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Durante los últimos días se ha producido un boom alrededor de la supercentenaria española María Branyas, y especialmente respecto a su estilo de vida, dieta y microbioma 'juvenil' como la han llegado a describir los investigadores responsables del estudio focalizado en ella.

Si bien es cierto que no es posible generalizar cada una de las situaciones de todos los supercentenarios estudiados hasta el momento, sí podemos analizar algunos de sus hábitos e intentar imitarlos; al menos, en parte.

En el caso de Branyas, la cual ha llegado a ser la persona de mayor edad jamás registrada, se han podido tener en cuenta multitud de datos gracias a pruebas mínimamente invasivas: genómica, metabolómica, epigenómica e incluso microbioma.

De hecho, este último aspecto es uno de los que más ha llamado la atención a los investigadores, dado que han detectado en la supercentenaria una elevada diversidad del mismo, destacando la gran cuantía de bacterias del género Bifidobacterium, a pesar de que estas suelen reducirse con la edad.

En el estudio publicado en Cell Reports Medicine, los investigadores sí destacaron una particularidad del estilo de vida de María Branyas: solía consumir hasta tres yogures diarios de La Fageda, sin azúcares añadidos, dentro de su dieta habitual. Y, aunque es arriesgado afirmarlo, es posible que esta costumbre colaborase en su larga esperanza de vida, dentro de muchos otros factores a tener en cuenta.

Como explican los investigadores: "Es importante destacar que el uso de Bifidobacterium como probiótico, que podría ralentizar la progresión de muchos trastornos asociados al envejecimiento, está cobrando impulso.

Curiosamente, nuestra supercentenaria saludable consumía alrededor de tres yogures diarios con Streptococcus thermophilus y Lactobacillus delbrueckii subs. bulgaricus, conocidos por favorecer el crecimiento de las bacterias descritas en el intestino".

Se sabe que el yogur es un conocido modulador del microbioma intestinal. De hecho, consumir yogur natural se ha relacionado con una mayor diversidad dentro del microbioma, especialmente por su colaboración en el aumento del género Bifidobacterium.

Además, precisamente este género suele reducirse con la edad, pero en el caso particular de la supercentenaria se detectó una gran cuantía de Bifidobacterium presente en su microbioma. La sospecha es que, dentro de su dieta habitual, el consumo constante de yogur natural colaboró en mantener este nivel de bifidobacterias continuamente.

Los autores son conscientes de que no es posible confirmar con certeza que la dominancia de Bifidobacterium pueda atribuirse completamente al consumo habitual de yogur por parte de Branyas, aunque sí ven plausible que su consumo habitual haya colaborado y haya tenido un efecto beneficioso modulando su ecosistema intestinal.

Por otro lado, cabe destacar que el yogur consumido era sin azúcares añadidos, un dato clave, dado que estos azúcares suelen colaborar en efectos metabólicos adversos, pudiendo obstaculizar los potenciales beneficios de este alimento fermentado.

Así mismo, los autores también comentan que el consumo de yogur se encontraría dentro de un patrón alimentario mediterráneo, rico en frutas, verduras, legumbres, aceite de oliva y bajo en alimentos ultraprocesados, aunque la cuantía consumida de yogur por parte de Branyas es significativa y a tener en cuenta.

También cabe recordar que el estudio no carece de limitaciones: se trata de un estudio de caso único, no comparable con otros posibles casos de supercentenarios. Para poder corroborar que el consumo de yogur sería el origen principal de una dominancia por parte del género Bifidobacterium se deberían realizar estudios longitudinales en múltiples individuos durante años, algo significativamente complicado dada la baja tasa de supercentenarios actual.

Además, hay que tener en cuenta otros factores asociados a la longevidad extrema: genética, estrés oxidativo, niveles de inflamación, eficiencia del metabolismo y diversidad del microbioma más allá de la riqueza en Bifidobacterium.

Finalmente, respecto a la marca preferida de María Branyas, La Fageda, cabe destacar su inicio como proyecto social en 1982 en el Parque Natural de La Garrotxa en el Pirineo catalán. Se trata de una marca con productos basados en leche de una granja propia y las cooperativas vecinas, con especial hincapié en el proceso de fermentación y adición de fermentos que mantengan el máximo nivel de bacterias vivas a largo plazo.

Los productos lácteos de La Fageda se pueden comprar en varias cadenas y tiendas en España, incluyendo:

  • El Corte Inglés, que ofrece una variedad de yogures La Fageda con opción de compra online y entrega a domicilio.

  • Caprabo, donde se pueden encontrar productos como el yogur sabor macedonia La Fageda.

  • Ahorramas, que también vende yogures La Fageda con opción de compra online.

  • Alcampo, que dispone de yogur natural azucarado La Fageda sin gluten para compra online.

  • Condis, tienda online que ofrece yogures La Fageda, como el sabor macedonia.

Además, en la página oficial de La Fageda se pueden buscar todos los puntos de venta y tiendas online donde adquirir sus productos, y en la Garrotxa (Girona) se pueden comprar directamente en su tienda física en el Servicio de Atención al Visitante.