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La revista Condé Nast Traveler ha incluido a las piscinas naturales de Arenas de San Pedro, en la provincia de Ávila, entre los mejores lugares "de pueblo" para refrescarse en verano en España. El municipio, ubicado en plena Sierra de Gredos, destaca por sus parajes fluviales y la calidad de sus zonas de baño, gestionadas por el Ayuntamiento.

Las piscinas naturales se encuentran en la carretera del Hornillo, dentro del cauce del río Arenal. El entorno está acondicionado para el baño y dispone de dos accesos señalizados: uno por la calle Odisipo Ceavientos, desde el interior de la localidad, y otro por la carretera AV-P-711, donde un muro de granito delimita la zona.

El caudal del río Arenal se embalsa mediante una pequeña presa regulada con una tabla de madera. De esta forma se forman dos piscinas separadas por un puente de cemento. La principal alcanza una profundidad de unos dos metros y cuenta con escaleras, duchas y trampolín. La otra, de menor profundidad, no supera el medio metro y está pensada para el baño infantil.

Ambas zonas están rodeadas por una pradera de césped que no permite el acceso con perros, el consumo de alimentos ni los juegos de pelota. El entorno se mantiene cuidado para preservar la limpieza y la tranquilidad del lugar.

A unos tres kilómetros del casco urbano, en dirección a Poyales del Hoyo por la carretera CL-501, se encuentra el Charco de la Chiva. Esta zona cuenta con aparcamiento y un restaurante, además de barbacoas situadas bajo los pinares. Es un área habitual para los visitantes en verano.

También en la misma garganta, pero más arriba, se sitúa el Charco Verde. El acceso es más complejo, pero el paraje es frecuentado por los más jóvenes, atraídos por la calidad del agua y el entorno natural.

En las proximidades de Poyales del Hoyo, sobre el río Arbillas, se levanta un puente que da acceso a otro enclave destacado: el Charco de la Tinaja. En función del caudal, este espacio puede mostrar pequeñas cascadas que lo convierten en uno de los rincones más llamativos del entorno.

Junto a las piscinas de Arenas de San Pedro, la revista incluye en su selección otras zonas de baño rurales como la plaza-piscina de Cañaveral de León (Huelva), la piscina municipal de Guadalest (Alicante), el Alto del Folgueiróu (Asturias), el embalse de Panticosa (Huesca) o las piscinas naturales de La Caleta (El Hierro).

Según Condé Nast Traveler, las piscinas de pueblo evocan "chapoteos en la memoria" y un "costumbrismo" vinculado al verano tradicional. La publicación destaca especialmente aquellas que ofrecen una experiencia natural, alejada del cloro, y en entornos rurales bien conservados.