Cataluña decidió de manera clara el 12 de mayo de 2024 no irse de España, pero también los catalanes abogaron por una Cataluña plural que trate muchas problemáticas que no se han tomado en serio hasta la fecha. Problemas como por ejemplo el acceso a la vivienda, sobre todo para los jóvenes, el aumento de la pobreza, el empleo, las altas cargas fiscales o la inseguridad ciudadana y que preocupan a una inmensa masa social de catalanes, pero que por culpa del mono tema de la independencia no se han solucionado, porque el separatismo ha ocupado algo más de una década la esfera pública y las acciones de los distintos Gobiernos de la Generalidad de Cataluña.

Algunos pensarán que el resultado electoral no fue del todo determinante y esclarecedor, pero lo cierto, es que sí lo fue, ya que sin la menor duda se ha abierto una nueva etapa en está región española que quita la mayoría parlamentaria al separatismo, la única mayoría que tuvieron en la realidad, porque nunca tuvieron la mayoría social, pese a insistir en numerosas ocasiones en que las calles catalanas eran suyas.

En este nuevo periodo ‘postprocés’, Cataluña de la mano del resto de España debería entablar un camino que recupere la senda de la concordia y las libertades que muchos catalanes han perdido durante el delirante, divisorio y costoso ‘procés’. Pero también recuperando el ‘seny català’, un sentido común que imperaba en generaciones pasadas catalanas y que permitieron lograr grandes triunfos junto a otros españoles. En definitiva, una Cataluña de todos los catalanes.

Este cambio, supone un novedoso paradigma en Cataluña, pero también en el de España, que ve como vencen valores e ideas de unidad, respeto y pluralidad frente a los deseos de ruptura, odio y supremacismo del secesionismo catalán. Los resultados son realmente claros y contundentes, el rechazo a la independencia ha sido clamoroso y ya lo indicaba incluso el CIS catalán advirtiendo esto en diversas encuestas. Pero otro dato que lo revela ciertamente y que todos deberíamos tener en cuenta, es que todos los partidos políticos qué rechazan la ruptura han crecido en votos.

Por lo tanto, esta es la visión que debe llegar a Madrid, Castilla y León, Andalucía y a todos los rincones de España. Que España es hoy un país menos separatista, aunque el secesionismo haya obligado en los últimos años al Gobierno de España a ceder ante determinados chantajes y se hayan impuesto en las regiones donde gobierna el nacionalismo excluyente tiranías muy fuertes, dado que al final los pensamientos únicos y conflictivos provocan un auténtico esperpento que termina generando un gran descontento social, el cual le pone punto y final.