Los yacimientos fósiles de la Cuenca del Duero, situados en las provincias de Salamanca, Zamora y Soria, continúan siendo una fuente inagotable de conocimiento sobre la vida prehistórica en la región. Recientes hallazgos en esta área han desenterrado nuevos detalles sobre los vertebrados que habitaron la zona hace entre 45 y 35 millones de años.

Entre los habitantes de este antiguo ecosistema se encuentran los mamíferos y los reptiles, cuyos restos fósiles han proporcionado valiosa información sobre la evolución de las especies y las dinámicas faunísticas de la época. Especialmente relevantes son los hallazgos de tortugas y cocodrilos, cuyo estudio arroja luz sobre los grupos de reptiles que sobrevivieron a la extinción que marcó el fin del Cretácico, hace aproximadamente 66 millones de años, y la desaparición de los dinosaurios no aviares.

Los cocodrilos, en particular, han sido objeto de estudio en la Cuenca del Duero desde finales del siglo XIX. En sedimentos del Eoceno medio, datados hace unos 45 millones de años, se han identificado especímenes pertenecientes a tres grupos de cocodrilos modernos. Entre ellos se encuentran el Duerosuchus piscator, del grupo extinto de los planocraniidos, el Diplocynodon, un cocodrilo relacionado con los caimanes contemporáneos, y una forma cercana a los actuales cocodrilos del Nilo, inicialmente clasificada como perteneciente al género Asiatosuchus.

Asiatosuchus oenotriensis

Fósiles del cocodrilo

El descubrimiento de un cráneo casi completo y una mandíbula izquierda en excavaciones realizadas por el Departamento de Geología de la Universidad de Salamanca a finales de los años 80 en el Eoceno medio de Casaseca de Campeán (Zamora), ha generado gran interés en estos antiguos reptiles.

Estos especímenes, atribuidos preliminarmente al género Asiatosuchus, fueron recientemente objeto de un estudio detallado por un equipo de investigadores de la Universidad de Salamanca y del Grupo de Biología Evolutiva de la UNED. Sus conclusiones, publicadas en la revista 'The Anatomical Record', revelan la existencia de una nueva especie de cocodrilo.

El análisis de las relaciones de parentesco de estos cocodrilos primitivos con los grupos modernos confirma su estrecha relación con especies como los cocodrilos del Nilo y los cocodrilos marinos australianos. La nueva especie ha sido denominada como Asiatosuchus oenotriensis, en alusión a la comarca del sur de Zamora donde se hallaron los fósiles, conocida por su producción vinícola.

El nombre específico, "oenotriensis", significa "perteneciente a la Tierra del Vino", destacando la importancia geográfica del hallazgo. Además, se considera que esta especie está estrechamente emparentada con Asiatosuchus germanicus, una especie previamente identificada en el Eoceno medio de Alemania.