La población española ha aumentado un 15,4 por ciento desde el año 2000 pero el 63,1 por ciento de los municipios y 13 provincias han perdido habitantes desde ese año, según el trigésimo séptimo número de 'Esenciales' de la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie).

Entre las 13 provincias que han visto reducida su población en estos 19 años destacan Zamora, con un descenso del 14,2 por ciento, y Ourense, con una caída del 10,4 por ciento, según refleja el estudio, que recoge cifras del Instituto Nacional de Estadística y propias.

Mientras, en el grupo de provincias que han ganado población se encuentran Guadalajara, que ha ganado un 53,8 por ciento de habitantes desde el año 2000, seguida por Almería (36,9 por ciento), Girona (34,7 por ciento), Baleares (33,5 por ciento) y Tarragona (33 por ciento). Guipúzcoa (6,7 por ciento) es la única provincia que gana población de forma ininterrumpida año tras año.

Además, de los datos se desprende que el fenómeno de la despoblación "se acentúa" y que en 2018 la mitad de las provincias españolas perdieron residentes respecto al año anterior. Los pueblos de 1.000 o menos habitantes, que representan el 61,5 por ciento del total de municipios españoles, son los que más han sufrido el desplazamiento de habitantes y actualmente concentran al 3,1 por ciento de la población.

En 2018, el 62,7 por ciento de los municipios y el 50 por ciento de las provincias perdieron población con respecto a 2017. Encabezan la lista Zamora, con un descenso del 1,6 por ciento, Ávila (-1,4 por ciento), León (-1 por ciento) y Cáceres (-0,9 por ciento) frente a Baleares, donde el número de habitantes aumentó un 1,2 por ciento, Madrid (1,1 por ciento), Santa Cruz de Tenerife (1,1 por ciento) y Girona (0,8 por ciento).

Además, los autores del documento relacionan la despoblación con el tamaño de los municipios. Así, indican que desde 2011, el número de municipios de 1.000 o menos habitantes ha aumentado hasta alcanzar los 4.995 en 2018, lo que representa el 61,5 por ciento del total de municipios españoles, el valor más alto desde el año 2000.

Asimismo, los municipios de 100 o menos habitantes aumentaron de 28 en el año 2000 a 1.360 en 2018, un 46,6 por ciento más. "La despoblación hace que crezca el número de municipios más pequeños y que, al mismo tiempo, en su conjunto, pierdan habitantes", señala el estudio.

Por otro lado, precisa que la pérdida de población en muchas provincias tiene que ver con el problema de baja natalidad y el elevado envejecimiento de España. Así, refleja que la cantidad de provincias en las que el número de defunciones supera al de nacimientos ha ido en aumento.

Los municipios de 10.000 o menos habitantes presentaron en 2017 crecimiento vegetativo negativo en 48 de las 50 provincias españolas. Zamora lidera el crecimiento vegetativo negativo por tercer año consecutivo, con 10 personas menos por cada 1.000 habitantes, situándose Ourense en el segundo lugar.

También pone de manifiesto que el índice de recambio generacional (proporción de personas de 15-19 años de edad que entrarían al mercado laboral respecto a las que se jubilarían) ha caído un 41 por ciento desde el año 2000, ya que las personas que abandonan las zonas rurales son jóvenes en edad de trabajar y reproductiva.

INSUFICIENTE IMPACTO DE LA MIGRACIÓN

El estudio también indica que la llegada de extranjeros ha "amortiguado en cierta manera" el saldo negativo de los españoles en aquellas provincias más castigadas por la despoblación. No obstante, puntualiza que esa contribución "se ha ido reduciendo" en los últimos años, pues "también los extranjeros abandonan estas provincias siguiendo el patrón marcado por la población local".

En concreto, según los datos, el porcentaje de residentes extranjeros en los municipios de 1.000 o menos habitantes sobre el total de población provincial no supera el 5 por ciento, salvo en Soria (5,6 por ciento) y Teruel (9 por ciento). "En consecuencia, el impacto del colectivo extranjero, si bien es positivo, no ha tenido la suficiente fuerza como para modificar la tendencia de despoblación que caracteriza a estas regiones", apuntan los autores.