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En el Himalaya indio, a unos 5.029 metros de altitud, existe un lago glaciar Roopkund congelado durante unos 11 meses al año y conocido como 'Lago Esqueleto' o 'Lago del Misterio', porque en sus orillas fueron descubiertos cientos de esqueletos humanos dispersos a su alrededor. El glaciar se conoce desde hace siglos como un sitio de peregrinaje y más recientemente de excursionistas.

El hallazgo de los restos óseos, que preservaron ADN antiguo gracias a las bajas y contantes temperaturas, se atribuye a un guardia forestal en 1942, pero no se sabe con exactitud desde cuándo conocen el yacimiento los habitantes locales de la región, ya que figura en la leyenda local.

Los estudios del lugar indicaban que estos grupos de personas habrían acabado allí sus días debido a un evento catastrófico que dejó muertos a su paso. Sin embargo, un equipo internacional de científicos de 28 instituciones de India, EE UU y Europa ha analizado el genoma completo de los huesos que demuestra que fallecieron en el lago en múltiples eventos, separados por aproximadamente 1.000 años.

"Las fechas de radiocarbono indican que fueron depositados en múltiples eventos. Por lo tanto, descartamos la idea de que un solo suceso catastrófico sea responsable de las muertes", declara Ayushi Nayak del Instituto Max Planck de Historia de la Ciencia (Alemania) y coautora de la investigación que publica Nature Communications.

Las bajas temperaturas y las buenas condiciones del suelo en el yacimiento contribuyeron a la preservación de los restos esqueléticos. Al examinarlos, los expertos vieron claramente que pertenecían a grupos genéticamente muy distintos y que murieron en varios períodos, en al menos dos episodios separados por mil años.

"Los dos grupos temporales son completamente distintos genéticamente entre sí", afirma Eadaoin Harney de la Universidad de Havard (EE UU), que también participa en la investigación.

El estudio de más de una década, que incluye datos de la secuenciación completa del genoma de 38 individuos, revela que el yacimiento tiene una historia aún más compleja de lo imaginado.

De Creta y Grecia hasta el Himalaya indio

El primer grupo, que data de alrededor de los siglos VII y X, está compuesto por individuos con ascendencia típica del sur de Asia. Sin embargo, no pertenecen a una sola población genética. Otras personas tienen ascendencia más propia de poblaciones que se encuentran en las regiones del norte del subcontinente. Finalmente, también hallaron ascendencia que se asocia más comúnmente con las poblaciones de las regiones del sur.

"Además, la datación por carbono sugiere que estos individuos pueden no haber viajado juntos en un solo grupo, sino que podrían haber muerto en diferentes momentos en el transcurso de unos pocos cientos de años", añade Harney.

En contraste, los individuos que pertenecen al segundo grupo, que data de alrededor de los siglos XVII y XX, parecen haber muerto durante un solo evento. Estos individuos son mucho más homogéneos genéticamente, con ascendencia similar a las poblaciones que se encuentran típicamente en partes del Mediterráneo oriental, especialmente Creta y Grecia. A excepción de un individuo, que tiene ascendencia más similar a las poblaciones del sudeste asiático.

"Primero nos dimos cuenta de la presencia de múltiples grupos distintos en Roopkund, después de secuenciar el ADN mitocondrial de 72 esqueletos. Si bien muchos de los individuos poseían haplogrupos mitocondriales típicos de las poblaciones indias actuales, también identificamos un gran número de individuos con haplogrupos que sería más típico de las poblaciones de Eurasia occidental", enfatiza Kumarasamy Thangaraj del CSIR Centro de Biología Celular y Molecular de la India (CCMB, por sus siglas en inglés), que inició este proyecto hace más de una década, en un antiguo laboratorio de ADN que él y el entonces director del CCMB Lalji Singh (fallecido) construyeron para estudiar Roopkund.

Para Harney, "la presencia de individuos con ascendencia típicamente asociada con el Mediterráneo oriental sugiere que el lago Roopkund no era solo un sitio de interés local, sino que atraía a visitantes de todo el mundo".

Diferentes dietas, distintos orígenes

La reconstrucción dietética de isótopos estables de los esqueletos también respalda la presencia de múltiples grupos distintos. "Es un método que nos permite observar el consumo de amplios grupos de alimentos. De esta forma, podemos distinguir entre plantas C3 y C4 (el número se refiere al número de átomos de carbono que se fijan durante la fotosíntesis)", afirma Nayak.

La mayoría de las plantas que consumimos, como el trigo, el arroz o la cebada utilizan la vía fotosintética C3. Las plantas áridas adaptadas como el mijo, el maíz o la piña son plantas C4.

"Nuestro análisis –añade la experta– muestra que los diferentes grupos genéticos que observamos tenían diferentes dietas. Todos los individuos con ascendencia típicamente mediterránea oriental consumieron principalmente plantas y animales terrestres C3 que se alimentaban de esas plantas. En contraste, los individuos del grupo con ascendencia típica del sur de Asia reflejan una variedad de dietas, algunas de las cuales dependen de plantas C3, y otras consumen una dieta que se basa en una mezcla de fuentes de alimentos C3 y C4".

¿Qué llevó a estas personas hasta el lago?

"¡Me temo que realmente no tengo una respuesta para esto! Las diferentes líneas de evidencia indican que este grupo tiene ascendencia mediterránea y consumió una dieta C3 predominantemente terrestre, pero no podemos decir cuál fue el motivo de su viaje al lago Roopkund", explica Harney.

Los orígenes de los individuos del Mediterráneo oriental siguen siendo un misterio. "Esperamos que al compartir información sobre la ascendencia y el momento de este grupo de viajeros podamos inspirar una investigación de archivo en el yacimiento que pueda ayudar a responder esta pregunta", apunta la investigadora.

Del mismo modo, los científicos pretenden que este trabajo represente el primero de muchos estudios científicos de los esqueletos de Roopkund, y que otros análisis morfológicos y biomoleculares puedan ayudar a determinar la causa de los cientos de muertes.

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