El marketing alimentario alrededor de la venta de pan ha ido mejorando y adaptándose a lo largo de los años, aunque los típicos mensajes de "pan integral"o "pan rico en fibra" siguen siendo los más utilizados, en un intento de hacer ver que dicho tipo de pan es más saludable que otros. Sin embargo, no debemos fiarnos tan solo de estos mensajes publicitarios, y debemos prestar atención a su etiquetado, especialmente en el caso de la venta de pan de supermercado.
Esa es la última advertencia del médico y divulgador Manuel Viso en su reciente reel de Instagram. Como él mismo comenta, no todos los panes son saludables, ni todos son iguales. En este caso, realiza un repaso de cuatro tipos de pan que sí pueden considerarse saludables, siempre y cuando cumplan algunos requisitos.
Como comenta Viso al inicio de su intervención, sí, el pan saludable existe de verdad, pero hay que saber encontrarlo. Y no todo el pan que se vende como "integral" lo es de verdad, por lo que hay que fijarse bien en el etiquetado y "no dejarse engañar" como comenta el divulgador.
En primer lugar está el pan integral 100%. Se trataría de un pan integral de verdad, donde toda "su harina es totalmente integral, incluyendo su salvado, su germen, su fibra, sus vitaminas y sus minerales. El que te ayuda a ir al baño. El que sacia más" según comenta Viso. En este aspecto, advierte de que algunos panes que se venden como integrales en realidad tienen tan solo un poco de harina integral, siendo el resto harina blanca refinada, rica en azúcares libres y pobre en micronutrientes.
Por ello, explica, es primordial fijarse en el etiquetado y que el primer ingrediente sea la harina integral 100%. Como siempre, "no todos los panes que pone en grande 'integral' son buenos" recuerda Viso. En muchos casos pueden haberse añadido azúcares o grasas ocultas, que sí deben constar en el etiquetado, pero no se advierten en letras de gran tamaño.
En segundo lugar está el pan de centeno, el cual es rico en fibra y pobre en gluten: "más fibra, menos gluten, más saciarte, más sabor, y contiene antioxidantes, hierro y magnesio". Eso sí, Viso advierte que no debemos fiarnos de los panes etiquetados que indiquen 'con centeno', porque no es lo mismo que 'de centeno'. Ese simple cambio es esencial, dado que eso significaría que tan solo posee un poco de harina de centeno y no el total.
De nuevo, aconseja fijarnos en el etiquetado y corroborar que toda la harina de este pan sea de centeno. Además, nos recuerda que el pan de centeno sí contiene gluten, aunque en menos cuantía que el pan de trigo habitual, algo a tener en cuenta porque se suele creer que el pan de centeno está libre de gluten.
En tercer lugar está el pan de masa madre. En este caso Viso nos recuerda que "aquí hablamos de fermentación lenta y buena digestión. Ayuda a absorber minerales y tiene muy buen sabor, pero no todo lo que dice que es masa madre lo es". De nuevo, explica, no son pocos los productos que se vanaglorian que estar hechos de masa madre o 'con masa madre', y la realidad es muy diferente. En ocasiones llevan un poco de masa madre, sin más, pero suficiente como para poder publicitar ese pan como tal.
Así mismo, Viso nos recuerda que tengamos precaución con aquellos panes de masa madre que dicen que 'no engordan', dado que el nivel calórico es similar entre los diferentes tipos de panes. La clave aquí está en si su grano es entero o no, lo que conlleva mayor cantidad de fibra por un lado (que no se absorbe de la misma forma), y un mayor potencial saciante por otro, que reducirá la ingesta calórica posterior de forma indirecta.
En cuarto y último lugar está el pan de espelta integral. Como comenta Viso, "la espelta es un cereal ancestral, con más proteínas, fibra, vitaminas y minerales". Una vez más, nos recuerda que muchos panes de espelta en realidad contienen una mezcla de espelta y trigo, y en muchas ocasiones hay más harina de trigo que de espelta con el objetivo de reducir su precio o potenciar los beneficios de la empresa fabricante del pan. Además, la harina de trigo suele ser refinada, lo que empeora más si cabe el producto final.
De nuevo, el consejo sería buscar aquel pan que posea harina de espelta 100% integral, evitando azúcares o aceites añadidos al pan, o panes "inflados", como explica el divulgador. Y, como último apunte, el pan de espelta también contiene gluten, pero en menor cuantía, como sucedería con el pan de centeno.
