El ganadero Justo Hernández, a quien se puede ver pasear todas las mañanas por la Plaza Mayor y también por esos menguados espacios que aún restan de la Salamanca taurina donde se hace tertulia y ve pasar la vida. En estos momentos, es el propietario del hierro Garcigrande, ya que el otro de la 'casa', Domingo Hernández, que pasta en Traguntía, ha pasado a propiedad de su hermana, tras la repartición realizada tras la muerte del padre, el sentido y admirado Domingo. Una ganadería que conocimos en sus inicios, cuyos resultados en aquellos días no eran lo más esperado. Pero ahora, y después de mucha paciencia, trabajo, sapiencia y constancia goza de ser la más solicitada en la actualidad por parte de las principales figuras del toreo y también por parte de los empresarios para conformar parte de los festejos que se celebran en la geografía taurina; por lo que se convirtieron en las ganaderías que más lidiaron en las temporadas de 2018 y 2019: lidiando 127 reses y 123, respectivamente.



Justo, que reposa tranquilidad y es respetado por quienes lo conocemos desde hace muchos años, es de Fuenlabrada de nacimiento, pero salmantino de adopción y, además, del Atleti. Ronda los 50 años y está disfrutando de las mieles del triunfo con su gran sueño, su gran obra: la cría de toros de lidia de máximo prestigio -aún queda en la retina el indulto de 'Orgullito' por El Juli en La Maestranza de Sevilla -casi ná-, el 17 de abril de 2018-. No debemos de olvidar, para reconocer este empeño y trabajo, que es hijo también, al margen del difunto padre Domingo, de Concha Escolar -hermana del ganadero de 'duro' José Escolar, y nieto de José Escolar, un popular tratante de ganado al que conocían con el sobrenombre de Pichorrongo. 

Todo ese historial de triunfo se ha visto cortado a cuajo por la guadaña del Covid19, que obligó a suspender prácticamente todas las ferias, de la presente temporada 2020, las más y las menos importantes. En la primeras, la presencia de Garcigrande era obligada y solicitada. De esta nueva situación de crisis sanitaria, taurina y económica, el ganadero habla para NOTICIASCYL.





Justo, vaya temporada más atípica y difícil.

Está claro, ¿quién iba va a pensar hace un año que esto podría ocurrir, una pandemia de esta magnitud? Ha logrado parar el mundo y, evidentemente, a todos los sectores les ha fundido, y al sector taurino también.

¿Cómo ha sido su temporada?

Casi inédita, por desgracia. Empezamos en Ciudad Rodrigo, luego estuvimos en Olivenza el mismo día 8 de marzo y de ahí tan sólo Nîmes y Guijuelo, en esta gira de reconstrucción que han hecho de la Junta de Castilla y León para ayudar un poquillo.

¿Está faltando cooperación entre el sector taurino para superar los problemas?

Creo que no. Todo lo que no hay, por la rapidez de los acontecimientos y porque cada día cambia la normativa gubernamental, nadie se atreve a hacer nada porque han suspendido unas horas antes de darse los festejos, después de todos los gastos que acarrea el montaje y que se ha perdido. Han sucedido las cosas tan rápido que lo que no ha habido son ideas para poderlo solucionar, es imposible.



¿La clase política es clave para intentar solucionar esta crisis?

Si dependemos de la clase política, mal vamos. Han demostrado su inoperancia absoluta y esperemos que seamos capaces de solucionarlo por nosotros mismos. Hablo del sector taurino. De lo contrario, poco tenemos que hacer.



¿Qué solución encuentra usted para el sector taurino?

Que pase la pandemia, y a partir de entonces, como el pueblo español es taurino y le gustan los toros, nunca dejará que desaparezcan. A lo largo de la historia ha habido momentos de graves crisis taurinas, y de todas hemos salido, y de esto también saldremos.

¿Se le están pidiendo demasiadas renuncias y demasiados esfuerzos al sector ganadero de bravo?

Evidentemente, cuando no hay ventas, cuando no hay ingresos, todo es una ruina. No queda más remedio que aguantar como se pueda y tirar para adelante. Me imagino que no solo somos nosotros, hay muchas más familias. Lo más importante hoy en día, con la pandemia de por medio, es la salud. Y a partir de ahí ya se reconstruirá económicamente todo. Pero lo importante es que no nos afecte en salud. Vamos a intentar no contagiarnos y que la salud siga para adelante, luego llegará lo demás. Ese es el gran esfuerzo que está haciendo la sociedad, intentar no contagiarse y que no nos afecte sanitariamente.

