Lucía Sánchez / ICAL



Soria ha desenterrado su muralla histórica y recupera así parte de su pasado medieval. Desde el barrio de San Pedro, el Mirón, la carretera de Almajano o el puente de Piedra, que sirve para dar la bienvenida a la ciudad a aquellos que arriban del norte y este de España, es visible un tramo de paño de alrededor de dos kilómetros que realza la belleza del río Duero y hablan de una Soria histórica que tenía, hasta hace poco, enterrado su pasado con toneladas de tierra.

La intervención es previsible que acabe a finales de año. Fecha en la que visitantes y sorianos podrán recorrer este tramo de muralla por dentro y por fuera, contar con una nueva visión del río Duero e incluso observar una parte de la torre que flanqueaba el recinto.

El director del proyecto y arquitecto de la obra, Fernando Cobos, explica a Ical que en la primera fase, ya que tras la intervención en el Duero se descubrirá la muralla en la parte del Castillo, se encuentra en la “recta final”. Resta intervenir en el paño de muralla que va a parar al puente, lugar donde saldrá a la superficie media torre del recinto. El tramo afectado por la primera actuación está datado en finales del siglo XIII y principios del XIV.

Cobos cuenta que la muralla estaba enterrada más de dos metros y por ello se retiraron las piedras que impedían que saliera el agua del paño y, después, se procedió, a su recuperación. “Hemos bajado el suelo dos metros y medio más bajo. No hemos podido bajar más y recuperar más paño porque el agua del río Duero está embalsada y la cota del embalse está muy alta, en concreto, 40 centímetros más alta que las salidas de agua de la muralla, por lo que el Duero hace daño a la muralla y también al monasterio de San Juan de Duero. Al estar tan alto, la vegetación de ribera, por lo tanto, está pegada a la muralla. No podemos recuperar la muralla entera porque estaríamos por debajo de la cota del río”.

La obra ha consistido en recuperar la muralla original, que, según el arquitecto, cuenta con las cotas de desagüe originales y rematarla en su parte superior.

Fernando Cobos explica que el hecho de que la vegetación de ribera hubiera subido tanto hizo que muchos de los árboles que estaba, incluso plantados encima del paño, estuvieran podridos e inclinados hacia el río. Al bajar el suelo hubo que retirarlos pero, el arquitecto, determinó que esta vegetación no eran árboles históricos.

El arquitecto señala que Soria cuenta ya con otra fotografía del Duero y las obras darán otra imagen a la ciudad, ya que el patrimonio estaba enterrado y lleno de maleza.



Segunda intervención

En una segunda intervención, el Ayuntamiento iluminará el paño del recinto entre el puente de Piedra y el Mirón. La intención del Ayuntamiento de Soria es darle continuidad con una segunda fase en la zona del Castillo para lo cual cuenta ya con financiación comprometida de otros dos millones. El Consistorio promueve las obras con cargo al Programa del 1,5% Cultural del Ministerio de Fomento, y la inversión de la primera fase se eleva a cerca de un millón de euros.

El redactor del proyecto recuerda que el objetivo de este proyecto es que la margen del Duero que inspiró a Gerardo Diego pueda lucir con tanto esplendor como la ‘orilla más Machadiana’. “Queremos que tanto la muralla del río como la de la zona del Castillo sean equivalentes y que las dos vistas sean bonitas y narren la historia de Soria”.

Respecto a la recuperación del paño en la zona del Castillo precisa que el objetivo es convertir a la zona en un “parque científico y arqueológico. Para ello, se hará visitable y se producirá una iluminación ornamental para las noches. El parque de El Castillo se encontraba completamente amurallado en el límite sur de la muralla.

Fernando Cobos asegura que, en este caso, también hay que excavar por dentro la muralla, para sacarla a flote, y habrá que retirar maleza y algunos árboles “muy modernos que corresponden a la repoblación de pinos que realizaba Icona".

Por último, Fernando Cobos resalta que Soria recupera el frente de su entrada por Zaragoza que estaba “de falta de cariño”, y garantiza que se conservará toda la vegetación histórica, ya que el plan director de la muralla contempla un plan de paisaje, es decir, que “no es una acción que vaya en contra del medio ambiente”.