Los datos lo dicen todo. Lo que una vez fue una celebración multitudinaria y reivindicativa de la identidad castellana y leonesa, hoy languidece entre la indiferencia política, el desapego ciudadano y la reducción de recursos.
El Día de Villalar, que conmemora la derrota de los Comuneros en 1521, ha perdido peso en la agenda cultural y emocional de Castilla y León. Durante los años 80 y 90, Villalar de los Comuneros (Valladolid) se convirtió en un lugar de peregrinación para miles de castellanos y leoneses en busca de reivindicación y sentimiento. Hasta el punto de que el alcalde sempiterno José Luis Alonso recuerda una fiesta con 200.000 personas en 1978.
“Principalmente jóvenes, si esto se hubiera producido en otro punto del país o Europa, se recordaría como un símbolo”, afirma. El regidor plantea crear un foro para empezar a organizar el 50 aniversario de la fiesta de Villalar el próximo año.
Sin embargo, en los últimos años, la asistencia ha caído en picado. En 2024 fueron cerca de 20.000 personas. Aunque en años anteriores fueron más bajos. Hasta el punto de que incluso no llegó a ser festivo con Vox en el Gobierno de la Junta. Para este año las estimaciones también son de esos 20.000 fieles.
A esta caída de afluencia se suma la reducción presupuestaria. Vox, desde la Fundación Castilla y León, se ha encargado de estrangular la fiesta de Villalar: de más de 300.000 euros a menos de 13.000 euros. La Fundación dependiente de las Cortes ha reducido su aportación a la fiesta en más de 324.000 euros desde el plan de 2022 aprobado aún bajo la Presidencia de Luis Fuentes.
A todo esto se suma, el creciente desapego de los partidos políticos. Mientras que en el pasado líderes autonómicos acudían y tomaban la palabra en actos simbólicos, en los últimos años se ha consolidado la costumbre de que los partidos de derechas, como el PP y Vox, ignoren o boicoteen el evento, respectivamente, al considerarlo "una fiesta ideológica de la izquierda". Y es así como la izquierda se está haciendo con la fiesta hasta el punto de imponer a Villalar de los Comuneros como sede única.
Por su parte, el movimiento leonesista nunca ha disimulado su oposición a la fiesta y, especialmente, a la pretensión de la Junta de extender la celebración del Día de la Comunidad a las nueve provincias, ya que consideran la festividad "ajena" a León.
Demetrio Madrid (I), Julio Valdeón, José Manuel Reol Tejada y Juan José Laborda y Juan Colino Salamanca, entre otros, participaron el 23 de abril de 1978 en la edición más numerosa de la historia de la fiesta de Villalar
Entre todos la mataron (a la fiesta) y ella sola se va muriendo, mientras los ciudadanos se identifican más con una provincia que con una Comunidad. “Esto no es Andalucía”, es lo que se escucha si se pregunta a los castellanos y leoneses. Hasta el punto de que la Junta (PP) ha tenido que salir al rescate de la fiesta con más dinero a través de otra Fundación para la Promoción de los Valores y la Identidad de Castilla y León, creada con otro fin, para hacer el trabajo que no hace la Fundación Castilla y León, creada para este fin. De locos.
EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León ha querido hablar con varios políticos (un expresidente de la Junta y dos expresidentes de las Cortes) que vivieron años mejores de la fiesta de la Comunidad. Todos ellos inciden en que no entienden la situación que se está viviendo en los últimos años y solicitan más implicación y seriedad por parte de los políticos actuales. Este medio también ha intentado hablar con el penúltimo presidente de las Cortes, Luis Fuentes, a día de hoy en la puerta giratoria como delegado del Corredor Atlántico, pero no ha respondido a la llamada.
Sánchez-Reyes: “Es absolutamente imposible con Vox ahí”
Carlos Sánchez-Reyes (Salamanca, 1939), presidente de las Cortes de Castilla y León entre 1987 y 1991 por el Centro Democrático y Social (CDS), denuncia que durante los últimos años se ha reducido “considerablemente” el interés por fomentar un sentimiento autonómico y por apoyar la fiesta de Villalar en comparación a la época en la que presidió la Cámara.
