Nadie pone en duda que la riqueza patrimonial, histórica y natural que atesora cada rincón de la provincia de Salamanca es un valor añadido a otras muchas bondades de una tierra amable y hospitalaria. Muchos de estos municipios han sabido, a lo largo de los tiempos, transmitir su patrimonio y su historia hasta convertirlos en emblemas singulares que ofrecen valor turístico de alta calidad a la provincia salmantina. Son quince municipios, cada uno distinto y todos de una belleza variopinta que los diferencia y convierte en atractivos turísticos de primer nivel: La Alberca, Alba de Tormes, Béjar, Candelario, Ciudad Rodrigo, Ledesma, Miranda del Castañar, Mogarraz, Montemayor del Río, Peñaranda de Bracamonte, Puente del Congosto, San Felices de los Gallegos, San Martín del Castañar, Sequeros y Villanueva del Conde. Sigue nuestro andar por la provincia.

LA ALBERCA, primer pueblo español declarado Conjunto Histórico en 1940



Plaza Mayor de La Alberca, con el crucero y su arquitectura serrana tradicional./ FALCAO

Comenzamos esta andadura por los Conjuntos Histórico Artísticos de la provincia de Salamanca en la Sierra de Francia, uno de los destinos que no puede perderse el turista. Sus valores naturales y culturales la han convertido en uno de los lugares más afamados. Además de que gran parte de su territorio coincide con el Parque Natural de Las Batuecas-Sierra de Francia y la Reserva de la Biosfera, sus pueblos conservan un encanto al que no puede resistirse quien lo visita, como es La Alberca, una de las más bellas localidades de la Sierra de Francia y primer pueblo español declarado Conjunto Histórico en 1940.

Extensos robledales y variados frutales rodean el caserío de La Alberca, bajo la protección de la emblemática Peña de Francia y de su Virgen morena. Su arquitectura tradicional de entramado serrano proyecta las casas hacia el cielo, conservando escudos e inscripciones de recuerdo medieval. La moza de ánimas canta sus oraciones al anochecer con el sonido de su esquila de fondo; mientras, el marrano de San Antón corretea por las empedradas calles en torno a la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción.

Las fiestas se hacen únicas e irrepetibles, con autos sacramentales como La Loa, que acompaña al Ofertorio en agosto; el Corpus, o el Día del Trago o del Pendón. Excusas idóneas para visitar la localidad y disfrutar de la tradición, contemplando la extraordinaria joyería e indumentaria festiva que adorna a los mozos y mozas, como también de una variada gastronomía de alta calidad. El alto del Portillo permite descubrir el mágico valle de Las Batuecas: robles, madroños, antiguas ermitas y el monasterio del Desierto de S. José invitan a perderse y abstraerse, como el dicho “estar en Las Batuecas".

IMÁGENES DE LA ALBERCA

MIRANDA DEL CASTAÑAR, ciudad histórica

Típico rincón de Miranda del Castañar, con su arquitectura tradicional y escudos nobiliarios./ FALCAO

Miranda del Castañar se levanta sobre un promontorio rocoso, en pleno corazón de la Sierra de Francia. Sólidas murallas circunvalan la localidad, en la que sobresalen las solemnes torres del Homenaje de su castillo y la de las Campanas, contigua pero separada de la iglesia parroquial. La antigua plaza de armas de la fortaleza, trasformada en tiempo de festejos en coso taurino, y la antigua alhóndiga conducen al interior de la villa a través de la puerta de San Ginés. Un paseo por la calle Derecha permite descubrir casas con escudos nobiliarios como la del Escribano, Los Tejeda, las Carnicerías o la propia Cárcel. Al final de la calle se puede salir de la muralla por la puerta del Postigo, recorriendo la cerca por su muro exterior. Puertas, callejuelas y pasadizos trasladan al paseante al pasado, recordándole otras culturas de estos parajes, como la árabe o la judaica. Son recomendables los paseos a las fuentes, humilladeros y ermitas, como la de la Virgen de la Cuesta, que protagoniza la fiesta local en el mes de septiembre y la mágica Procesión de los Candiles, declarada de interés turístico regional.

