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Valladolid

Sociedad y Cultura decimonónica se entremezclan en 'Las lecturas de Zorrilla'

15 febrero, 2017 15:00

La sala de exposiciones de la Casa Revilla ha acogido esta mañana la presentación de la muestra “Las lecturas de Zorrilla” comisariada por Joaquín Díaz, un acto que ha contado por la asistencia de la concejala de Cultura y Turismo, Ana María Redondo y del comisario de la misma.

La muestra está dividida en tres partes, por tanto, correspondientes a los maestros, los contemporáneos y los que no están en el cuadro, y se complementará con textos de todos ellos, piezas de época (escritorios, quevedos, velones) y con primeras ediciones de los autores retratados.

El pintor Antonio María Esquivel retrató en 1846, momento clave para el auge y decadencia del Romanticismo, a una pléyade de hombres ilustres con la excusa de una lectura poética de José Zorrilla. Esquivel reúne aparentemente en su estudio a más de 40 artistas y literatos componiendo un cuadro al estilo de algunas escenas multitudinarias inglesas o francesas. Podría decirse que ni son todos los que están (no todos son románticos porque aparece algún maestro neoclásico como Quintana) ni están todos los que son (porque faltan inexplicablemente algunos escritores muy famosos ya en la época, como Martínez Villergas, Modesto Lafuente o Wenceslao Ayguals). Zorrilla está leyendo, de pie, en el centro del estudio del pintor.

De la escena podrían deducirse varias preguntas: ¿la escena responde a un hecho real? ¿es posible reunir a tantos amigos y enemigos en una sola sesión? ¿qué lee Zorrilla? ¿qué influencias le fueron sugiriendo desde su infancia los temas y argumentos para sus poesías y obras dramáticas?

Por último, para el cierre de la exposición, habrá dos conferencias, los días 28 y 29 de marzo, a cargo de Salvador García Castañeda -catedrático de la Universidad de Ohio y especialista en la obra de Zorrilla- y de Javier Barón -Jefe del Área de conservación de pintura del siglo XIX en el Museo del Prado, quienes hablarán del cuadro de Esquivel y de su época.

“Zorrilla leyendo en el estudio de Esquivel”

“Zorrilla leyendo en el estudio de Esquivel” es un ejemplo de la íntima relación entre los literatos y los artistas que frecuentaban los salones particulares, ateneos, liceos y otras sociedades en aquella época. Frecuentar un salón era como pertenecer a una academia, haber alcanzado el triunfo social y entrar en el grupo de los elegidos. En aquellas tertulias se formó un nuevo tipo de intelectual muy distante del de los años 30.

Buena parte de los retratados por Esquivel hicieron gran carrera política; algunos eran aristócratas y otros, muchachos provincianos, muchos de ellos de humilde origen y escasos recursos, como los protagonistas de las novelas de Balzac, o el Pedro Sánchez, de Pereda. Llegaban a Madrid a buscarse la vida, escribían en los periódicos, cambiaban de orientación política cuando era necesario e iban alcanzando los puestos más salientes tras las vicisitudes propias de la vida política como los pronunciamientos y las revoluciones, la emigración, la cárcel y el exilio.

Los menos afortunados vivieron de las sinecuras y empleos de la pródiga administración española. Muchos pertenecieron a la Real Academia Española, o a otras academias, y la gran mayoría murieron en Madrid.

Pero no todos los que están en la primera línea de este cuadro tienen la misma categoría literaria ni parecen tan importantes como fueron en su tiempo. Esquivel no los agrupó según sus talentos; a veces están cercanos por amistad personal o por colaborar juntos como hicieron Hartzenbusch, Bretón, Doncel y Valladares.

Semejantes a las obras pictóricas fueron las literarias que tuvieron carácter de “galerías de hombres ilustres”, como Juicio crítico de los principales  poetas españoles de la última era (1840), de Eugenio de Ochoa, Teatro Nuevo (Las ferias de Madrid) (1845), de Antonio Neira de Mosquera, quien “retrata a nuestros poetas y escritores del momento de forma breve, punzante y, por lo general, burlesca, ahí muestra un Parnaso o nómina de escritores que poco tienen de olímpicos y su imagen se relaciona con la de otras sátiras que se dieron en Europa durante el siglo XIX, y la Galería de la literatura española (1846), de Antonio Ferrer del Río. Obras todas ellas de carácter panorámico como el Livre des cent-et-un, Les français peints par eux memes, y Los españoles pintados por sí mismos.

La Galería de Ferrer del Rio incluía sesenta y dos escritores, de los cuales treinta estaban entre los cuarenta y tres pintados por Esquivel. Su cuadro, al igual que la Galería, “establecía un canon de poder contemporáneo y pretendía fijar para el futuro una realidad cultural que dejaba fuera a otros y limitaba el campo literario del siglo XIX”, según Joaquín Álvarez Barrientos.

La exposición podrá visitarse hasta el 2 de abril de 2017, siendo la entrada libre.