El cuerpo de Roberto Fraile, el periodista asesinado en Burkina Faso junto a su compañero David Beriain, llegará a Torrejón de Ardoz en un avión del Ejército y, posteriormente, será trasladado hasta un tanatorio de Valladolid, donde residen sus padres y donde podrá ser velado por sus familiares.

A continuación, según han confirmado a Europa Press fuentes familiares, los restos de Roberto Fraile serán enterrados y descansarán en Valdespino Cerón (León), una pedanía leonesa en la que se encuentran sus raíces familiares.

REPATRIACIÓN

El Ministerio de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación espera que la repatriación de David Beriain y Roberto Fraile, los dos periodistas asesinados en Burkina Faso este lunes, se complete este viernes con su llegada a España a bordo de un avión militar.

Así lo ha explicado el director general de Asuntos Consulares del Ministerio, Juan Duarte, precisando que el calendario previsto es que los cuerpos salgan el jueves por la noche de Uagadugú, la capital burkinesa, a bordo de un avión del Ejército del Aire, para aterrizar el viernes en Torrejón de Ardoz (Madrid).

En declaraciones al Canal 24 Horas recogidas por Europa Press, Duarte ha reconocido que "la gestión ha sido muy complicada" y que ha resultado "difícil" trasladar los dos cuerpos desde el lugar en el que se produjo su muerte, en el este del país, hasta la capital, "pero ahora estamos en el buen camino".

Los cadáveres llegaron el martes por la noche a Uagadugú y de los trámites de repatriación se está encargando la cónsul de España en Malí, encargada también de Burkina Faso, que se ha desplazado expresamente para ello a la capital burkinesa, según ha informado Exteriores.

Duarte ha asegurado que las familias de Beriain y Fraile han estado informadas en todo momento, pese a que "al principio hubo información contradictoria" sobre lo sucedido, y también están al tanto ahora de las gestiones para su repatriación.

En cuanto a las circunstancias en las que se produjo la muerte de ambos reporteros, que trabajaban en un documental sobre la lucha contra la caza furtiva en el país, el responsable de Exteriores ha preferido no pronunciarse, subrayando que aún es "un poco prematuro".

POSIBLE ATENTADO TERRORISTA



"Parece que es un atentado terrorista pero hay que ser muy prudente", ha sostenido, al tiempo que ha confiado en que en última instancia se llegue "a saber lo que ha pasado", aunque "no siempre es fácil".

Según ha indicado, por ahora la colaboración con las autoridades de Burkina Faso ha sido "excelente" y la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, habló anoche con su homólogo de este país y existe "la mejor predisposición para aclarar lo ocurrido".

Los dos periodistas formaban parte de un grupo de unas 40 personas con las que se perdió el contacto hacia las 15.30 horas del lunes en un parque natural situado en la frontera entre Burkina Faso y Benín, una "zona peligrosa por ser campo de operaciones de terroristas, cazadores furtivos y bandidos", según subrayó este martes González Laya.

Junto a ellos también fue asesinado el irlandés Rory Young, fundador de la ONG Chengeti Wildlife, que se encarga de entrenar a guardias para proteger la fauna salvaje en África frente a los cazadores furtivos. En el ataque, que el Gobierno burkinés ha atribuido a terroristas, también hubo otros tres heridos.

El objetivo del ataque fue una patrulla de las fuerzas de seguridad y durante el mismo los asaltantes se hicieron con diverso material, incluidas varias motos.

ATAQUE NO REIVINDICADO



Ningún grupo ha reivindicado oficialmente la autoría, si bien en redes sociales ha circulado un audio en el que un supuesto portavoz del Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM), la filial de Al Qaeda en el Sahel, se atribuiría los hechos.

No obstante, expertos en yihadismo han puesto en tela de juicio esta reivindicación, toda vez que en el pasado los grupos terroristas han secuestrado a occidentales para usarlos como moneda de cambio y exigir cuantiosos rescates o la liberación de combatientes, por lo que no se entendería que en este caso los hubieran ejecutado.

Otras informaciones han apuntado a que su muerte podría haberse producido en el ataque inicial, si bien por el momento no hay una versión oficial de lo ocurrido.

El este y el norte de Burkina Faso han sufrido un aumento de la inseguridad durante los últimos años, especialmente a causa del repunte de los ataques por parte de grupos yihadistas, entre JNIM y Estado Islámico en el Gran Sáhara (ISGS), que han provocado además un incremento de los enfrentamientos intercomunitarios y desencadenado una grave crisis humanitaria.

Dos misioneros españoles, Antonio César Fernández y Fernando Hernández, fueron asesinados en dos ataques en Burkina Faso en 2019. Además, en mayo de ese mismo año dos turistas franceses fueron secuestrados en el parque natural de Pendjari, en Benín y fronterizo con Burkina Faso, país al que fueron trasladados por sus captores y donde fueron rescatados en una operación de las fuerzas especiales galas en la que murieron dos militares.