Miles de personas, desde las seis de la tarde de ayer, cuando fueron abiertas las puertas del imponente castillo de Braganza, han tomado la Ciudadela para vivir y recordar la historia de la ciudad, que lo es también de Portugal. Entrada la noche, no podía faltar, tuvo lugar el desfile de todos los actores, así como de bragantinos encabezados por el Ejecutivo municipal, con su presidente, Hernáni Dias, a la cabeza.

Braganza (Bragança), capital histórica de la región de Tràs-os-Montes, es al mismo tiempo una ciudad con grandes avenidas y un pueblo medieval con almenas desde donde se puede contemplar el campo, el bosque y las pequeñas granjas que la rodean.

Con entrada gratuita y con actividades pensadas para todas las edades, el Castillo de Braganza, uno de los mejor conservados de Portugal, acoge durante cuatro días, del 12 al 15 de agosto, un amplio elenco de actividades: música, teatro, danzas populares, historias para niños y mayores, marionetas, artes circenses, esgrima medieval, demostraciones de cetrería y, claro, no puede faltar el bobo y el cortejo oficial, en el cual diversos personajes intervendrán para los visitantes.

Cada edición de la Fiesta de la Historia proporciona a quien la visita momentos singulares e inolvidables, basados en instantes históricos ocurridos en la región o inspirados en su extraordinario patrimonio simbólico, particularmente en la tradición oral.

Así, entre los días 13 y 14 de agosto, será recordado el Tratado de Paz que devolvió Braganza a las manos de D. Fernando. Una reconquista consumada después de que D. Fernando hubiera invadido Galicia y quitar el trono castellano a Enrique de Trastamara, alegando ser su legítimo heredero. D. Enrique decide, entonces, invadir el Norte de Portugal, tomando Braga, pasando por Guimarães y conquistando, por fin, Braganza, que solamente retornaría a las manos de D. Fernando mediante la firma del Tratado de Alcoutim en 1371 –momento que la edición de este año de la Fiesta de la Historia recuerda.

Áreas temáticas

Para proporcionar una experiencia diferenciada y realista, fueron realizadas diversas áreas temáticas, entre las cuales destacan:

Puesto de Control, donde los soldados controlarán quien puede pasar más allás de las murallas.

Calle del Rastrojo, donde tiene lugar el mercado y donde las historias de amor y tradiciones (y algunos robos) acontecen.

Calle de los Ladrones, donde se esconden los foragidos de las autoridades y donde las clases sociales más desfavorecidas sorprenderán a los visitantes con acciones inesperadas.

Plaza, un espacio central donde son comercializados y cambiados los productos producidos por los artesanos.

Plaza del Sustento, donde será posible confraternizar, beber y degustar las más variadas delicias.

Largo de la Feria, donde llegan diversos mercaderes de tierras lejans y que llaman la atención por los productos que comercializan.

Callejón Escondido, donde se encuentran ciegos y vendedores de productos con poderes mágicos.

Bragança está de fiesta. No es una fiesta culquiera de las muchas que se celebran a ambos lados de la frontera en estos días de mediados de agosto. Es la Fiesta de la Historia / Festa da História. Es un buen momento para perderse por su calles, conocer su naturaleza, sus muchos museos, adentrarse en la historia para divertirse y convivir en el fiesta medieval en la Ciudadela y, cómo no, para saborear su amplia, variadas y espectular gastronomía con productos autóctonos de primera calidad. Sin duda, un viaje a Braganza siempre es acosenjable.

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