P. Fava
Publicada

Investigadores del centro médico de la Universidad de Radboud en Nimega (Países Bajos), en colaboración con la Universidad KCMC de Tanzania, han estudiado los efectos en la salud del cambio en la dieta desde el momento en el que se reemplazan alimentos tradicionales por ultraprocesados propios de la 'dieta occidental'. Alimentos como la bebida de plátano fermentado, típica de la alimentación africana, demuestran así potencial para reducir la inflamación y mejorar el sistema inmunológico.

Las dietas tradicionales africanas están siendo reemplazadas cada vez más por patrones alimentarios occidentales debido a la urbanización, el desarrollo económico, el mayor acceso a alimentos procesados, la globalización y el cambio de las normas sociales. Las consecuencias para la salud de esta transición nutricional no se comprenden bien, recoge Europa Press.

Enfermedades relacionadas con el estilo de vida, como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y las enfermedades inflamatorias crónicas, están aumentando en África, lo que supone un desafío creciente para los sistemas de salud de todo el continente, prosiguen.

Los investigadores recopilaron datos de setenta y siete hombres sanos de Tanzania que seguían una dieta africana tradicional. Un primer grupo adoptó una dieta occidental durante dos semanas, el segundo continuó con una dieta africana tradicional, y el tercer grupo consumió una bebida de plátano fermentado a diario.

Los investigadores analizaron la función del sistema inmunitario, los marcadores de inflamación sanguínea y los procesos metabólicos tanto al inicio de la intervención de dos semanas como cuatro semanas después.

Los participantes que adoptaron una dieta occidental mostraron un aumento de proteínas inflamatorias en sangre, junto con la activación de procesos biológicos relacionados con enfermedades relacionadas con el estilo de vida. Sus células inmunitarias también respondieron con menor eficacia a los patógenos.

Por otro lado, quienes consumieron la bebida fermentada y quienes se alimentaron al modo tradicional mostraron una reducción de los marcadores inflamatorios. Algunos de estos efectos persistieron incluso cuatro semanas después, lo que indica que los cambios dietéticos a corto plazo pueden tener efectos duraderos.

"Investigaciones anteriores se han centrado en otras dietas tradicionales, como la japonesa o la mediterránea", afirma el internista Quirijn de Mast, de Radboud UMC. Sin embargo, añade, "hay mucho que aprender de las dietas tradicionales africanas". De Mast considera sorprendente la importancia de los efectos de la dieta, incluso después de tan solo dos semanas.

"La dieta africana incluye abundantes verduras, frutas, legumbres, cereales integrales y alimentos fermentados. Nuestro estudio destaca los beneficios de estos productos alimenticios tradicionales para la inflamación y los procesos metabólicos del organismo. Al mismo tiempo, demostramos lo perjudicial que puede ser una dieta occidental poco saludable", afirma.

Esta suele consistir en alimentos procesados y ricos en calorías, como las patatas fritas y el pan blanco, con exceso de sal, azúcares refinados y grasas saturadas. La inflamación es la causa de muchas enfermedades crónicas, lo que hace que este estudio sea muy relevante también para los países occidentales.