Las patatas son uno de los alimentos más consumidos en España, presentes en miles de platos tradicionales y en la dieta mediterránea diaria de muchas familias. Un alimento saludable rico en hidratos de carbono complejos, vitaminas y bajas en grasas. En lo que respecta a su preparación, diversos estudios en el ámbito de la nutrición han demostrado que pequeños cambios en la preparación de los alimentos pueden modificar significativamente su impacto metabólico y digestivo. Es el caso concreto de las patatas cocidas, ya que la forma en que se enfrían y se consumen puede influir directamente en su efecto sobre la glucosa en sangre y la salud intestinal como plantea el doctor Manuel Viso, especialista en salud digestiva y divulgador en redes sociales, en uno de sus vídeos más recientes.
"El simple hecho de cocer las patatas y después dejarlas enfriar durante 24 horas en la nevera tiene enormes beneficios para tu salud", afirma el experto. Esta acción aparentemente sencilla modifica de forma significativa la estructura del almidón que contienen las patatas, y con ello también su efecto en nuestro organismo.
Tal y como explica Viso, cuando las patatas cocidas se consumen recién hechas, "el almidón que contienen se convierte en moléculas de glucosa. Azúcar que se absorbe de tu intestino delgado a la sangre y ya sabes las consecuencias". Es decir, se elevan los niveles de glucosa en sangre, algo que puede ser especialmente problemático para personas con resistencia a la insulina o diabetes.