IMÁGENES DE MIRANDA DEL CASTAÑAR

MOGARRAZ, una villa de tradiciones

Ofertorio de la Virgen de las Nieves con los ricos trajes tradicionales en medio de la arquitectura serrana

Entre tupidos bosques de robles se levanta la villa de Mogarraz, una de las localidades de la Sierra de Francia que mejor ha sabido mantener sus tradiciones. Una forma de conocerla es adentrarse sin rumbo fijo por sus calles y rincones, que le han servido el título de Conjunto Histórico. Es la forma de descubrir una bella arquitectura de entramado y originales dinteles, muchos de ellos grabados con alusiones religiosas. En el recorrido de las calles puede escucharse el rumor cercano de alguna fuente o el seductor aroma de las bodegas caseras; atravesarse pasadizos y callejuelas empinadas; descubrir insólitos cruceros y escudos de viejos linajes o de la temida Inquisición, o admirar los grabados de Florencio Maíllo en las fachadas de las casas. 

Debe hacerse una parada en la ermita del Humilladero y en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de las Nieves. Allí, a la sombra del campanario, se celebra en agosto el Ofertorio a Nuestra Señora, entre el bullicio de la fiesta y el hondo sentir religioso de las gentes. Es una ocasión única para admirar las ricas indumentarias y joyerías serranas que abandonan por unos días el resguardo de arcas y baúles. Y si lo que se busca es disfrutar de la naturaleza en estado puro, una buena opción es el Camino del Agua, que une las poblaciones de Mogarraz y Monforte. El paseo se ha enriquecido con seis intervenciones escultóricas que ya forman parte del paisaje. Se trata de una ocasión para disfrutar y conocer la fauna y flora del Parque de Las Batuecas.

IMÁGENES DE MOGARRAZ

SAN MARTÍN DEL CASTAÑAR, una villa medieval

Un lugar idílico de paseo y descanso con el puente que da paso al parque./ FALCAO

El nombre del pueblo hace referencia a tiempos de repoblación de gascones que en época medieval llegaron hasta la Sierra de Francia. De aquellos tiempos perduran nombres, topónimos y advocaciones en los pueblos de la comarca. Rodeado de tupidos arbolados y fértiles huertos, sus tejados apretados cubren el caserío, del que sobresale la espadaña de la iglesia y la figura recortada de la que fue airosa torre del homenaje del castillo. Es un patrimonio que se disfruta paseando por sus calles. No en vano, San Martín del Castañar fue declarado Conjunto Histórico. El recorrido puede partir desde la fuente del concejo y el portalón, que permite descubrir interesantes ejemplos de la arquitectura tradicional de entramado serrano, antiguas casas blasonadas y la iglesia con precioso artesonado mudéjar. Un poco más adelante se encuentra la antigua plaza de toros, que ocupa la que fue plaza de armas del castillo, hoy en día Centro de Interpretación de la Reserva de la Biosfera de las Sierras de Béjar y Francia. En el otro extremo del pueblo se halla otro de los rincones más sugerentes de San Martín de Castañar, un idílico lugar de paseo y descanso, donde a través del puente se accede al parque, con lápidas romanas, restos de calzada y viejas ermitas.