Una ganadería de primer nivel, quizás de las que más lidie en las principales ferias en España y Francia, ¿cuántas corridas se le han quedado a usted en el campo?

Todas, prácticamente todas. Veinte, que son 120 toros, pero se necesitan muchos más para poder tener 20 corridas de toros.

Explique qué ocurre con ese ganado que se le ha quedado este año en la finca.

Hemos intentado dejar los mejores animales para este año que viene. Y eliminar, porque evidentemente en esta nueva temporada nos juntamos con lo del año pasado y con los de este mismo. Sabemos que el toro sólo puede lidiar hasta con cinco años como mucho de edad, cuando los cumple ya no se puede lidiar y hay que tomar decisiones, claro está.

¿Y tomar decisiones qué conlleva?

Eliminar es hacer con el toro exactamente lo que es un desastre para él. Me explico, el toro bravo es un animal preparado para la lucha, para morir matando, para morir luchando y no darle esa oportunidad y matarlo en el matadero, es lo más triste que le puede ocurrir al toro bravo.

Además, la carne de bravo está por los suelos.

Tiene un valor ínfimo, al igual que la carne en general, porque los precios están por los suelos. Si a eso le sumamos que estamos hablando de un toro bravo, imagínate.

¿Qué soluciones encuentra usted a la situación en general de la Fiesta?

Para este nuevo año todo depende de la pandemia, de cómo evolucione sanitariamente el mundo, el país o cada ciudad. Variará mucho respecto a este año que termina. Si la vacuna sale para adelante y funciona,

y todo vuelve a la normalidad, pues se verá la luz al final del túnel. Todo depende de la vuelta a la normalidad más que de nuestro sector.

¿Lo están llamando ya empresarios para organizar las ferias de 2021?

Todavía es muy pronto o muy prematuro. No es menos cierto que quieren hacer cosas, tienen muchas inquietudes, pero bueno, también estamos un poco esperando a ver qué pasa con los acontecimientos que vienen.

¿Justo Hérnandez es optimista?

Soy optimista en el futuro. Evidentemente muy optimista para el futuro. Pero claro, hay que aguantar hasta el momento actual. Es duro el presente y el futuro a muy corto plazo. También hay que resistir como sea y empezar otra vez, y que sea lo que Dios quiera.

Qué malo es para un ganadero y un gran aficionado como Justo Hernández una temporada sin toros.

Sí. La verdad es que el mundo no se esperaba esta situación, una temporada sin toros. Pero también es una temporada donde han muerto muchas personas, muchos familiares de mucha gente que lo llevarán toda la vida a cuestas. Esa es la gran tragedia. Por encima de que un año no haya habido toros. Los toros son una fiesta. Y el pueblo español necesita muchas cosas muy importantes también.

¿Ciertos sectores taurinos comentan que se deben ajustar los emolumentos de las figuras en esta nueva normalidad, que esperemos venga a partir de la primavera?

Creo que uno de los de los alicientes, por los que los niños quieren ser toreros, es que ha sido el único mecanismo que ha habido en España para poder cambiar su estatus social, su forma de vida. Y es el único espectáculo donde niños que han nacido en familias muy humildes, han podido llegar a lo más alto. Esa ha sido la inmensa grandeza que tiene el toreo. Nunca estaré de acuerdo en que un torero deje de poder ser multimillonario. Nunca. Creo que es la enorme virtud que tiene el toreo, que por encima de las clases sociales ha conseguido que todo el que valga y haya funcionado, y no solo ha sido en momentos de dictadura donde las clases sociales tienen mucha importancia. El torero ha sido el único espectáculo donde se ha saltado la distinción de clases, siendo lo más grande que tiene. No quiero renunciar a que esa situación social siga ocurriendo.

Uno de los últimos y casi únicos ejemplares lidiados por Garcigrande, concretamente en una novillada picada en la plaza de toros de Guijuelo, donde el utrero, debido a su excelente juego, fue premiado con la vuelta al ruedo tras cortarle las dos orejas el novillero salmantino Antonio Grande./ FALCAO