No es una cerveza artesana, para Juan es una rural. Y tiene sus razones. Todo su eje de sostenibilidad gira en torno al mundo rural y al desperdicio alimentario. Dos conceptos que vienen de su abuelo. “Él era de pueblo y no tiraba nada a la basura. La economía circular se ha hecho toda la vida en los pueblos”, manifiesta. Y así es como hace diez años, hace ya una década nació Cerveza Mica, una empresa con sede en Aranda de Duero, pero con ramificaciones en toda la zona. Sobre todo en Fuentenebro, una localidad de unos 135 habitantes, y donde se originó todo, entre ellos el protagonista de esta historia, Juan Cereijo, criado en esta localidad.

Una persona decidida y con las ideas claras, hasta el punto de que abandonó una exitosa carrera como directivo en una multinacional para perseguir uno de sus sueños: crear una empresa de cerveza artesanal. Pero en su caso no una más, que de esas ya hay muchas, aquí una que se pidiera por su nombre y apellido, y que reflejara valores y raíces. A Juan le llamaba la atención que en los bares se pidiera cerveza, “como hace años nuestros abuelos con los vinos”, recuerda. Y ahora, se pide un vino concreto, pues eso ha hecho él con la cerveza. Ahora ya es habitual pedir una Mica o de sus muchas variedades, más de 20.

Su idea era clara “hacer las cosas bien”. De ahí que desde el principio tuvo las ideas claras. Un producto alrededor de la zona. Por ejemplo, la cebada fresca de su Fuentenebro, el bagazo (desperdicio que queda después de la elaboración), que regrese para alimentar a las ovejas. Una economía sostenible, como la de su abuelo, que ha tenido su punto culmen con una cerveza basada en el pan duro.  Se llama SR. Mendrugo, y es uno de los pilares fundamentales de la empresa, un proyecto realizado junto a Pascual Innoventures, que son líderes en innovación alimentaria. Una cerveza elaborada con excedentes de pan que lucha contra el desperdicio alimentario y que es un gran éxito. Estamos ante la cerveza  más sostenible, inconformista, rebelde y divertida. Una cerveza que sustituye alrededor del 50% de la malta por sobrantes de pan recogido. “Es una apuesta clara por la Economía Circular y la lucha contra el desperdicio alimentario” explica Juan.

"Un producto excepcional"

Estas cervezas, como quería su dueño, son todas especiales. A la originalidad del pan, también se puede sumar la Mica, que se elabora en barricas de Ribera de Duero, la Toro lo hace en botas de vino de Jerez de la Frontera. Y así hasta más de 20 variedades que se pueden disfrutar en Club Gourmet, El Corte Inglés, Carrefour, Aldi, Acampo, en más de seis países y en un canal de restaurantes que apuestan por tener algo diferente. “Es un producto excepcional, porque es un producto de mucha calidad”, remarca.

EL reconocimiento de esta bebida no ha sido una sorpresa para Cereijo, ya que “sabía que eran un plan ambicioso”, nada de un proyecto pequeño. Además, se ha sabido reunir de un grupo de trabajo que son parte de este éxito. “Saben proponer y me siguen en mis ideas, en el ADN va lo de innovar”. Cervezas Mica ha sido galardonada con numerosos premios internacionales, incluido el premio a la Mejor Cerveza del Mundo en los World Beer Awards de Londres en 2017.

Además, también se ha conseguido asociar con el grupo Pascual, donde ha adquirido un 8%. Este acuerdo tiene como objetivo ayudar e impulsar la investigación y el desarrollo que la cervecera ha estado implementando en los últimos años. De este modo, ambas compañías colaborarán en materia de I+D para el lanzamiento conjunto de nuevos desarrollos en bebidas alternativas. Mientras el futuro está claro, seguir sacando nuevas cervezas e ir cumpliendo hitos diferentes. “Ya no solo apostamos por lograr retos económicos, también queremos cumplir con los sostenibles”.

Y Juan lo tiene claro en cuestión de gustos y de sabores, “todas las cervezas están buenas”, pero es cuestión de costumbres. “Cada una tiene su momento y su oportunidad”.

 

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