Pocos días hay en el calendario de Lumbrales que se vivan con tanto orgullo como el de San Isidro. Este jueves, 15 de mayo, el recinto ferial ha vuelto a ser lo que siempre fue: punto de encuentro para los ganaderos, escaparate del mundo rural y símbolo de una tradición que, pese a los obstáculos, se niega a desaparecer.
Y lo ha hecho con cifras que devuelven la esperanza: cerca de 200 animales y cientos de personas recorriendo de nuevo los pasillos entre corrales, como se hacía antes.
Desde primera hora, el movimiento era continuo. Ganado entrando, vecinos asomándose, móviles inmortalizándolo todo y conversaciones que hablaban de razas, precios, esfuerzo y también de orgullo. Porque esta edición no era una más: era una oportunidad para recuperar el esplendor perdido, para demostrar que, con voluntad, el campo puede y quiere seguir siendo protagonista.
En total, se han contabilizado cabezas de vacuno, ovejas, caballos y varios burros, repartidos en más de una treintena de corrales y amarres, perfectamente organizados. A esto se sumaban las habituales muestras de maquinaria agrícola, que han captado tanto la atención de los profesionales como la curiosidad de los más jóvenes. Muchos de ellos han visto hoy por primera vez lo que es una feria de ganado de verdad.
A lo largo de la mañana, el ambiente ha sido el de una fiesta que se siente más que se celebra. Lumbrales ha vuelto a latir al ritmo de su campo. Agricultores, ganaderos, familias enteras y profesionales del sector han llenado cada rincón del recinto.
Feria Ganadera y Maquinaria Agrícola 'San Isidro' 2025
La feria más completa en años
El evento, además de numeroso, también estuvo equilibrado: vacuno, caballar, ovino… todos con representación suficiente como para hacer sentir que la feria está “viva”.
Eso, en los tiempos que corren, no es poco, comentan. Porque las normativas, las limitaciones sanitarias y los papeleos siguen siendo un muro diario para muchos ganaderos.
Feria Ganadera y Maquinaria Agrícola 'San Isidro' 2025
Entre pelotas, tractores y ovejas con humor
El programa no se queda solo en el recinto ganadero. A media tarde, el frontón municipal acogerá un partido de pelota mano de alto nivel, con pelotaris vascos que han convertido el deporte rural en espectáculo.
Y para cerrar el día, la compañía de teatro Kamarú pondrá en marcha un pasacalles con nombre y acento local: Con beee de oveja, un guiño divertido para poner el broche con humor y cercanía a una jornada que, más que una feria, ha sido un reencuentro.