IMÁGENES DE SAN MARTIN DEL CASTAÑAR

SEQUEROS, capitalidad comarcal en el s.XIX



Una arquitectura que conserva la identidad serrana

Acercarse hasta Sequeros y contemplar la Sierra de Béjar y de Candelario desde el mirador de la Cruz bien justifican la visita a este municipio, declarado Conjunto Histórico. Sobre un relieve intrincado y rodeado de frondosos bosques, Sequeros ocupa un espacio central en la Sierra de Francia que le llevó a ostentar la capitalidad comarcal en el siglo XIX. Este acontecimiento cambió su forma de vivir, como se manifiesta en el teatro del Liceo, hoy convertido en centro cultural León Felipe en homenaje al poeta zamorano que vivió aquí durante su niñez. Por suerte esta circunstancia no impidió que siguiera conservando unas señas de identidad serranas, entre ellas una arquitectura tradicional bien conservada, con balconadas mirando al sol, y fachadas y dinteles de granito. Rincones, plazuelas y calles enteras parecen haberse detenido para solaz de viajeros y paseantes.

Recorrer su ruta urbana señalizada permite al turista descubrir los rincones más singulares de este municipio. Esta ruta se organiza en torno a un itinerario principal y dos complementarios. El primero se inicia en la plaza del Altozano y nos presenta algunos de los espacios más destacados de la localidad, como el teatro o la torre del Concejo con forma de atalaya y evidentes aires defensivos. Enfrente, la iglesia y a su lado la plaza de Eloy Bullón, lugares en los que se percibe el peso y el paso de la historia. El paseo permite descubrir también su doble realidad: la del mundo tradicional, más bien rural, y otra más moderna, cuando a partir de 1834 Sequeros se convirtió en centro administrativo de la comarca. A derecha y a izquierda del conjunto histórico se hallan los dos recorridos complementarios, el denominado la ruta del Barrero, que culmina en el mirador de la Cruz, y el de la ruta del Robledo, que recibe el nombre del santuario en el que reposan los restos de la visionaria Moza Santa, junto a los de Simón Roland, personajes vinculados a la aparición de la Virgen de la Peña de Francia, patrona de la comarca. Se trata de un itinerario lleno de sugerencias y de microhistorias, fácil de seguir, y al que el viajero puede incorporarse en cualquier punto.

IMÁGENES DE SEQUEROS

VILLANUEVA DEL CONDE. recinto amurallado en una gran manzana



Llama la atención la gran manzana que forman las casas y edificaciones



En plena Sierra de Francia, y sobre una ladera que mira al mediodía, se levanta la villa de Villanueva del Conde, que forma parte de los municipios salmantinos que gozan de la declaración como Conjunto Histórico. Vista desde lo alto, llama la atención la gran manzana que forman las casas y edificaciones, un recinto amurallado perfectamente cerrado con un considerable espacio interior, las llamadas “huertitas”. Resulta un divertido juego recorrer los pasajes y callejinas para acceder a esta zona de huertas. A quien le guste pasear, no puede dejar de hacer el Camino de los Prodigios, que une el pueblo con Miranda del Castañar entre madroños, robles y obras de arte.

IMÁGENES DE VILLANUEVA DEL CONDE

Seguimos nuestra andadura por otro territorio de indudable belleza y atractivo natural, arquitectónico y cultural, la Sierra de Béjar. Esta comarca representa el techo de la geografía salmantina. De hecho, es muy frecuente observar casi todo el año las laderas de sus cumbres nevadas en el único paisaje glaciar de la provincia de Salamanca. Esta naturaleza privilegiada le ha merecido ser declarada, junto con la Sierra de Francia, Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Espacios de enorme belleza que pueden conocerse, también, practicando senderismo, bicicleta de montaña, escalando o, en general, en contacto con la misma naturaleza. Y si te gusta el esquí, acércate a la estación de Sierra de Béjar-La Covatilla.

