J.A. Gómez
Publicada

Durante años, el aguacate ha sido aclamado como un superalimento por su capacidad para proteger el corazón, estabilizar los niveles de azúcar en sangre y mejorar la salud digestiva. Pero ahora, este fruto tropical da un paso más: según un nuevo ensayo clínico dirigido por la Universidad Estatal de Pensilvania, consumir una de estas frutas al día podría mejorar significativamente la calidad del sueño.

El estudio, que ha seguido a casi mil personas durante seis meses, aporta una de las primeras evidencias científicas que vinculan el consumo regular de aguacate con un descanso más reparador. En una época en la que dormir mal se ha convertido en una epidemia silenciosa —afectando, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), a uno de cada tres adultos en España—, el hallazgo resulta especialmente relevante.

El ensayo, publicado en ‘Journal of the American Heart Association’, se centró en adultos con perímetro abdominal elevado, una condición asociada a mayor riesgo cardiovascular. Los 969 participantes fueron divididos en dos grupos: uno de ellos recibió un aguacate diario para incorporarlo a su dieta habitual, mientras que el otro solo podía consumir dos o menos al mes.

Sin que mediara ninguna otra modificación alimentaria, los resultados fueron contundentes: quienes comieron una de estas frutas al día incrementaron su tiempo de sueño en media hora por noche, pasando de una media de 6,4 a casi 7 horas, y reportaron un descanso más profundo y continuado. Esta mejora en el sueño autoinformado sugiere que los beneficios del aguacate van más allá de su fama como alimento cardioamigable.

Aunque el estudio no se diseñó originalmente para medir el sueño como variable principal, los resultados apuntan a una relación directa entre los componentes nutricionales de este alimento y los mecanismos que regulan el descanso nocturno.

Entre ellos destacan el triptófano —un aminoácido precursor de la melatonina—, el folato, el magnesio y, sobre todo, el potasio. Un solo contiene entre 450 y 500 miligramos de potasio, una cantidad comparable a la de un plátano, y este mineral desempeña un papel crucial en la relajación muscular, la regulación del ritmo cardíaco y la estabilización de la presión arterial durante las fases profundas del sueño.

En España, el consumo de aguacate ha aumentado un 150% en la última década, impulsado por su asociación con dietas saludables y su versatilidad en la cocina. Según cifras del Ministerio de Agricultura, en 2023 se consumieron más de 80 millones de kilos en el país, y la mayor parte de la producción nacional se concentra en la Axarquía malagueña.

Pese a su precio algo elevado —que ronda los 3 euros por kilo—, la demanda no deja de crecer. Este nuevo hallazgo sobre el sueño podría reforzar aún más su popularidad, sobre todo en un contexto en el que más del 40 % de los adultos reconoce tener problemas de insomnio o despertares frecuentes, según el último informe de la Sociedad Española del Sueño.

También destaca por su densidad nutricional. Además del potasio y el magnesio, aporta unos 10 gramos de fibra por unidad, grasas monoinsaturadas que favorecen el perfil lipídico y vitaminas del grupo B implicadas en funciones neurológicas.

“El sueño se está convirtiendo en un factor clave dentro del estilo de vida saludable”, afirmó Kristina Petersenen el estudio. Una declaración que cobra especial sentido si se tiene en cuenta que la crononutrición —el estudio del efecto del horario de las comidas en el sueño— es ya una línea de investigación creciente en neurociencia y endocrinología.

El papel del potasio es especialmente interesante. Un metaanálisis concluyó que una ingesta adecuada de potasio está vinculada con una presión arterial más estable, lo que a su vez facilita un sueño profundo y sin interrupciones.

Además, una menor actividad simpática (la rama del sistema nervioso que nos mantiene en alerta) durante la noche permite un descenso natural del cortisol, la hormona del estrés, facilitando el paso a fases REM más prolongadas. Aunque el estudio de Petersen no midió directamente estos mecanismos fisiológicos, abre una puerta a futuras investigaciones más ambiciosas que podrían confirmarlo mediante biomarcadores.

Por tanto, podría entenderse no como un sedante natural (aunque no induce el sueño por sí mismo), sino como un modulador metabólico que optimiza las condiciones para dormir bien. +

A diferencia de otros alimentos asociados al descanso, como los lácteos o la avena, el aguacate actúa sobre varios frentes: regula el azúcar en sangre, promueve la flexibilidad metabólica, reduce los picos de ansiedad gracias a sus grasas saludables y favorece una transición más eficiente entre los ciclos del sueño.

Este perfil único lo convierte en un candidato ideal para incluir en la cena, siempre que no se combine con fuentes altas en grasa saturada o proteínas pesadas.

Además, encaja especialmente bien en estrategias alimentarias como el ayuno intermitente, la dieta cetogénica o la alimentación intuitiva, al proporcionar energía sostenida sin alterar bruscamente los niveles de insulina.

Esta capacidad para estabilizar la glucemia también contribuye indirectamente al sueño, ya que evita los despertares nocturnos causados por hipoglucemias reactivas. De hecho, estudios como el realizado en 2020 por el Instituto de Investigación del Sueño de Estocolmo revelaron que las oscilaciones bruscas de glucosa durante la noche eran uno de los factores más comunes en el insomnio metabólico.

Aunque los hallazgos son prometedores, los expertos coinciden en que no hay soluciones mágicas. De hecho, la clave del sueño reparador está en la regularidad de los horarios, la exposición a luz natural, el control del estrés y una alimentación alineada con los ritmos circadianos. En ese contexto, incluir un aguacate al día puede ser una herramienta útil, pero no sustituye a una higiene del sueño adecuada ni corrige malos hábitos como el uso excesivo de pantallas antes de dormir.