Julio Ballesteros, del Área de Derecho Penal de la Universidad de Salamanca, participa en el estudio multidisciplinar liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Barcelona que propone reimpulsar el desarrollo en España de los procesos de captura y almacenamiento de dióxido de carbono bajo tierra mediante una estrategia denominada en inglés de hubs & clusters.

Un hub estaría formado por un grupo de emisores de dióxido de carbono cercanos, mientras que un cluster estaría constituido por ese grupo de fuentes más un almacén subterráneo apropiado para sus emisiones. Los autores del trabajo, que ha sido publicado en la revista Applied Energy, estiman que con la adopción de esta estrategia se podrían dejar de emitir a la atmósfera hasta 69 millones de toneladas de dióxido de carbono al año, lo que equivale a un 21% de las emisiones anuales de España.

En palabras del profesor de la Universidad de Salamanca, “el estudio ofrece a España una oportunidad estratégica inigualable para ser más responsable en la captura y almacenamiento de dióxido de carbono. De esta forma, el país podría satisfacer los compromisos asumidos en cuanto al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la lucha contra el cambio climático”, explica Ballesteros a Comunicación USAL.

En el comunicado de prensa enviado por CSIC se informa que, “España se enfrenta al reto de eliminar los más de 300 millones de toneladas de dióxido de carbono que produce cada año para poder mitigar los efectos del cambio climático. Para poder alcanzar los objetivos de descarbonización suscritos en los Acuerdos de París se requiere, entre otras medidas, devolver este gas al subsuelo mediante operaciones de captura y almacenamiento”, explica el investigador del CSIC Juan Alcalde, de Geociencias Barcelona (GEO3BCN-CSIC), autor principal del estudio.

Este trabajo, que analiza el estado actual de desarrollo de la captura y almacenamiento de dióxido de carbono en España, ha identificado 15 concentraciones de emisores de este gas con una producción superior a dos toneladas al año, así como las posibles estructuras de almacenamiento geológico ligadas a cada uno de estos núcleos de emisión. “El objetivo del estudio es doble: por un lado, determinar cuáles son las mejores opciones para desarrollar la captura y almacenamiento de dióxido de carbono en España; y, por otro, estudiar su encaje dentro de la estrategia de descarbonización a corto y medio plazo”, apunta Alcalde.

El trabajo considera que la zona norte de la península podría ser una región prioritaria para el desarrollo de procesos de captura y almacenamiento de dióxido de carbono, ya que es donde se concentra gran parte de los núcleos de emisión identificados y donde, además, se han encontrado posibles estructuras geológicas que ofrecen las condiciones más idóneas para su almacenamiento permanente.

La estrategia aplicada por los investigadores ha consistido en identificar las zonas con altas emisiones de dióxido de carbono producidas por concentraciones de fuentes de emisiones masivas (centrales eléctricas, cementeras, acereras, entre otros) cercanas entre sí y que puedan formar un hub núcleo de emisiones. A continuación, se localizan los almacenes geológicos más apropiados a los que se puedan conectar esos núcleos, formando una red o clúster de captura y almacenamiento, y asegurando que el almacenamiento de dióxido de carbono se pueda llevar a cabo de forma eficiente, económica y segura.

“Esta estrategia permite vincular a diferentes agentes industriales de manera que puedan compartir el esfuerzo de desarrollar un programa completo de captura y almacenamiento de dióxido de carbono, desde la construcción de la red de transporte o almacenamiento, hasta la tramitación de licencias y la negociación de los permisos de explotación. De esta manera, los usuarios del clúster pueden reducir los costes y los riesgos asociados a este tipo de proyectos, en comparación con otras iniciativas individuales”, indica Enrique Gómez Rivas, de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Barcelona.



Cambio climático

El estudio recuerda que, aunque muchos países han asignado a la tecnología de captura y almacenamiento de dióxido de carbono un papel indispensable en sus planes nacionales de mitigación del cambio climático, en la actualidad existen pocos proyectos comerciales de este tipo, y la mayoría están ubicados en países con importantes recursos petrolíferos, como Estados Unidos, Canadá y Australia. En otros países, como el Reino Unido y Noruega, donde el desarrollo de captura y almacenamiento de dióxido de carbono se había visto frenado en el pasado, se está viendo que, gracias a la estrategia de núcleos y redes, se están desarrollando nuevos proyectos y se está extendiendo el uso de esta tecnología fundamental para la descarbonización de diferentes sectores industriales de difícil transformación.

“La estrategia que proponemos puede servir para despertar también el interés por la captura y almacenamiento de dióxido de carbono en países con pocos recursos petrolíferos, pero con importantes necesidades de descarbonización, como es el caso de España. En este sentido, la implementación de una estrategia de hubs & clusters de captura y almacenamiento puede proporcionar el incentivo que ayude a desbloquear esta tecnología clave para un futuro sin emisiones”, concluye Alcalde.

En la elaboración del trabajo han participado investigadores del instituto de Geociencias Barcelona, la Universidad de Barcelona, del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC), del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA-CSIC-UIB), del Instituto de Ciencia y Tecnología del Carbono (INCAR-CSIC), del Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC), de Repsol y de la Universidad de Salamanca y de la Universidad de Valladolid. También ha contado con la colaboración de investigadores de las universidades de Aalborg (Suecia), Edimburgo y Strathclyde (Reino Unido).