BÉJAR, la ciudad textil que rezuma tradición

La arraigada tradición de los Hombres de Musgo en la celebración del Corpus de Béjar./ FALCAO

La ciudad de Béjar, declarada Conjunto Histórico, recuerda su pasado medieval con la muralla defensiva y la arraigada tradición de los Hombres de Musgo. Su esplendor pasado como centro de fabricación de paños le ha valido el título de ciudad textil. Una airosa muralla medieval protege el espolón rocoso en el que se levanta la ciudad de Béjar. Sus flancos los riegan arroyos y ríos, como el del Cuerpo de Hombre, que arrastran aguas claras desde las nevadas cumbres de la sierra. En el casco antiguo destacan pequeñas plazas, interesantes iglesias románicas o al majestuoso Palacio de los Duques de Béjar, que cuenta con una singular cámara oscura en una de sus torres. En el paseo urbano se encuentran también el Museo Judío David Melul y el del afamado escultor Mateo Hernández. Se puede continuar hacia el convento de San Francisco o hasta el sobrio Ayuntamiento de la ciudad.

Para disfrutar de la naturaleza se puede subir al Castañar, con el santuario que cobija su patrona, o visitar La Ancianita, según afirman algunos, la plaza de toros más antigua de España. También merece una visita el jardín renacentista de El Bosque, que esconde estanques, paseos, arboledas, terrazas y fuentes. La ruta de las fábricas textiles adentra al visitante en la antigua tradición industrial de la villa ducal. Entornos de enorme belleza que pueden conocerse, también, practicando senderismo, bicicleta, escalando o, en general, con cualquier práctica deportiva de montaña. Si lo que se busca son sensaciones blancas, en Salamanca también encontrará satisfacción en la estación de esquí Sierra de Béjar-La Covatilla, a 80 kilómetros de la capital, en las inmediaciones de Béjar y Candelario. Abierta en 2001, es la estación más meridional del Sistema Central y su orientación norte le permite extender la temporada hasta finales de abril. De hecho, entre los aficionados está considerada una de las mejores nieves de primavera del país. Toda una oferta complementaria de instalaciones, material de alquiler, escuela de esquí, cafetería, terrazas, restaurante, áreas infantiles y familiares satisfacen las necesidades y apetencias de los aficionados.

IMÁGENES DE BÉJAR

CANDELARIO, una villa colgada de las laderas

Candelario, una villa colgada de las laderas, a menudo nevadas



Las condiciones climáticas y culturales de la comarca han dado origen a una arquitectura popular peculiar, que encuentra su máxima expresión en Candelario, declarado Conjunto Histórico. El paseo por esta villa colgada de las laderas, a menudo nevadas, de la sierra permite contemplar las casas-fábrica chacineras con su “batipuerta”. Conjuntos de casas blancas se apiñan a lo largo de las empinadas calles, en las que llaman la atención las regaderas, esas acequias urbanas por donde discurre el agua proveniente de neveros y manantiales. El pueblo puede presumir de tradición chacinera que se remonta varios siglos cuando estas gentes transportaban sus ricos manjares a lomos de caballerías hasta la corte. De hecho, en Candelario tuvo su origen la famosa frase "atar los perros con longaniza", para dar a entender abundancia o riqueza. En la entrada de las casas destaca la batipuerta, medio portón hecho de madera que evitaba la entrada de animales o nieve a la vivienda. Otros elementos de la casa-fábrica son la habitación de la matanza y el enorme sobrao, donde se curaban los productos al amparo del humo. Una visita teatralizada al museo de la Casa Chacinera permite conocer esta forma de vida. El entorno natural proporciona muy variadas posibilidades: senderismo, paseos a caballo, esquí, bicicleta o las emociones de los deportes de montaña.