Este economista de profesión, abulense de corazón e interesado por la política desde su adolescencia –fruto de su admiración por Estados Unidos– formó parte de la Junta Democrática al final del franquismo y, después, del Centro Democrático y Social (CDS) de Adolfo Suárez.
Tres presidentes de las Cortes de Castilla y León: Dionisio Llamazares, Manuel Estella y Carlos Sánchez en 2006
Se terminó convirtiendo en procurador por el partido centrista en 1987 y, en virtud de un acuerdo con Alianza Popular, fue presidente de las Cortes de Castilla y León desde ese año hasta 1991, cuando abandonó la primera línea de la política.
Miembro del Consejo Económico y Social (CES) y destacado dirigente de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) no regresaría a la vida política hasta 2015, año en que se presentó a las elecciones generales encabezando la lista de Podemos por Palencia, en un giro que sorprendió a propios y extraños.
Desde hace unos años, desencantado también de la evolución de la formación morada, vive alejado del foco mediático y mantiene una postura muy crítica con respecto al clima político actual en el que, a su juicio, se ha perdido el "respeto" que caracterizó los años en que ocupó la silla de presidente de las Cortes.
Sánchez-Reyes asegura, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, que es “lamentable” que se haya reducido en los últimos años el interés que había en la época en la que presidió las Cortes por “crear un sentimiento regional” en Castilla y León.
“Es lamentable que una Fundación que se había creado para fomentar esta fiesta haya desaparecido prácticamente, no se ve el apoyo necesario al Ayuntamiento de Villalar y en los últimos años ha habido esa pérdida de interés por parte de las autoridades autonómicas de fomentar una fiesta que es importante”, denuncia.
El expresidente de las Cortes considera que es “importante” que exista “un sentimiento por parte de los ciudadanos de cada comunidad en el Estado de las Autonomías” y lamenta que en los últimos años “no se esté haciendo el esfuerzo que tendría que hacerse”.
Con todo, se muestra esperanzado de que la situación vaya cambiando tras la salida de Vox del Gobierno autonómico, en julio de 2024. “Espero que ese espíritu se recupere, que el Gobierno de la Junta, que ya no está condicionado por un partido que no cree en la autonomía, vuelva a fomentar este espíritu y esta fiesta de Villalar”, señala.
Sánchez-Reyes considera, no obstante, que es “absolutamente imposible” que la Fundación de Castilla y León fomente ese sentimiento autonómico mientras el presidente de las Cortes, Carlos Pollán, de Vox, la presida.
“El presidente de las Cortes es una persona que pertenece a un partido que no cree en la España de las autonomías y es imposible que se fomente ese espíritu regional mientras presida la Fundación, pero espero que por lo menos desde el Ejecutivo, que está en manos de un partido autonomista, se potencie que las cosas cambien”, zanja.
Clemente: “No se hace nada por recuperar la entidad”
Silvia Clemente Municio (La Velilla, Segovia, 1967) ocupó durante la novena legislatura (2015-2019) la presidencia de las Cortes de Castilla y León hasta que anunció su marcha del Partido Popular en 2019. Una presidencia donde apostó por buscar un “sentimiento de Comunidad” que ahora echa mucho de menos, pero no en los ciudadanos, sino entre los políticos.
“Veo que efectivamente no hay sentimiento de comunidad, pero tampoco hay ninguna acción, ninguna iniciativa de Comunidad desde las administraciones”, critica. Clemente cree que si no se intenta “aglutinar” a Castilla y León en torno a una actividad que realmente lleve el sello de la comunidad, “es imposible remontar esa idea de Castilla y León”.
Por este motivo lamenta que el proyecto de la Junta de Castilla y León de organizar 12 conciertos diferentes por las provincias haya sido “un error”.
L. La presidenta de las Cortes de Castilla y León, Silvia Clemente, durante la celebración del Día de Castilla y León en 2016
“Ha sido gastar un dineral, más del doble de lo que tienen como caché. Creo que hubiera sido mucho más interesante celebrar un solo concierto con ese millón doscientos mil euros en una de las ciudades de Castilla y León y hacerlo luego itinerante cada año”, explica Clemente poniendo sobre la mesa un proyecto al estilo de Sonorama, que es un “gran concierto de país” y que ha conseguido dar el salto a México, o de Músicos por la Naturaleza. “Así se hace un modelo para hacer comunidad en torno a un eje”, apunta.
