Cada vez estamos más acostumbrados a tener en casa suplementos con extraños nombres que bien podrían ser ingredientes de una pócima. Y de todos estos el que, sin duda, se lleva la palma es la ashwagandha. Se trata de un remedio de la medicina tradicional india que cada vez vemos en más suplementos o que nos recomiendan algunos cuando sentimos estrés o necesitamos dormir mejor. Pero, ¿funciona realmente?
En una publicación para su perfil de Instagram, la médico Amara Aladel ha explicado que la ashwagandha puede reducir el estrés y la ansiedad, mejorar la memoria y la concentración, la calidad del sueño y aumentar nuestra energía. Se trata de una planta de la que se suelen aprovechar las raíces y las hojas y que se ha clasificado como adaptógena. Es decir, que ayuda a que nuestro organismo se adapte al estrés físico o mental.
"Los estudios científicos demuestran que la ashwagandha puede reducir los niveles de cortisol (hormona del estrés) hasta en un 30%", explica Aladel. Y añade que se recomienda una dosis de "entre 300 y 600 miligramos al día de extracto de raíz de ashwagandha para mejorar el estrés y el estado de ánimo". En cualquier caso, no debe tomarse a la ligera y si queremos incorporarla, lo mejor es consultar primero a nuestro médico.
Los complementos alimenticios, como esta ashwagandha, responden a una legislación más laxa que los medicamentos y, por lo tanto, se pueden encontrar diferencias entre sus formulaciones. Además, la ashwagandha en concreto no se debería tomar durante un período superior a los tres meses, siendo este el plazo en el que se ha observado que puede ser más seguro para los pacientes sin problemas de salud.
En este tipo de población, la ashwagandha ha demostrado tener pocos efectos secundarios y, como mucho, puede sentar mal al estómago y causar diarrea. Sin embargo, hay ciertas personas que deben abstenerse de consumir este suplemento, como las mujeres embarazadas, las personas que tienen enfermedades autoinmunes, problemas de tiroides u hombres con cáncer de próstata hormono-sensible.
Todavía quedan estudios por realizar sobre la ashwagandha para determinar cómo y a qué pacientes debe pautarse. Este artículo de The New York Times sostiene que todavía faltan respuestas claras sobre su efectividad y que su éxito se basa en el hecho de que es un producto milenario. "A menudo pensamos que si se ha usado durante miles de años será porque tiene algo bueno, sino se habría dejado de utilizar", apunta el artículo.
Sin embargo, faltan evidencias. A pesar de que sí se han realizado estudios en cuanto a su efectividad, el periódico estadounidense señala que los estudios de mejor calidad científica cuentan con poca población. "Para que la ashwagandha tenga efecto calmante debería tomarse regularmente (unas dos veces al día) durante varias semanas", explica el artículo, pero recuerda que no se debe tomar durante períodos largos. No más de tres meses.
Ahora bien, si recurres a la ashwagandha porque sospechas que la calidad de tu sueño ha empeorado o que padeces de estrés crónico, definitivamente debes hacer algo. El estrés crónico puede producir dolores de cabeza, en el pecho o fatiga, disparar la ansiedad y drenar la motivación, o promover un consumo abusivo de alimentos, alcohol, tabaco o drogas, entre otros síntomas que recoge la Clínica Mayo en su página web.
Si padecemos estrés, lo más seguro y efectivo es ocuparnos del origen y potenciar los hábitos de vida saludable, especialmente una alimentación saludable, la realización de ejercicio físico regular y respetar las horas de sueño recomendadas a diario. También podemos incorporar técnicas de relajación, meditación o, incluso, realizar hobbies y escribir un diario, como también explica la Clínica Mayo.