IMÁGENES DE CANDELARIO

MONTEMAYOR DEL RÍO, guardián de paso de calzadas y cañadas

El castillo de la villa, uno de los más bellos de toda Salamanca./ FALCAO

Su situación estratégica, junto a las principales vías de comunicación –la Calzada y la Cañada ganadera de la Plata-, hizo de esta villa el guardián del paso entre los reinos de León y Castilla con Extremadura. Hoy es otra de las localidades salmantinas declarada Conjunto Histórico. El antiguo puente permite atravesar el río Cuerpo de Hombre, próximo a la ermita de San Antonio, y remontar las calles que conducen al pueblo. El viajero puede recuperar fuerzas en la fuente que fue antiguo rollo jurisdiccional y que preside una bella plaza rodeada de viviendas tradicionales. Desde allí el paseo nos acerca a la iglesia y el castillo de la villa, uno de los más bellos de toda Salamanca. Tras años de restauración ha recuperado todo su esplendor, convirtiéndose en Centro de Interpretación del Medievo. Desde lo alto, se puede admirar su complejo sistema defensivo y la belleza del entorno. Un espectacular manto de castaños cubre laderas y valles cercanos. En otoño es todo un espectáculo contemplar los árboles y las sugerentes tonalidades de sus hojas. Precisamente las tiras del castaño son la materia prima de la artesanía local, la cestería, argumento del Centro de Interpretación del Castaño. Este edificio acerca al visitante a los laboriosos procesos de preparación de la materia prima, a las técnicas de elaboración y a los distintos tipos de cestas realizadas con tiras de castaño.

IMÁGENES DE MONTEMAYOR DEL RÍO



Sigue nuestro periplo por los Conjuntos Histórico volviendo atrás para visitar la comarca de Ciudad Rodrigo, situada al sudoeste de la provincia de Salamanca. Ciudades fortaleza, como la que da nombre a la comarca; los paisajes montañosos de las Sierras de Gata y Francia, y las grandes dehesas de robles de El Rebollar se combinan en este territorio impregnado en su historia y cultura por ser frontera con Portugal. A lo largo de la historia el suroeste salmantino fue siempre lugar de enfrentamientos, en parte por su proximidad a Portugal. Por ello, abundan antiguas fortificaciones y conjuntos defensivos como el Fuerte de la Concepción o la propia Ciudad Rodrigo.

CIUDAD RODRIGO, estrella y vigía del poniente



El patrimonio religioso se plasma en la bella catedral de Santa María./ FALCAO



Esta ciudad fortaleza, declarada Conjunto Histórico, constituye sin duda uno de los principales destinos turísticos salmantinos. Imprescindible enclave en la historia de Salamanca, su papel decisivo en la Guerra de la Independencia contra el invasor francés hizo de ella la 'Estrella y Vigía' del poniente. A raíz de las sucesivas guerras se construyeron y reforzaron sus murallas, donde aún se reconocen vestigios romanos, medievales y elementos propios del complejo sistema abaluartado del siglo XVIII. Su legado patrimonial y monumental es numeroso. Partiendo desde la plaza del Castillo de Enrique II de Trastámara (hoy Parador de Turismo) donde se ubica un antiguo verraco, en el recorrido de sus calles se descubren innumerables palacios como el de Los Águila, de Los Castro o el del Marqués de Cerralbo; además de otras muchas casas solariegas adornadas con escudos, ventanas en esquina y otros elementos arquitectónicos característicos. El patrimonio religioso se plasma en la bella catedral de Santa María y el abundante número de iglesias, conventos y monasterios que la pueblan. Obligada visita son la iglesia herreriana de Cerralbo, de la Tercera Orden, o San Pedro y San Isidoro. El Ayuntamiento y su alargada plaza centralizan la vida de la ciudad y, sobre todo, de su Carnaval del Toro, declarado de interés turístico nacional. La gastronomía destaca por los embutidos y carnes de la dehesa y los huevos con farinato, quizá el más genuino plato local.

IMÁGENES DE CIUDAD RODRIGO

El camino nos conduce hacia el noroeste, donde la meseta se quiebra en uno de los paisajes más espectaculares de toda España. Son Las Arribes, un territorio donde se aúna una impresionante naturaleza con la historia y las tradiciones populares. 

