Los familiares de la cooperante salmantina de Médicos sin Fronteras, María Hernández Matas, asesinada el pasado mes de junio en Etiopía, han instado hoy al Gobierno, al Ministerio de Asuntos Exteriores y a la Fiscalía General del Estado a que investiguen este brutal asesinato, al que definieron como "un acto de terrorismo", con el fin de que no vuelva a repetirse el asesinato de un cooperante español durante el ejercicio de su labor humanitaria. La cooperante, de 35 años de edad y natural de la localidad salmantina de Sanchotello, fue homenajeada esta mañana con la concesión de la Medalla al Mérito Profesional de Castilla y León, que fue entregada a su madre Francisca, visiblemente emocionada, por el vicepresidente, consejero de Transparencia, Ordenación del Territorio y Acción Exterior y portavoz de la Junta, Francisco Igea, en el trancurso de un emotivo acto celebrado en la Delegación Terrritorial de Salamanca.

Igea se dirigió entre lágrimas a la madre de la cooperante salmantina para destacar su valor y su aportación al desarrollo de los territorios más desfavorecidos: "Hoy hay miles de madres que disfrutan de sus hijos gracias a ella”, le agradeció. "No se puede explicar el dolor de la pérdida de un hijo. Me cuesta explicar por qué estamos hoy aquí. Esto igual es una vuelta más de taladro en algo que es muy difícil”, reiteró Igea, recordando que su propio hija es cooperante y, por ello, puede “entender muy bien” el dolor de la madre de María Hernández Matas. Además, recalcó que María Hernández Matas "quiso dedicar su vida a mejorar la de los demás", poniendo "su tiempo y sus conocimientos a defender a los más débiles en las peores condiciones, arriesgando su vida cada día de los últimos años".

El vicepresidente tuvo que pedir disculpas al auditorio porque la emoción dificultó en algunos momentos sus palabras. “Siempre les digo a mis hijos que tienen la suerte de vivir en el diez por ciento más rico del mundo. Hay muy poca gente que se dé cuenta de eso. Es esa gente, como María, la que hace que el mundo cambie, que el mundo progrese. María es de aquí, es de los nuestros, pero la reconocemos porque es la bondad universal. Ella se dio cuenta de que vive en el mundo, vive rodeada de dolor, de miseria, y puede hacer que las cosas cambien”, enfatizó el consejero.

Además, el vicepresidente de la Junta afirmó que esperaba que "esto sirva para que pongamos en valor ese trabajo y caigamos en algo que nos ha traído el virus con gran violencia: la globalización es una realidad. Vivimos en un mundo global y el sufrimiento y la desesperación de la gente en Etiopía, Siria, el Congo, o cualquiera de los países en los que María estuvo, va a llegar hasta aquí, ya sea cruzando el desierto o el Atlántico en una lancha, si nosotros no vamos a su encuentro”, advirtió Igea, quien concluyó aseverando que “se pueden hacer pocas cosas más útiles que lo que hizo María por los demás”.

Una mujer valiente

El acto comenzó con la reproducción de un emotivo vídeo que reflejaba las tareas humanitarias que María Hernández Matas desarrolló lo largo de su vida en los países en vías de desarrollo. A continuación, el director general de Acción Exterior de la Junta de Castilla y León dio lectura del acuerdo por el que el ente autonómico decidió otorgar la Medalla al Mérito Profesional a María Hernández Matas, fechado el 20 de julio de 2021, y por el que reconoce su “trabajo por la paz”, como “mujer valiente con un compromiso profundo y honesto por el trabajo voluntario”. Su intenso periplo humanitario por el mundo le llevó a naciones tan diversas como la República Centroafricana, Yemen, México, Sudán del Sur y Nigeria. 

Nacida en la salmantina localidad de Sanchotello, María Hernández Matas murió en Tigray (Etiopía) el 24 de junio de 2021 junto a dos compañeros que trabajaban con ella en la organización Médicos Sin Fronteras. “María, a través de sus valores personales, siempre al servicio de los más vulnerables en países inmersos en grandes crisis, demostró un trabajo, compromiso y sacrificio que esperamos sirvan de ejemplo para todos los trabajadores humanitarios”, explica el acuerdo reproducido hoy. “Con esta medalla se quiere reconocer su relevancia profesional y personal y su contribución a los valores y derechos que el Estatuto de Autonomía de Castilla y León reconoce y protege”.

Tras la entrega de la medalla por parte de Francisco Igea a su madre, Francisca, algunos de los familiares de María Hernández Matas quisieron tomar la palabra para agradecer el reconocimiento y poner en valor sus mayores virtudes, como su "inteligencia, generosidad y la alegría de vivir que contagiaba a los demás”, así como su "perseverancia para lograr todo aquello que se proponía".

Un acto de terrorismo

La primera familiar que hizo uso de la palabra durante el acto, aprovechó la representación institucional presente, incluida la subdelegada del Gobierno en Salamanca, Encarnación Pérez, para reclamar al Ejecutivo central y en concreto al Ministerio de Asuntos Exteriores, que investiguen “este acto de terrorismo" para que “gente como María se sienta protegida” y, así, su muerte “sea la última en ocurrir”. “El dolor que sentimos por su pérdida a los 35 años recién cumplidos no podemos soportarlo. Solo esperamos que haya personas que quieran imitarla”, valoró su familiar. 

A continuación tomó la palabra otra persona de su familia para trasladar algunas palabras que la propia María les hizo llegar a través de una carta, tras su primera misión de voluntariado en la India, allá por el año 2007. “Cuando piensas en hacer un voluntariado, miles de ideas vienen a tu cabeza, pero al final se resumen en una: quiero hacer algo. Quiero conocer otra realidad, ver ese otro mundo con mis propios ojos. ¿Qué he hecho para haber nacido en la parte rica del mundo? En cierta manera, me siento en deuda con la otra parte y tengo la necesidad de dar algo. Esta es una vida sencilla, pero que me hace sentir tremendamente feliz. Tengo la sensación de que si hay alguien que ha recibido algo he sido yo. Cada uno de nosotros, en nuestro trabajo, en nuestra pequeña vida, podemos cambiar las cosas”, rezaba la misiva escrita por la cooperante salmantina.

En último término, una tercera persona de su familia tomó la palabra para dirigirse a ella directamente con un sentido discurso que sobrecogió a los presentes. “Querida Mari, desde que te fuiste nada es igual. No habrá explicación que nos haga comprender lo que ha pasado. Ponías a los demás como prioridad, renunciando a una vida fácil por un mundo desconocido e ignorado por una gran mayoría... El mundo, ahora, es un poco peor. Nos has dejado un gran vacío, pero las manos llenas de amor y lecciones de vida. No dejaremos de hablar de ti a cuantos nos rodean”, concluyó la joven, visiblemente emocionada. También pidió a la Fiscalía General del Estado que no abandone la investigación sobre los hechos que rodearon el asesinato de la joven cooperante salmantina.

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