La incansable cruzada contra la mortífera pandemia del coronavirus cuenta con varios frentes abiertos. Los vacunódromos que han trabajado sin descansar en los últimos meses en las grandes ciudades y capitales de provincia están cediendo el testigo a nuevas vías de lucha contra el SARS-CoV-2, basadas en estrategias que no quieren circunscribirse únicamente a las vacunaciones masivas de la población. En las últimas semanas está resonando con fuerza entre la comunidad científica internacional un nombre que está despertando muchas ilusiones y esperanzadoras sensaciones. Se trata del Molnupiravir.

¿Y qué es el Molnupiravir? Se trata de un profármaco antiviral, de pequeño peso molecular, también conocido como EIDD-2801 y MK-4482, que fue desarrollado en la Universidad de Emory (Estados Unidos) por la spin-off farmacéutica Drug Innovation Ventures at Emory (DRIVE). Su nombre está inspirado en Mjölnir, el poderoso martillo de Thor, porque la idea es que el fármaco golpee al virus SARS-CoV-2 con la enérgica fuerza con que lo haría la temible arma del Dios del trueno. Así lo describe uno de los investigadores que está siguiendo con especial atención el rastro de este novedoso antiviral, como es el prestigioso catedrático de Microbiología de la Universidad de Salamanca, Raúl Rivas González. "De momento -relata el profesor Raúl Rivas en un artículo que ha publicado en 'The Conversation'- ha demostrado su potencial para tratar infecciones causadas por múltiples virus de ARN, incluidos el virus de la gripe, diversos alfavirus encefalíticos como los virus de la encefalitis equina venezolana, oriental y occidental, y también coronavirus altamente patógenos".

El Molnupiravir es un compuesto que actúa haciéndose pasar por un componente básico del ARN del virus. Una vez administrado, en el cuerpo se transforma en un ribonucleósido engañoso que la enzima polimerasa del virus incorpora involuntariamente en nuevas hebras de ARN viral en lugar de la citidina, con resultado letal para el virus. Es decir, se produce un volumen de mutaciones en el ARN del virus, que supera el umbral compatible con la supervivencia del mismo. De esta forma, el aumento de la tasa de mutaciones va más allá del umbral biológicamente tolerable y da como resultado un deterioro de la aptitud viral y conduce a la extinción del virus.

Raúl Rivas señala, en declaraciones a este diario, que este tipo de antivirales "constituyen un complemento fundamental de las vacunas, ya que atacan directamente al virus". Las vacunas "son muy importantes, pero solo se centran en la prevención, y necesitamos también antivirales para luchar contra el virus, que sean capaces de eliminarlo en sus primeros estadíos. Las vacunas son fundamentales, pero los antivirales son también importantísimos". Por desgracia, explica Raúl Rivas, hay pocos antivirales y los existentes están especialmente concentrados en dos objetivos específicos: el VIH y el virus de la hepatitis C.

Revisión

¿Cuándo veremos el Molnupiravir en el mercado farmacéutico?. Hay que tener en cuenta que actualmente existe, como consecuencia de la pandemia, una situación de emergencia de salud pública que condiciona el mercado farmacéutico y en estos momentos, tal como explica el catedrático de Microbiología de la USAL, la compañía Merck planea solicitar lo antes posible la autorización de emergencia de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) por lo que, si no hay imprevistos, el fármaco podría estar autorizado antes de que finalice el año. El coste aproximado del tratamiento puede estar en torno a los 700 dólares. Además, recientemente este antiviral ha sido enviado a la Agencia Europea del Medicamento (EMA) para su revisión. "Yo calculo que podría estar autorizado en mes y medio, para antes de final de año", apunta Raúl Rivas.

Hay que tener en cuenta que la autorización de un fármaco precisa de diferentes fases con pruebas y ensayos de todo tipo. Así, en la fase dos se ha comprobado en adultos no hospitalizados con COVID-19 que este antiviral reduce un 50 % el riesgo de hospitalización o muerte. En la fase tres se ha aplicado en pacientes no vacunados de alto riesgo, como personas mayores o personas con enfermerdades cardíacas o hepatitis, por lo que se ha pensado que en principio el medicamento solo se destinaría a estas personas. Y todavía hay una cuarta fase de farmacovigilancia, como sucede con las vacunas, donde se estudian los posibles efectos adversos.

Vía oral

Raúl Rivas señala que el Molnupiravir, si finalmente es autorizado y supera todos los ensayos y fases, se administrará "vía oral en forma de pastillas". Es posible que estas pastillas no se puedan adquirir finalmente en las farmacias y que este antivial solo sea de uso hospitalario. "Las pastillas deben administrarse lo más pronto posible, a las 24 o las 48 horas desde que la persona se ha infectado con el virus", detalla Raúl Rivas. "Estamos hablando de un antiviral que sería una herramienta complementaria de las vacunas muy importante". Raúl Rivas cree que el Molnupiravir no será de uso exclusivo solo para las personas que no se pueden vacunar, sino también para personas ya vacunadas pero que se han contagiado del virus pese a haber recibido el suero. Por lo tanto, la administración de las pastillas lo más pronto posible resulta fundamental.

A la espera de que se produzca la autorización definitiva por la FDA norteamericana y la Agencia Europea del Medicamento, Raúl Rivas considera que resulta fundamental informar a los ciudadanos de la importancia de antivirales de estas características en la lucha contra el COVID-19. "Los cientificos, los investigadores y también los periodistas tienen el deber moral y ético de informar sobre estos descubrimientos, así se evitaría la desiformación y las fake news", concluye el profesor Raúl Rivas.

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