SAN FELICES DE LOS GALLEGOS, tierra de luchas entre españoles y portugueses



Los festejos taurinos, durante la fiesta de El Noveno, tienen como característica la plaza levantada con carros de los vecinos./ FALCAO



San Felices de los Gallegos, declarado Conjunto Histórico, es un pueblo de Las Arribes que compensa visitar. De orígenes antiguos, como lo demuestra el verraco que adorna una de las entradas, la villa fue motivo de luchas entre las coronas portuguesa y castellana. Durante la Guerra de la Independencia se dotó de defensas abaluartadas en forma de estrella, que aún son visibles hoy día desde lo alto del castillo. En el siglo XV los Reyes Católicos la donaron a la Casa de Alba; en 1851 y tras varios pleitos, los vecinos consiguieron liberarse de ese vasallaje. Desde entonces, el pueblo celebra la fiesta de El Noveno, con lectura de la sentencia histórica y festejos taurinos en la original plaza levantada con los carros de los vecinos. Otros atractivos de este municipio son la iglesia parroquial y su artesonado, entrar en el recinto amurallado por la atractiva Torre de las Campanas, encontrar alguna de las tres bellas ermitas que esconde, ver los antiguos hospitales, palacios y casonas para concluir en el museo del Aceite o de la Cantería.

IMÁGENES DE SAN FELICES DE LOS GALLEGOS

LEDESMA, la antigua Bletisa romana



Muralla de Ledesma./ FALCAO



Sobre un resalte rocoso tallado por el río Tormes se asienta Ledesma, la antigua Bletisa romana, hoy declarada Conjunto Histórico. Se sitúa al norte de la provincia de Salamanca, lindando con la zamorana comarca de Sayago, con la que comparte paisaje, historia, cultura y tradiciones. En su término predomina el paisaje natural adehesado de encinas y robles, compuesto por extensas llanuras salpicadas de pequeñas elevaciones, que se tornarán en desniveles según el río Tormes se acerque a los profundos valles de la frontera zamorano-portuguesa, dando origen al Parque Natural de Las Arribes del Duero.

Ledesma posee interesantes vestigios romanos, como el rescatado Puente Mocho. De épocas anteriores se conservan el verraco, en los jardines de la Fortaleza y un imponente menhir. De sus templos destaca la iglesia de Santa María la Mayor, una de las mejores obras góticas de toda la provincia, con un interesante museo de arte sacro en su interior. También resultan de interés la iglesia de Santa Elena, el antiguo Hospital de San José, la Alhóndiga y varias casonas señoriales. Se recomienda iniciar la visita en la iglesia de San Miguel, que acoge Bletisa (Centro de Interpretación Histórica de Ledesma) y continuar la ruta establecida, de la mano de una sugerente señalización. La villa vibra en los Corpus con sus conocidos encierros, los Espantos, pudiendo ser un buen momento para degustar las deliciosas rosquillas de Ledesma.

IMÁGENES DE LEDESMA

Nuestro recorrido por la provincia de Salamanca en la visita de Conjuntos Históricos nos conduce a un espacio geográfico que aglutina las tierras cerealistas del nordeste de la provincia; se trata de paisajes de diáfanos horizontes, interrumpidos sólo por los campanarios de los pueblos. La nota de color viene dada por algunos humedales, como el azud de Riolobos, o de pequeños arroyos que vierten al río Tormes.

PEÑARANDA DE BRACAMONTE, villa de ferias y mercados



Plaza de España, antiguamente llamada de La Corralada, en Peñaranda de Bracamonte

Las llanuras cerealistas del este de Salamanca tuvieron en esta importante villa su principal enclave urbano, hoy declarado Conjunto Histórico. De hecho, desde el siglo XIV, gozó de privilegios de celebrar ferias y mercados, dedicación que ha favorecido su carácter mercantil y urbano. El virrey de Nápoles, Don Gaspar de Bracamonte y Guzmán, fue figura singular de Peñaranda; benefactor y mecenas de la misma, fundó el convento de las Madres Carmelitas, verdadero museo de arte religioso que atesora una espléndida colección de pintura napolitana. En la actividad cultural de la ciudad destaca la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, y las propuestas ligadas a las nuevas tecnologías desde la nueva sede del CITA, diseñada por Álvaro Siza. Un tranquilo paseo por las amplias plazas porticadas permite disfrutar de su carácter castellano. Después, y como merecida recompensa, una degustación de la gastronomía local que se fundamenta en el asado, encumbrando al tostón a lo más alto de su cocina.

