La hora de la cena es, a menudo, un problema. Llegamos a casa después de estar todo el día trabajando y muchas noches lo único que queremos es una cena rápida y ligera que nos permita meternos en la cama cuanto antes. Por esta razón, cuando vamos al supermercado no pueden faltar en nuestra lista de la compra una docena de huevos, para una simple tortilla francesa, latas de atún, para una ensalada rápida, y, por supuesto, yogures. Este último alimento vive una edad de oro debido a la fama que tiene de ser probiótico.
No todos los yogures que vemos en el supermercado son saludables: la gran mayoría tienen una gran cantidad de azúcares y otros ingredientes que pueden reducir los beneficios que originalmente tiene esta receta. Los expertos recomiendan, en este sentido, que si compramos yogures optemos por los naturales de toda la vida. Estos yogures sólo contienen leche —tanto fresca como en polvo— y fermentos lácticos. Estos últimos son los encargados de que el yogur contenga microorganismos vivos.
"Se entiende por 'yogur' o 'yoghourt' el producto de leche coagulada obtenida por fermentación láctica mediante la acción de Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus", explica en este documento el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA). "Los microorganismos productores de la fermentación láctica deben ser viables y estar presentes en el producto terminado en cantidad mínima de 1 por 107 colonias por gramo o mililitro". Es decir, que el yogur tiene la capacidad de reforzar nuestra microbiota.
No todos los yogures
Ahora bien, ni los yogures ni el resto de lácteos son, en ningún caso, imprescindibles. Si no tenemos intolerancia o alergia a este producto, suponen una manera sencilla de obtener proteínas de alta calidad, minerales tan importantes como el calcio y, por supuesto, esos organismos vivos. Eso sí, todos estos componentes tan atractivos se pueden incorporar a nuestro organismo a través de otros muchos alimentos. Es decir, que en realidad no es necesario tomar tres lácteos al día, si obtenemos estos nutrientes de otros alimentos.
De hecho, los yogures también pueden representar un problema en la dieta incluso cuando los elegimos naturales y sin azúcares. Uno de los aspectos más saludables de la dieta mediterránea en España es que el postre consiste en comer fruta, pero hay quien prefiere sustituir este saludable vegetal con un yogur. Sin embargo, como explica el epidemiólogo Miguel Ángel Martínez-González en su libro Salud a ciencia cierta (Planeta, 2018) el efecto beneficioso de los yogures "se pierde si se utiliza el yogur para sustituir a la fruta. [...] Hay que consumir ambas cosas: fruta habitualmente y yogur también. Aunque, puestos a elegir, la fruta será siempre mejor como postre y para merendar".
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Tomar ambos alimentos de postre sí que se considera saludable. Lo mejor es que seamos nosotros mismos quienes preparemos este yogur con frutas en vez de comprarlo hecho. Los yogures con trocitos de fruta o de frutos secos que encontramos en el supermercado suelen contener una buena proporción de azúcar que anula sus beneficios. De todas formas, pueden darnos ideas para preparar recetas similares sin azúcar ni aditivos que formen un postre saludable y también delicioso. El yogur y la fruta es una de las cenas más habituales en España, pero ¿es una opción saludable?
Nutrientes interesantes
"Resulta evidente que cenar un yogur o una fruta no supone una ingesta completa ya que faltan diferentes nutrientes, pero esto no tiene ni por qué ser grave ni un error", explica este artículo de EL ESPAÑOL. Tal y como explica el dietista-nutricionista Aitor Sánchez en su perfil de Instagram, no hay ningún problema en hacer este tipo de cenas si, durante todo el día, hemos ingerido todos los nutrientes que necesita el cuerpo. Es decir, si hemos aportado ya suficientes proteínas y grasas saludables y carbohidratos integrales.
"Personalmente creo que la práctica de cenar solo fruta o yogur no es una barbaridad. Pero tampoco lo considero un mensaje a priorizar, sobre todo porque por las noches es cuando la gente tiene esa ventana de oportunidad para cocinar. Si quieres hacer estas cenas, cerciórate de que tu dieta es completa", explica Aitor Sánchez. Con una dieta completa, el dietista-nutricionista se refiere a un plato con verduras, algo de proteína, fruta de postre y otros alimentos que sean fuente de hidratos de carbono si hacemos ejercicio físico.
Si lo que quieres cenar es un yogur natural, debes tener en cuenta que en cada unidad de 125 gramos hay unas 70 kilocalorías. El yogur es un producto muy parecido a la leche en cuanto a sus nutrientes, pero es mucho más digerible. Incluso las personas intolerantes a la lactosa suelen poder tomar yogures porque durante la fermentación del yogur el azúcar se transforma en ácido láctico. Según explica el MAPA, el yogur es fuente de proteínas, fósforo, calcio y vitaminas del grupo B. El yogur no tiene ni fibra y contiene muy poca grasa y, por eso, un puñado de frutos secos y fruta fresca combinan muy bien con él.