700 días después decimos adiós a las mascarillas obligatorias. Un accesorio que tras la pandemia parecía que era una parte más de nuestro cuerpo. Si antes no se podía salir de casa sin móvil, en los últimos meses era el famoso ‘tapabocas’ el que se había convertido en esencial para poder entrar en los sitios. Sin embargo, hoy se dice adiós, pero no todo en los sitios, el real decreto que regula su uso, aprobado ayer martes por el Consejo de Ministros y que entra en vigor hoy miércoles tras publicarse en el BOE, establece como excepciones los centros sanitarios, las residencias de mayores y los transportes públicos. ¿Y qué pasa con el resto?

Castilla y León, y toda España, avanza hacia el fin de la emergencia sanitaria y se quita el elemento más simbólico en la lucha contra la covid-19. Sin embargo, y como ha ocurrido desde que arrancó la pandemia, son muchas las dudas de que se generan desde el Gobierno. Por eso, vamos a intentar ver un poco más la luz en su uso.

En los bares

Seguro que se ha sentido absurdo cuando por la calle no llevaba la mascarilla y al entrar al bar se la ponía para posteriormente quitártela otra vez para consumir. Pues bien, este sin sentido se acaba desde hoy. Ya no será obligatoria llevarla en ningún momento, tampoco en las discotecas. Eso sí, el Gobierno insiste en hacer un uso responsable.

En el trabajo

En los centros de trabajo, las mascarillas no serán obligatorias ‘con carácter general’, aunque serán los departamentos de prevención de riesgos laborales los que tengan la última palabra y puedan decidir en qué lugares sí debe utilizarse en función de la evaluación de riesgo de ese puesto. El Gobierno se lava las manos y lo deja en manos de la empresa. Eso sí, la recomienda «siempre que el trabajo deba realizarse a distancia interpersonal de menos de 1,5 metros y no pueda garantizarse la ventilación adecuada al espacio».

En el colegio

Era una de las imágenes más tristes de la pandemia. Los niños y niñas con bozales en las aulas e incluso en los recreos. Pues bien, los alumnos y los profesores no tendrán que portarla de manera obligatoria. Ahora bien, desde las direcciones de los colegios se deja en manos de los padres y de los propios alumnos por si alguien por precaución quiere seguir usándola.

En el gimnasio

A partir de hoy no será obligatorio el llevar las mascarillas puestas en todo momento en recintos interiores y por lo tanto se podrá practicar cualquier actividad dentro de los centros deportivos sin necesidad de llevarla colocada, ni en las clases dirigidas, ni en Sala Fitness, ni en el recinto de piscinas, ni en vestuarios y zonas comunes.

Medios de transporte

En el transporte público las reglas siguen siendo estrictas. Los mayores de 6 años están obligados a llevar mascarilla durante todo el trayecto. Y la norma habla de transporte aéreo, en autobús, ferrocarril o teleférico. Incluso también es obligatorio en taxi o servicios VTC, tipo Uber o Cabify. «Será obligatorio llevar mascarilla en transportes públicos y privados complementarios de viajeros en vehículos de hasta nueve plazas, incluido el conductor, si los ocupantes de los vehículos de turismo no conviven en el mismo domicilio”, dice la norma ministerial.

En los centros médicos

La mascarilla seguirá siendo de uso obligatorio en los centros sanitarios como pueden ser ambulatorios, hospitales, clínicas y centros de salud donde se atienden pacientes. Pero solo deberán usarlas los trabajadores y los visitantes. Los enfermos ingresados solo deberán llevarla cuando estén en zonas comunes, no en su habitación.

Museos, cines, teatros, centros comerciales...

El ocio se quita la mascarilla. El Gobierno permite quitárnosla en todos los espacios cerrados de uso público por donde deambulamos. Aquí ya se incluyen los comercios como pueden ser tiendas de barrio o grandes centros comerciales. También en los museos, cines y teatros.

Sin embargo, desde las autoridades sanitarias dejan la decisión final en cada ciudadano. Exigen su “uso responsable” en la población vulnerable (mayores de 60 años, inmunodeprimidos, embarazadas y profesores vulnerables) y en lugares donde se produzcan grandes aglomeraciones o en determinadas reuniones familiares.

 

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