IMÁGENES DE PEÑARANDA DE BRACAMONTE



ALBA DE TORMES, sepulcro de Santa Teresa



Basílica e imagen de Santa Teresa en Alba de Tormes./ FALCAO

Alba de Tormes dista menos de 20 kilómetros de Salamanca. Su casco urbano, declarado Conjunto Histórico Artístico, está situado sobre un promontorio que domina una fértil vega a orillas del Tormes. Es una villa cargada de historia. Además de ser conocida por albergar las reliquias de Santa Teresa, quien falleció en esta ciudad en 1582, es la cuna de una de las más ilustres dinastías de la nobleza española: la Casa de Alba. Debido a la presencia de tan importante linaje, la ciudad fue visitada por la flor y nata de la cultura española, tanto Juan del Encina como Garcilaso de la Vega o Lope de Vega pasaron por Alba de Tormes. La huella más profunda del paso de Teresa de Jesús se encuentra en el Convento de la Anunciación, de las Madres Carmelitas, fundado en 1571, con elementos renacentistas y neoclásicos. Es el lugar donde se conservan las reliquias de la Santa. Hasta aquí acuden anualmente miles de peregrinos para contemplar su sepulcro y orar ante el corazón y el brazo incorrupto de la Doctora de la Iglesia. Resulta obligada la visita al anexo Museo Carmelitano Carmus que alberga un rico patrimonio artístico y espiritual, incluyendo las reliquias de Santa Teresa.

Es recomendable iniciar la visita en el castillo ducal de la Casa de Alba, para descender al centro de la villa, un espacio sembrado de conventos, iglesias –como las de San Juan o Santiago-, y otros rincones que merece la pena disfrutar con calma. El paseo continua hasta alcanzar la plaza Mayor, eje central de la ruta y testigo de los quehaceres cotidianos de la localidad. Desde allí se llega al parque de El Espolón, una magnífica atalaya que desvela el origen de la población y la posición estratégica en que la convirtió el paso del Tormes.  Se trata de un itinerario lleno de sugerencias y de microhistorias, fácil de seguir, y al que el viajero se puede incorporar en cualquier punto.

IMÁGENES DE ALBA DE TORMES



PUENTE DEL CONGOSTO, puente medieval y castillo en el Tormes

Castillo medieval de Puente del Congosto, a las orillas del Tormes

Pocas imágenes existen en Salamanca tan bellas como la de Puente del Congosto con el impetuoso río Tormes, el puente medieval y el castillo. De hecho, la función primordial de este último era defender el paso por el puente, por donde transcurre la Cañada Real Soriana Occidental. La fortaleza comenzó a construirse a mediados del siglo XV por el señor de estas tierras, Gil González. Diversos avatares la adscribieron a la orden de Calatrava y, tras la guerra de las Comunidades, quedó ligada a la Casa de Alba. Durante la Guerra de la Independencia un destacamento francés le produjo serios destrozos. Comienza su declinar en 1881 con la desaparición del derecho de cobro del paso del ganado, el pontazgo. Posteriormente, es adquirido por una familia que lo restaura y hace de él su vivienda particular. El castillo tiene forma hexagonal irregular, con un cubo en un extremo de la cerca y un gran patio de armas que da el acceso al recinto interior. En su perfil destaca la Torre del Homenaje, distribuida en cuatro plantas, que culmina con la terraza superior; desde allí se obtienen magníficas vistas de este conjunto plenamente medieval. La parte más alta está rematada de almenas con matacanes. Solamente visita exterior.



IMÁGENES DE PUENTE DEL CONGOSTO