Tras seis años agónicos de procesos judiciales, por fin, y gracias a la insistencia de la familia, se ha hecho "algo de justicia" por la muerte de Jesús Negro de Paz. El camionero portugués Andrés dos S.C.ingresa en prisión para cumplir la pena de dos años y cuatro meses de prisión impuesta por el Juzgado de lo Penal número 3 por atropellar a dos ciclistas, produciendo la muerte de uno de ellos y heridas graves al otro. En febrero de 2016, Jesús Negro de Paz, falleció atropellado por un camionero que invadió el arcén de la ronda exterior VA-30, en un accidente en el que también resultó herido Aitor Martínez. 

De esta manera, la familia de Jesús Negro logra que el homicida ingrese en prisión. "Han sido 6 años desgaste insoportable a lo que han sido sometidos por un juez y una justicia lasa, injusta y tardía", asegura Goyo Negro, hermano del fallecido a este periódico, quien lamenta que no se cumpla la condena completa, "sabe que en 6 meses el condenado estará disfrutando de los permisos penitenciarios donde solo irá a pernoctar a prisión. En menos de 1 años estará totalmente libre" 

Los hechos

Tras el primer juicio, donde el otro ciclista atropellado dejó el proceso, "después de recibir las indemnizaciones y mejoras laborales que pedía y dando un abrazo al homicida de mi hermano", recuerda Goyo. Posteriormente, la defensa del caminonero recurrió la sentencia y el juez la modificó e impuso una multa de 1.080 euros. Pues alegó que el reo no ingresara en prisión porque se daban tres supuestos: "percibe en el homicida arrepentimiento, dice que ha querido reparar el daño causado y tiene una hija de 17 años a la que pasa una manutención de 100 euros, que vive con la madre pues él está separado", recuerda el hermano del fallecido, Gregorio Negro. 

La familia de Jesús Negro, "indignada", recurrió la sentencia a la Audiencia Provincial quien tumbó los tres argumentos del anterior juez: "difícilmente puede estar arrepentido el camionero cuando no reconoció ser el responsable de los hechos, durante el juicio mintió y echó la culpa del accidente a los ciclistas. Además, no puede reparar el daño de una muerte, las indemnizaciones las pagó la asegurada y dilató hasta el infinito el proceso judicial alargando la agonía de la familia, a la que solo pidió perdón en la sala", recuerdo el hermano. La familia lo valoró como "un acto favorable para rebajar su condena". Y finalmente, "la manutención de su hija se puede pagar con el desempleo que le queda cuando ingrese en prisión".

Petición de indulto

Acabado el proceso judicial el condenado quemó su último cartucho y pidió el indulto al Gobierno. Por una parte, el juez de lo Penal número 3 redactó  un informe minucioso para que le concedan el indulto y la abogada de la defensa se centró en el abrazo y un artículo periódico del otro ciclista donde hablaba del perdón. Al otro lado el abogado de la familia, un informe de la Audiencia Provincial y una fiscalía que pasa de puntillas con un informe de línea y media donde dice que apoya el ingreso en prisión. El Consejo de Ministros le deniega el indulto y pide que ingrese en prisión.

De esta manera, el juez  requiere su presencia en los juzgados portugueses para que ingrese en prisión y el condenado no se personó. El juez dictó busca y captura. Después de un año en paradero desconocido, las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado le pusieron en disposición judicial. "Esa era la forma en que quería reparar la muerte de mi hermano", denuncia Goyo Negro.

El hermano del ciclista fallecido, valora el trabajo de juez, "como una gran chapuza y falta de rigor, donde solo se han respetado los derechos del homicida y se han marginado los del fallecido".

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