En definitiva, cree que desde los grupos políticos no se hace “nada por recuperar y por entender Castilla y León como un sentimiento de comunidad y así pues no podemos avanzar”.
A Clemente tampoco le gusta la intención de la izquierda de Castilla y León, junto a sindicatos y algunas asociaciones, para imponer a Villalar de los Comuneros como sede única. “Creo que Villalar es un lugar para el Día de la Comunidad al que pueden ir todos los que quieran y todos los que voluntariamente tengan interés en ir, porque allí tuvo lugar una batalla importante, pero yo creo que no, no tiene que ser la única sede”.
Para la política segoviana, “esta comunidad es muy grande y tiene que evolucionar con el tiempo” por lo que apuesta por otras formas, como la música o la cultura, para “hacer sentimiento”.
La expresidenta de las Cortes cree que este sentimiento ha involucionado desde que ella salió del parlamento, entre otras cosas porque ahora la Fundación Castilla y León, regentada por Vox, “se ha desentendido” de la organización de esta función.
“Cuando yo era presidenta pusimos en marcha bastantes iniciativas, por ejemplo, las becas de los artistas, que eran unas ayudas para generar también sentimiento de Castilla y León, exposiciones que se celebraban en la sede de las Cortes, donde venían artistas de todas las provincias. Y ahora resulta que esta Fundación no desarrolla ninguna iniciativa”, lamenta.
Para posteriormente calificar de “surrealista” y “galimatías” la situación actual con la creación de otra Fundación, Valores, por parte de la Junta de Castilla y León (PP) para que se haga cargo de la organización de algo que tendría que hacer la Fundación CyL (Vox). “¿Qué sentido tiene esto?. Ahora se duplica el gasto de funcionamiento con una fundación nueva”.
Clemente pone el foco en los ciudadanos, ella cree que sí hay sentimiento de Comunidad, pero la “dispersión” de la clase política y su falta de voluntad impiden que se lleve a cabo. “Los políticos que están al frente de esta Comunidad tienen que cambiar. Hace falta aire fresco”, expone.
“La gente de la calle sí quiere una Comunidad próspera, pero hace falta que alguien se lo crea, de verdad, y todos esos valores que asesoramos los ponga en valor”, concluye.
Madrid: “Lo de la Fundación Castilla y León es un error”
Demetrio Madrid (Villaralbo, Zamora, 1936) fue el primer presidente de la Junta de Castilla y León, entre 1983 y 1986, y denuncia que la reducción del apoyo por parte de la Fundación de Castilla y León a la fiesta de Villalar es “un error muy grave” y “va en contra de los intereses de los ciudadanos”, aunque recuerda que la fiesta es “otra cosa” y que “está en el Estatuto de Autonomía”.
“Son circunstancias o accidentes que no favorecen nada la situación de unidad y de esfuerzos comunes y son errores muy graves pero la fiesta es otra cosa. Los ciudadanos lo que hacen es celebrar y está en el Estatuto de Autonomía, eso no puede cambiar a menos que el conjunto de las fuerzas políticas se pudieran todas de acuerdo, cuestión bastante difícil y yo diría que imposible. A una cuestión que está en el Estatuto, todo lo que se oponga es ir en contra de los intereses de los ciudadanos y de la Comunidad”, señala, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León.
Juan Vicente Herrera y Demetrio Madrid en Villalar en 2006
Vinculado a la oposición antifranquista desde su más temprana juventud, en febrero de 1983 fue uno de los impulsores, como diputado constituyente por el PSOE, del Estatuto de Autonomía de la Comunidad, que fue aprobado hace ahora 40 años. Solo tres meses después los socialistas consiguieron la victoria en las elecciones autonómicas de ese año y Madrid se convirtió en el primer presidente de la historia de la Junta de Castilla y León, tras la creación de la Comunidad. Se vio obligado a dimitir de su cargo solo tres años después, en 1986, tras ser procesado en un caso de justicia laboral del que, finalmente, quedaría absuelto.
