Los almendros ganan terreno en Castilla y León. Las plantaciones de estos frutos secos todavía no alcanzan en cifras de hectáreas a los cultivos tradicionales, como el cereal o el girasol, pero algunos agricultores se han decantado por estos porque ofrecen una mayor rentabilidad. Pese a ello, no todo son facilidades: el cultivo del almendro requiere grandes esfuerzos e inversiones, y las cosechas anuales están muy condicionadas por las heladas. Para evitar las consecuencias del clima sobre el fruto, los agricultores de la Comunidad han optado por variedades de floración tardía.

Organizaciones agrarias como COAG son conscientes de las posibilidades de los frutos secos en Castilla y León como alternativa a otros cultivos menos rentables en la actualidad, no solo en lo que respecta a los precios, sino también porque suponen un ahorro en el uso del agua y de fitosanitarios, o por la necesidad de la agricultura de adaptarse a las consecuencias del cambio climático.

Valladolid, Zamora o Salamanca son algunas de las provincias que han visto, en los últimos años, un aumento de las hectáreas dedicadas a almendros. En la localidad zamorana de Fuentesaúco, el agricultor José Corrales se ha decantado por plantar estos árboles este año, y desde el 2019, se dedica también a los pistachos. En esta aventura de la agricultura, que "siempre me ha gustado", tal como reconoce, Corrales ha optado por enfocarse en cultivos alternativos a los tradicionales. Todo surgió "a raíz del fallecimiento de mi padre, cuando mis hermanas y yo heredamos la empresa, dejé el trabajo en la ciudad y nos dedicamos a ello, pero ya lo tenía en mente antes", recuerda.

El agricultor zamorano reconoce que los esfuerzos en las plantaciones de almendros son muchos, y "en intensivo y en cultivos de regadío no empieza a producir hasta el tercer o cuarto año, pero existe un riesgo al cosechar con el paraguas vibrador porque los árboles son muy pequeños y se les puede hacer daño". Pese a ello, "los frutos secos son de los cultivos más rentables hoy en día, aunque las inversiones no son baratas y hay muchos riesgos, principalmente en Castilla y León con las heladas, un ratito de una noche basta para perder el trabajo de todo un año", explica. Quizá por estas dificultades, "la gente no se arriesga a apostar mucho por ello".

Corrales cuenta con 13 hectáreas de frutos secos con riego por goteo, lo que hace más sencillo el regadío, aunque "la instalación del goteo eleva la inversión". El agricultor ha optado por la variedad penta, "que da un tipo de almendra pequeña, pero muy dulce y con muy buenas cualidades organolépticas, que va muy bien para zonas de heladas como esta por ser de floración extra tardía", comenta. Otros agricultores de la zona también han escogido esta variedad por ser una de las que ofrece mayor rentabilidad.

De cara al futuro, el agricultor de Fuentesaúco espera "que merezcan la pena todos los esfuerzos y todos los problemas a los que te tienes que enfrentar, no pido hacerme de oro, simplemente que se mantengan unas cotizaciones aceptables, después de la gran inversión y del poco conocimiento del cultivo por esta zona".

Almendras

Almendros Vivos

En la zona de los municipios salmantinos de Vilvestre, Saucelle, Aldeadávila o Pereña el cultivo de almendros también se ha potenciado en los últimos años, lo que dio lugar a la creación de la asociación Almendros Vivos, de la que forma parte el agricultor Diego Vacas, de Vilvestre, quien reconoce que estos árboles "están siendo una alternativa a los cereales y se están plantando muchos también en otros lugares como Valladolid o Toro, pero no siempre en ecológico", como es su caso.

En este tipo de producción, los agricultores cuentan con las ayudas para los cultivos ecológicos, así como con la subvención específica de la PAC. Sus cuidados "son muy pocos", aunque los agricultores deben prestar atención porque "hay cosas que no se pueden hacer" en plantaciones ecológicas, en las que hay que escoger únicamente abonos orgánicos y no se permite el uso de ciertos fitosanitarios. Todos los cuidados repercuten directamente en las cosechas, que también "dependen de cómo venga el año o de la variedad".

Variedades del pasado

Algunos castellanos y leoneses siguen manteniendo los almendros heredados de generaciones anteriores, a los que siguen cuidando y cuya cosecha siguen recolectando año tras año para aportarles un ingreso extra, pero sin que esta sea su actividad principal. En otros casos, estos almendros del pasado se encuentran perdidos en campos abandonados, ya que la rentabilidad que ofrecen las plantaciones nuevas, con variedades como la penta, no es comparable a la de las variedades tradicionales como la marcona o la largueta. Además, quienes se dedicaban a estas últimas son "personas mayores que lo han ido dejando y es muy difícil continuar", manifiesta Óscar Fernández, ganadero de Vilvestre (Salamanca) que cuenta con algunos de estos almendros del pasado que todavía sigue atendiendo.

El agricultor Diego Vacas, por su parte, reconoce que de este tipo de almendros "han desaparecido muchísimos, ahora hay que ir hacia variedades más productivas y que, además, sean de buena calidad". En las variedades más antiguas, "las heladas se suelen cargar el fruto cuando está naciendo, pero en almendros de floración más tardía las heladas ya no llegan en este momento", explica Fernández. A lo largo del año, los cuidados básicos que necesitan estos árboles consisten en "arar y mondar" en las épocas correspondientes. Normalmente, "son totalmente ecológicos" aunque no estén catalogados como tal, ya que "no se les trata, es tal como antiguamente se hacía".

En cualquier caso, fábricas de otras comunidades autónomas, como Cataluña o Castilla-La Mancha, suelen interesarse, cada año, por estas cosechas de almendros antiguos de Castilla y León. Estos frutos secos, de hecho, tienen utilidades de muy diversa índole, desde los clásicos turrones navideños hasta las tartas más tradicionales, lo que no impide comerlas tal cual, crudas o tostadas, con la ventaja de que se pueden conservar durante largas temporadas. Otra salida habitual de los frutos secos recolectados en la Comunidad es la exportación. Durante todo el año, "hay demanda, tanto de almendras ecológicas como convencionales, porque Europa es deficitaria en su producción", apostilla Diego Vacas. En cuanto a la producción ecológica, las almendras españolas viajan incluso a Estados Unidos, principal productor a nivel mundial que marca los precios de estos frutos secos cada año en función de las cosechas de California. 

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