Con distribuidores en casi toda la geografía española y clientes en países como Alemania, Países Bajos, Italia, Reino Unido, Rusia, Estados Unidos, Taiwan, Hong Kong o Japón, la empresa berciana EG-Reeds se ha convertido en una de las principales referencias para los intérpretes de oboe y corno inglés, dos instrumentos de la familia viento madera. El ponferradino Éric González es el fundador y propietario de esta tienda ‘online’ especializada, desde la que lleva más de un lustro suministrando las lengüetas que se emplean para extraer el dulce sonido de las entrañas de los oboes de medio planeta. “Actualmente nuestras cañas, tanto terminadas como en forma de pala, son usadas por algunos de los mejores oboístas del panorama musical, tanto nacional como internacional”, señala González.

La lengüeta o caña de un oboe es la parte más importante del instrumento, explica el berciano. Este elemento se coloca en la parte superior del oboe y al soplar se produce una vibración que pasa al cuerpo del instrumento para originar el sonido. “A la hora de hacer una caña de oboe, todos los pasos son muy importantes, pero quizás el raspado sea uno de los más delicados”, subraya González, que relata cómo tradicionalmente este proceso se llevaba a cabo mediante una navaja especial muy afilada, con la que se raspa la pala de la caña hasta dejarla a gusto del oboísta. “Actualmente existen máquinas que facilitan mucho esta tarea y reducen el tiempo de raspado a sólo unos minutos”, apunta el ponferradino en un reportaje realizado por Ical. 

Para fabricar estas lengüetas, EG-Reeds cuenta con proveedores en la región francesa de Var, reconocida mundialmente por la calidad de sus cañas comunes. “Dentro de nuestro sector es muy conocida por sus propiedades para la fabricación de lengüetas para instrumentos de música. En la región de Var se suman varias características, como son el suelo y el clima, que hacen que esta caña sea de gran calidad”, explica González.

Fabricación de un oboe

A partir de la llegada de la materia prima en bruto al almacén de la empresa, arranca un proceso que puede durar entre dos y cuatro años. “Primero tenemos que secar la caña durante dos meses aproximadamente y después cortar las varas en tubos más pequeños. Una vez que tenemos estos tubos los dejamos secar nuevamente hasta que consideremos que están listos, después los metemos en sacos y los dejamos secar lentamente en nuestro almacén durante varios años”, explica el fundador de la compañía, que destaca que algunas de las características del microclima berciano favorecen este proceso de secado. “La combinación del clima atlántico y del mediterráneo continental y en especial el viento hacen del clima berciano una auténtica maravilla para el secado de las cañas, es único”, remarca.

Todos los pasos de este proceso, hasta que la caña de oboe está lista para su uso, se hacen de manera artesanal y todas las lengüetas terminadas se prueban antes de enviarse al comprador final. Además, EG-Reeds también produce oboes de iniciación y, como novedad en este curso, oboes de nivel intermedio. La oferta de la tienda ‘online’ para sus clientes se completa con una selección de accesorios para el instrumento y de las herramientas y materiales necesarios para la fabricación doméstica de cañas.

Vuelta a casa

La relación de Éric con el oboe arranca cuando el berciano tenía sólo ocho años. A esa edad inició sus estudios en el Conservatorio de Ponferrada, de la mano de Salvador Ferrer. Posteriormente se trasladó al Conservatorio Superior de Música de A Coruña, donde cursó el primer año de estudios superiores. Al año siguiente, su carrera musical dio un salto gracias a una beca que le permitió completar sus estudios en el Conservatorio Superior de Música del Liceo de Barcelona, con el profesor José Manuel González, oboe principal de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla.

Como músico, ha actuado en conciertos junto a grandes orquestas profesionales en países como Alemania, Francia, Italia, Suiza, Inglaterra, Rusia o Corea del Sur. Entre 2012 y 2014 fue oboe principal de la Guiyang Symphony Orchestra de China, con la que llevó a cabo giras por las principales ciudades asiáticas. Más tarde, se convirtió en oboe principal y jefe de sección en la Orquesta Clásica de Madeira (Portugal).

Fue durante ese periodo cuando fundó EG-Reeds, aunque su interés por los procesos de fabricación de las cañas se remonta muchos años atrás. “Cuando estaba estudiando en el Conservatorio Superior, mis profesores y compañeros ya bromeaban con el hecho de que tenía que montar una empresa de cañas de oboe”, recuerda González, que reconoce que los inicios fueron complicados al tener que distribuir el material desde la isla portuguesa.

Después de dos años y viendo la gran aceptación que las cañas de la empresa tenían en el mercado, el ponferradino tomó la decisión de abandonar su puesto en la orquesta y volver a su ciudad de origen para dedicarse plenamente a este negocio, en el que ya lleva seis años. Aunque el trabajo de fabricación ocupa gran parte de su día a día, Éric también encuentra tiempo para impartir clases magistrales, tanto de oboe como de fabricación de cañas.

Barreras de entrada

Al respecto, el berciano explica que este instrumento tiene varias barreras de entrada importantes para los alumnos que se inician en su manejo. “El propio instrumento en sí es un problema, ya que algunos niños tienen las manos demasiado pequeñas y esto les dificulta mucho tocar”, relata González. Para facilitar estos primeros pasos, EG-Reeds ha diseñado un oboe especial para los niños que empiezan, ligero, fácil de hacer sonar y con las llaves adaptadas a las manos de los pequeños. “Este oboe ha tenido una aceptación muy grande dentro del mundo educativo, tanto dentro como fuera de España”, reconoce su creador. 



Además, González asegura que la caña también suele ser un problema a la hora de comenzar con el oboe, ya que los niños no están acostumbrados a controlar la columna de aire para soplar por la caña. “Es una pieza muy delicada y por eso los niños empiezan con cañas adaptadas a sus necesidades”, señala.

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