Los socialistas fueron derrotados en las elecciones autonómicas de 1987 por José María Aznar, iniciándose el periodo de hegemonía popular ininterrumpida en Castilla y León que dura ya 38 años. Madrid había sido ya, antes de su nombramiento como presidente de la Junta, diputado socialista por Zamora entre 1977 y 1983 y secretario general del PSCyL entre 1983 y 1985, y después de abandonar el cargo presidencial continuó como procurador en Cortes hasta 1993.
Tras abandonar la política regional a principios de los 90, se dedicó a la política nacional, convirtiéndose de nuevo en diputado por Zamora entre 1993 y 2000 y en senador por la provincia zamorana entre 2000 y 2004. Volvió a Castilla y León para formar parte del Consejo Consultivo de Castilla y León, entre 2004 y 2011, y desde hace más de una década vive retirado de la primera línea de la política.
Madrid observa cambios en la celebración de la fiesta de Villalar desde los tiempos en los que ejerció la Presidencia aunque considera que el “fondo” sigue siendo el mismo. “El tiempo cambia, las personas también y las circunstancias. Es diferente desde el punto de vista formal y físico, pero, en el fondo, creo que existe una coincidencia en un sector importante de la Comunidad de la celebración”, apunta a este medio.
Además, recuerda que la decisión de que el Día de Castilla y León se estableciese el 23 de abril se tomó tras un profundo estudio. “Cuando nosotros gobernamos lo estudiamos con detenimiento suficiente y atendiendo a opiniones de todo tipo que el día 23 de abril era el día apropiado para celebrar el Día de Castilla y León. La Comunidad, en su historia, que es la más sólida del conjunto de España, aportó momentos muy importantes que no tuvieron los resultados que eran deseados, como la revolución de los comuneros, que de haber prosperado en aquel momento, ya hace más de 500 años, podría haber cambiado la historia de España, de Europa y del mundo. Es decir, que era la fecha acertada”, asegura, recordando que en su origen, hace 49 años, era “la fiesta espontánea de los ciudadanos” y que después, tras la aprobación del Estatuto de 1983 y la creación de la Comunidad, “se convirtió en la fiesta oficial de Castilla y León”.
La versión de la Fundación
Por su parte, la Fundación Castilla y León, adscrita a las Cortes, ha acusado en días pasados a la Junta de no responder a la petición de una reunión para abordar la colaboración institucional ante la celebración el 23 de abril del Día de la Comunidad en Villalar de los Comuneros.
El director de la Fundación, Juan Zapatero, conforme al mandato del Patronato, cuya reunión de celebró el 21 de marzo, ha intentado, por teléfono y por escrito, mantener una reunión con la Junta de Castilla y León, en la que también estuviera el Ayuntamiento de Villalar, pero este “intento ha sido reiteradamente ignorado”.
En cuanto a la diferencia entre el presupuesto inicial y la aportación final de 2025, el director de la Fundación, Juan Zapatero, señaló a EL ESPAÑOL de Castilla y León que se dedicará, en parte, a actividades "en las Cortes, para complementar la jornada de puertas abiertas" y que el destino del resto de la partida aún se desconoce.
"Sobre el resto será lo que acuerde el Patronato, ya veremos. Como esto ha surgido de forma imprevista pues ahora mismo no hay un destino alternativo decidido para eso, será lo que acuerde el Patronato", ha afirmado Zapatero en declaraciones a este medio.
La Fundación de Castilla y León afirma que “nunca se ha negado” a poner a disposición de dicha celebración las instalaciones o los recursos que venía aportando los años anteriores.
Por ello, explica que el Patronato acordó igualmente encomendar al director de la Fundación que mantuviera una reunión con el Ayuntamiento de Villalar de los Comuneros y con el órgano competente de la Junta de Castilla y León para determinar la colaboración entre las tres entidades y las responsabilidades y competencias que habría de asumir cada una de ellas.
Sea como sea, el día de Villalar ha pasado de ser el símbolo de unidad a una fiesta menguante, o lo que es lo mismo, la involución del Día de Castilla y León. Los datos y la voz de la experiencia así lo certifican.
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