de los cambios producidos en este caso por una dieta rica en mandarina aún no está clara, pero es una puerta "muy interesante" donde extender procesos de validación derivados de este proyecto.

Los primeros resultados son "prometedores" pero "deben interpretarse con cautela ya que han sido obtenidos a partir de una población de animales pequeña, y no deben extrapolarse sin validaciones adicionales".