Son las cifras de la desolación: 1.222 incendios en lo que va de año en Castilla y León y más de 95.000 hectáreas calcinadas. Datos que son provisionales porque siguen sumándose nuevos incendios en la Comunidad, si bien son menos virulentos. En el 90% de los casos, según datos de la Junta, han tenido origen antrópico, es decir, humano, y que en el caso de la Sierra de la Culebra fueron provocados por rayos.

Zamora, con 31.500 hectáreas de terreno abrasadas, ha sido la provincia más castigada durante este verano. Ahora, toca levantarse y buscar soluciones para recuperar cuanto antes la masa forestal perdida, que dependiendo de los casos puede llevar entre cinco y treinta años, dependiendo de la capacidad de regeneración de cada especie vegetal.

Un asunto que llevó a la empresaria zamorana Nazaret Mateos, especialista en micología, a estudiar la posibilidad de recuperar la Sierra de la Culebra, con casi 25.000 hectáreas abrasadas por el fuego. Hoy lleva su propuesta a la feria de emprendimiento de StartUp Olé Salamanca que arranca hoy en la capital charra.

"Queremos revitalizar la Sierra de la Culebra con reforestación pero no de cualquier manera sino evaluando el terreno, qué patrimonio ecológico había en esos montes e intentar fijar el sustrato a través de saprófitos, es decir, hongos que se alimentan de materia orgánica muerta", indica Nazaret.

Se trata de un proyecto "muy disruptivo y único en el mundo", asegura. "Un hongo que se come materia muerta, cuando se descompone pasa al suelo y lo abona, por lo que enriqueces esa tierra que quedó quemada", añade.

Una propuesta que Nazaret ya ha planteado a Belén Martín, alcaldesa de Villanueva de Valrojo (Zamora), quien ve con buenos ojos la idea. "Todo lo que sea sumar para recuperar el desastre que ha ocurrido este verano, bienvenido sea, y Nazaret es experta en la materia y fue de las primeras en venir al pueblo a intentar ayudar cuando se desató el incendio", asegura.

Nazaret Mateos, en el invernadero donde trabaja cultivando setas Brágimo ICAL

Villanueva de Valrojo tiene sólo 125 habitantes, muchos de los cuales se dedicaban a la recolección de setas en temporada. "Aquí ya no queda nada. El fuego arrasó con más de medio pueblo desde que se desató el primer incendio el pasado 15 de junio. Nos desalojaron a todos. Cuando volvimos, estaba todo quemado", recuerda con rabia.

Ahora, Villanueva de Valrojo se convertirá en el centro de experimentación de esta propuesta tras su paso hoy por la Junta Administrativa (pertenece al Ayuntamiento de Ferreras de Arriba), para agilizar la reforestación tras los incendios, "si la Junta de Castilla y León, que al final es la que decide, nos da su visto bueno", aclara.

"Los boletus son hongos micorrícicos, es decir, viven asociados a una planta viva, en este caso los pinos. Los hongos saprófitos tardan ocho meses en fructificar, por lo que se podrían estar recogiendo enseguida setas y recuperar además esa actividad económica, que es importante para que después de los incendios la gente no se vaya definitivamente de los pueblos", explica Nazaret.

El plan es que esos hongos ayuden a recuperar el patrimonio forestal perdido y recobren una fuente económica para estas zonas. "Cuando esos hongos fructifiquen, nos comprometemos, además, a comprarlos".

Una novedosa idea que acelere la recuperación de la masa forestal calcinada y dé una segunda oportunidad a la población de estas zonas devastadas por los incendios.