Cryosanabria continúa su campaña de forestación en este otoño de 2019. Se comenzó por los robles dentro del Proyecto Arrendajo y este mes de noviembre se han plantado acebos y castaños, cada uno en su hábitat.

Para Cryosanabria el reemplazo de bosques autóctonos en Sanabria y La Carballeda por monocultivos de árboles de crecimiento rápido como los pinos, está convirtiendo a nuestras tierras más biodiversas en desiertos verdes. Estos monocultivos además de contaminarnos nos están deshidratando. Las raíces de los pinos de repoblación son capaces de extraer grandes cantidades de agua del suelo y de sus capas freáticas.

Debido a la situación en Sanabria y La Carballeda, Cryosanabria apuesta por especies autóctonas para reducir los incendios forestales y favorecer el aumento de la biodiversidad, ya que las quercíneas, entre ellas el roble (Quercus pyrenaica) resisten mejor el avance del fuego, ayudan a extinguirlo, y, a la vez, se regeneran mejor del fuego con sus propios rebrotes.

Los bosques autóctonos son el hogar de numerosas especies de seres vivos, y garantizan con su existencia las condiciones óptimas de la vida en la Tierra, al producir oxígeno y regular el ciclo del agua. Todas las medidas que los preserven o recuperen nos benefician a toda la humanidad y son necesarias para garantizar el agua, frente a escenarios de sequías e incendios, cada vez más previsibles. Por tanto, la ampliación y recuperación de los amplios robledales, hayedos y encinares son la herramienta más eficaz para cuidar nuestro entorno natural.